Allá vamos con la tercera entrada del tema coronavirus.
Esta infección Covid19 va a hacer el 2020 inolvidable... en el mal sentido de la palabra.
Este es otro tema que preocupa a las personas, y a priori no es fácil de entender.
¿Qué ocurre?
Pues la variabilidad tan grande que hay en cuanto a la gravedad de la presentación de los síntomas. Y más aún, personas que estaban con aceptable buen estado general y bruscamente sufren un empeoramiento que pone sus vidas en peligro.
¿De qué depende la severidad de los síntomas?
Depende de varios factores, que vamos a explicar de uno en uno.
Por un lado, la edad. Ya lo dijimos en la primera entrada, parece que a los menores de 20 años, más a los menores de 10 años, este virus ataca con menor agresividad. Hay muchos menos casos, muchos menos casos graves y apenas mortalidad en estas edades.
A la contra, muchos más casos en la vida adulta, y mucha más mortalidad en personas mayores. Eso, independientemente de que encima tengan más enfermedades crónicas debilitantes, o afectación de la inmunidad, por enfermedades, o por medicamentos... hay medicamentos que enlentecen la eliminación del virus, o que disminuyen las defensas, con lo que el organismo se defiende menos de la infección.
Por otro lado, otro factor es la carga viral. La carga viral es la cantidad de virus que una persona tiene en su organismo replicándose, es decir, multiplicándose. Mientras más virus, peor. Esa parte sí es fácil de entender.
Una persona puede tener una carga viral más alta si ha estado más expuesto a personas enfermas (lo que le pasa al personal sanitario sobre todo), o si por una inmunidad disminuida su organismo no frena esa multiplicación de virus.
Y luego está el factor que resulta más complejo de entender, vamos despacio con él. Es el que ocurre a esas personas que no estaban demasiado mal y de repente empeoran... ¿qué ha pasado? pues ha pasado una cosa que se llama "tormenta de citoquinas".
La tormenta de citoquinas es una reacción brutal de los mecanismos de defensa que provoca una gran inflamación del tejido pulmonar, sobre todo, con lo que ocurre la insuficiencia respiratoria, la persona empieza a ahogarse hasta incluso necesitar ir a la UCI y conectarle por un tubo a un respirador, y detrás esa reacción inflamatoria descontrolada empieza a afectar al resto de órganos fundamentales (corazón, cerebro, riñones);
en estos casos, es la propia excesiva reacción del organismo lo que resulta peligroso, y en esas situaciones el tratamiento se orienta al control de la reacción inflamatoria e inmunitaria, aparte de sostener las funciones vitales.
A base de concienzudos estudios que se han ido desarrollando durante estas semanas de pandemia, se ha conseguido averiguar qué parametros de los análisis nos pueden anticipar esta clase de respuesta tan desproporcionada; ya es algo para poder ir algunos pasos por delante de la enfermedad.
Pero aún no hay una información clara de por qué unas personas sí y otras no.
Espero haber podido aclarar algunas de vuestras dudas.
Seguiremos informando!
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