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martes, 27 de junio de 2017

Terapias alternativas: Medicina sólo hay una, el resto en pseudociencia

Buenos días!
¿Recordais a Irene? Irene Estrada hizo conmigo hace unos años (el tiempo vuela!) su rotatorio de Medicina Rural durante su residencia de Medicina de Familia, y desde entonces, como ambas deseamos, hemos mantenido contacto y una buena amistad. Como debe ser, la vida nos ha volteado a las dos, pero nuestra amistad y compañerismo permanecen inalterables.
Por cierto, no os creais su bio en Twitter. Ya no es residente, es especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, "especialista en personas", y completó su master en Medicina Estética. Irene, actualiza, que así no te van a encontrar!

Me disperso. En una de esas charlas, me dice Irene que le preguntan bastante en consulta por el uso de terapias distintas a la convencional. Ay... "ahí me has dao".
Los que vierais el programa La Mirada de Bea de Canal Sur en el que participé sabeis ya mi actitud ante la homeopatía, que es extensible al resto de terapias, alternativas, por llamarlo como se le llama en la calle.
Medicina no hay más que una: la que utiliza el método científico para avalar sus propiedades, su eficacia, eficiencia, efectividad, y seguridad. Por tanto, sus indicaciones. Su fin último es el mejor beneficio para el paciente, o su no maleficio si no es posible otra cosa, respaldados en el Juramento Hipocrático
Por supuesto, en el proceso médico, sanitario en general, hay beneficio económico para algunas personas. Todos, desde Hipócrates, Hygia... gustaban de comer a diario, tapar sus cuerpos con vestimenta y tener un techo bajo el que dormir. También es verdad que hay quien desea obtener un beneficio desmesurado y para ellos no miden las consecuencias, pero ello no desvirtúa la naturaleza principal del acto médico/sanitario. En todas las profesiones hay piratas.

¿Tanta introducción para qué? Para establecer la diferencia con las pseudociencias.
Porque eso es lo que son la mayoría de las llamadas terapias alterantivas. Son  procedimientos, corrientes de pensamiento, filosóficas... que ofrecen una opción curativa basándose en conocimientos anticuados, ya desechados por la ciencia, o directamente erróneos, o inventados... cuya validez y seguridad además no se demuestra por el método científico, porque sus seguidores no lo acatan, y cuando se intenta, no se obtienen resultados positivos.
Hasta ahí, si se pararan ahí al obtener malos resultados bajo el prisma de la evidencia, serían hasta respetables. Al fin y al cabo, la ciencia avanza a base de ensayos, descartando los fallidos y avanzando por los aciertos.
Llega el problema con el empecinamiento en constituirse en todo un paradigma de conocimiento que lleva a sus fundadores a dar un revestimiento de jerga científica ininteligible para hacerse creíbles, y a ofrecer la curación de lo incurable a los desesperados, y la curación de lo curable a precios desorbitados a cambio de ninguna eficacia, con los riesgos que ello conlleva: alejarse o retrasar el acceso a un tratamiento realmente eficaz, con riesgo de empeoramiento o muerte, porque no todo es reversible.
Hay tantas de esas mal llamadas terapias alternativas... podemos enumerar algunas:
Homeopatía: el primero de los caballos de batalla. Por algún motivo ha ganado una gran cantidad de adeptos, tanto entre profesionales como entre la cuidadanía por todo el mundo, por suerte en nuestro país no es donde esté más generalizado, y además cada vez menos. Supongo que eso de debe a su supuesta inocuidad, ya que sus prescripciones son de productos que no contienen medicamentos (basan su eficacia en la MEMORIA DEL AGUA que ha estado en contacto con el medicamento y ha sido diluido infinitesimalmente); pero contienen excipientes, incluso alcohol, lo que puede dar problemas, aparte del ya nombrado problema general de retrasar el cumplimiento de un tratamiento contrastado. Para su eficacia, hay que creer en ello, en la memoria del agua. Sólo cinco de los productos comercializados son legales. No tienen indicación concreta, no han demostrado para qué sirven por el método científico. Sus adeptos se respaldan en la experiencia personal, como yo con mi detergente. Entre los ciudadanos, sus usuarios hablan maravillas. Claro que yo, depués de pagar 120€ por consulta también le diría a mis cuñados y mis vecinas que me va genial,  sobre todo para no pasar por tonta. No es lo mismo, pero sí relacionado por algunos conceptos, el uso de Flores de Bach, que diluye y trata con sustancias vegetales en combinaciones inexplicables, y con la Homotoxicología, que basa sus creencias en que todas las enfermedades son el reflejo de la lucha del organismo contra las toxinas que nos rodean, y que la salud es la ausencia de toxinas en el entorno (de los gérmenes ni hablamos...)
Naturopatía: su terapia se basa en los hábitos de vida saludable: dieta, rechazo de tóxicos, ejercicio físico y contacto con la naturaleza. Estoy muy a favor de las actividades saludables: reducen las posibilidades de enfermar de determinadas patologías: no de todas, no con una certeza 100% (ni si me dedicara todo el tiempo del resto de mi vida a comer acelgas mientras paseo en bicicleta por el campo me salvaría de todas las enfermedades), pero no es curativo. Los buenos hábitos de vida son saludables, pero nada más.
Reiki: se supone que esta terapia, por la que te acercan las manos sin tocarte, te puede movilizar las energías del cuerpo y sanarte. Después de que ningún estudio haya conseguido demostrar que se movilice ninguna energía, y mucho menos que haya ninguna clase de beneficio para la salud, es increíble cómo se ha colado ladinamente en algunos hospitales de los países más avanzados del mundo. Desde luego, comprendo que tenga un fuerte efecto placebo, porque a mí tambien me gusta que alguien dedique un montón de minutos a mi bienestar.

PERO TENEMOS QUE RECORDAR QUE NO TODO EN LA VIDA TIENE QUE SER CURATIVO. A VECES, CON QUE SEA AGRADABLE ES SUFICIENTE PARA QUE SEA ACEPTABLE, CADA COSA EN SU SITIO.

Biomagnetismo:  es una de las corrientes que basan su eficacia en un supuesto reequilibrado del organismo. Éste lo intenta con un par de imanes (si eso hiciera algún efecto en el cuerpo no se podrían hacer las resonancias), otros con manipulaciones de la columna (quiropraxia) o de cualquier hueso (osteopatía), elección de alimentos (dieta alcalina), que obvia un concepto ampliamente conocido y aceptado, que es la HOMEOSTASIS: la capacidad intrínseca del organismo de mantenerse estable ante los envites del entorno. Curiosamente además, el pH  de la sangre es ligeramente alcalino, dentro de que cada órgano mantiene diferentes niveles de alcalinidad o acidez para trabajar adecuadamente y cumplir su función. No hace falta comer pensando en alcalinizarlos, hagamos lo que hagamos, el cuerpo siempre va a tender a mantener su pH natural, ya que mínimas desviaciones del mismo dan lugar a graves enfermedades o la muerte misma.

Hidroterapia de colon: tremendos enemas de agua sola o con sustancias para lavar las tripas por dentro. No olvidemos que en el colon se absorbe agua (de forma natural, se recupera el agua y se solidifican las heces), por lo que una absorción extrema de agua puede perjudicar gravemente el organismo, y desde luego afecta a la flora natural del colon (mientras que otros toman yogures de bifidus y lactobacillus para mimar su flora colónica, qué mal repartido está el mundo). Por no hablar de la dependencia a los enemas para la defecación, y del riesgo de perforación en la manipulación.
Tambíén se ha administrado Ozonoterapia por vía rectal, que se creía podía tener capacidades bactericidas, pero finalmente se sabe que no tiene ninguna utilidad, y que con facilidad se alcanzan niveles tóxicos a nivel pulmonar, y por la formación de radicales libres en la sangre.
Tóxico es también el MMS, de moda total gracias al respaldo del estafador Pamiés (o cómo llamar a un tipo que quiere vender crecepelo y es calvo, que quiere curarlo todo pero lleva gafas, y promociona el consumo de Stevia, mientras que su comercialización para uso humano es ILEGAL en nuestro país, porque además de su uso como edulcorante apto para diabéticos tiene otros compuestos con actividad farmacológica hipotensora, y afecta a la fertilidad). OJO, que sea un edulcorante apto para diabéticos no quiere decir que cure la diabetes! El aspartamo también es apto para diabéticos y nadie lo apoya como la cura de la diabetes, al contrario, es atacado como si fuera el enemigo mundial de la Salud Pública. El MMS es clorito de Sodio al 28%, que al natural es blanqueante, y acidificado es desinfectante. LEJÍA. Tóxico. Vete al super y lee la botella de lejía amarilla de limpiar el baño, pero no te la bebas.

Psicobiodescodificación: propugna que todas las enfermedades son el resultado de conflictos psicológicos no resueltos. Las Constelaciones Familiares (por cierto, nombre tan poético como inapropiado por una mala traducción del alemán), dice que son el resultado de los conflictos familiares que hasta saltan de generación, un poco esotérico e incomprensible todo. La Programación Neurolingüística dice que son las palabras las que nos enferman. La Dianética te cura mediante la exposición a los más mínimos detalles de tus recuerdos traumáticos. Estas cuatro corrientes, encima de que no te curan todas las enfermedades, y rapidito, como prometen, y retrasan más o menos tiempo el acceso a una terapia eficaz, es que encima son bastante culpabilizantes, porque somos nosotros y nuestra inmadurez psicológica para procesar nuestras experienciasvitales lo que nos enferma. Ideal de la muerte todo.
Aunque para esotérico... esotérico... la Angeloterapia.  No daba crédito cuando estudiaba al respecto: la curación mediante la comunicación con los ángeles. Ángeles que sólo existen en la fe de una parte de los humanos que habitan el planeta, cada vez menos por cierto. El primero que hable con ellos, por favor, que les pregunte por lo del sexo, para salir ya de dudas y perder el tiempo hablando de otra cosa. Ah, y dice un amigo mío adventista, que si saben ya cuándo van a bajar a la Tierra a caballo al son de las trompetas para que empiece el Juicio Final. Es lo bueno que tiene poder comunicarse con los ángeles, que tienes información privilegiada.
No creo que cure nada ni siquiera el intento, ya que se demostró científicamente, esta vez sí, que la oración colectiva tampoco era útil para la curación a distancia.

Cierro esta narración ya, porque me está entrando ya el arrebato sarcástico, con la misma idea que ya adelanté en las medianías: chicos, no todos teneis que curar. La medicina cura. Otras cosas se hacen por bienestar físico, psicológico o espiritual, y está bien así.
Otras cosas no se deben siquiera hacer, por peligrosas sin aportar beneficios.



martes, 13 de junio de 2017

Antivacunas... atención que vienen curvas

Dejamos caer ese nombre en la última entrada: ANTIVACUNAS

¿quiénes son? ¿dónde van? ¿de dónde vienen?

Voy a intentar explicarlo, aunque me brote la vena sarcástica, y no consiga, esta vez, hacerlo desde un punto de vista neutral puramente informativo. Conforme avance la entrada comprendereis por qué.

Los movimientos antivacunas son una corriente de opinión que, como su mismo nombre indica, no son partidarios del cumplimiento del calendario vacunal, por motivos dispares (lo que ya de por sí los hace poco creíbles). De hecho, más allá de la opinión, cuando la vacunación no es obligatoria, deciden de forma unilateral no poner las vacunas a sus hijos.

No van a ninguna parte. En mi opinión. Por un motivo que se va haciendo evidente conforme pasan los años en los que estos movimientos y estas personas han tenido permitido decidir: porque las consecuencias de sus actos está llevando en diferentes países a modificaciones en la ley que los van cercando, y limitando sus posibilidades. Sigamos con la historia, para que todo esto cobre sentido.

Si esto fuera una peli, aquí habría un subtítulo que pusiera "Londres, 19 años antes"...
Como os adelantaba en la entrada anterior, vivía por entonces un tal Dr. Wakefield que publicó en la afamada y reconocida revista Lancet un artículo en el que hablaba de la relación entre el mercurio contenido en la vacuna triple vírica y la aparición de autismo.
Como es natural cundió el pánico, pues las consecuencias, en caso de haber sido verdad, hubieran sido catastróficas.
Entonces, ligado a esto, aparecieron los primeros movimientos antivacunas, bajo el auspicio de Wakefield y encabezados por padres de niños diagnosticados de autismo (eso era entonces, el a actualidad ese vínculo esta casi totalmente desaparecido).
Al cabo de unos años se descubrió el pastel, como hablamos, cuando se comprobó que Wakefield falseó los datos de su estudio, y se ganaba la vida con la administración de supuestas vacunas alternativas y costosas terapias para los niños autistas. Wakefield fue sancionado y perdió el título y con él la licencia para ejercer la medicina, y Lancet pidió disculpas por la responsabilidad de haber dado sitio a tal publicación.
¡Ajá! Wakefield se estaba enriqueciendo a costa de las consecuencias de la publicación de su artículo.
En los años siguientes, y hasta la actualidad, se han publicado multitud de estudios que descartan cualquier clase de relación entre vacuna triple vírica, o cualquier otra, y autismo. 
Se da la triste coincidencia que la edad a la que se administra la vacuna es la edad a la que comienzan a aparecer los síntomas del autismo, para colmo de males.

Wakefield encabezaba el movimiento antivacunas con el único interés económico. No niego que haya otros, es más que probable, que hicieran lo mismo. Deleznable, intolerable. Pero al menos se puede comprender por qué lo hicieron, aunque el motivo sea rechazable.

Vamos a pararnos a pensar ahora. Bueno, si esto entonces ya se conoce que es así, ¿cómo es que sigue habiendo grupos antivacunas, personas antivacunas, es más, minoritariamente gracias a Dios, sanitarios antivacunas?
Lo único que me lo puede explicar, siquiero ser bondadosa en mis pensamientos, es la desinformación, la ignorancia más o menos voluntaria. Hay quien ha oído campanas, pero no sabe dónde. Se ha quedado con una información a medias, sin profundizar siquiera en internet, sin preguntar a sus profesionales de referencia, nada. Han oído que las vacunas son malas y deciden no ponerlas a sus hijos. Escudan sus argumentos en la existencia de errores, y de fallos, cuando ellos son la excepción, e inevitables dada la imperfección de toda actividad humana, y en el condenado artículo de Wakefield en Lancet, ignorando todo el resto de publicaciones posteriores.
Y no será porque falte información, porque en internet, más que el movimiento antivacunas, predomina el movimiento PROVACUNAS, el contrario, que intenta argumentar científicamente y convencer a las personas con el conocimiento actual completo sobre los beneficios de cumplir el calendario vacunal infantil. Entre los profesionales sanitarios, la inmensa mayoría somos partidarios de la vacunación obligatoria infantil.

Y hay un tercer grupo de antivacunas, que son los que de verdad me sacan de mis casillas. Son los antivacunas "CHIC". Son los papás y mamás de nivel económico alto, en ocasiones con formación universitaria (lo de nuevo demuestra que no garantiza nada, por desgracia), que, sin ninguna clase de filtro intelectual, adoptan la corriente antivacunas porque les parece molón. Porque ellos, los "chic", son unos librepensadores, y tienen inteligencia y formación suficiente para no dejarse llevar por el miedo social que impone la industria farmacéutica con el beneplácito de los gobiernos, que seguro que también están sacando tajada de eso. Ellos no son sensibles a las presiones de la industria farmacéutica, que lo que hacen es enriquecerse inventando enfermedades para darnos medicinas que no necesitamos. Qué mala gente, los de la industria farmacéutica.

Así que ellos, muy chic y molones, se benefician de la inmunidad de rebaño, de grupo, que genera la panda de borregos que somos los demás dejándonos llevar hacia la vacunación de nuestros cachorros, dado que hasta ahora la mayoría de la población estaba vacunada. Pero en las zonas donde el movimiento antivacunas es más importante, aparecen brechas en esta inmunidad de rebaño que deja expuestos a los más frágiles (inmunodeprimidos por enfermedad o medicación, enfermos de cáncer, no vacunados) y empiezan a aparecen casos de enfermedades que estaban casi desaparecidas, que llevaban años sin darse, hasta el extremo que algunos médicos que estamos aún lejos de la edad de jubilación no hemos visto un solo enfermo en nuestro recorrido profesional.

Y además algunos se mueren.

Pero a esas personas que decidieron no poner vacunas a sus hijos, y con ello perjudicarlos a ellos, y a la sociedad en la que viven, y de la que se benefician, a esas personas no se les pide ninguna clase de responsabilidad, y yo no lo entiendo. Creo que están cometiendo un delito contra la salud pública, y en el caso de haber enfermos, un delito de lesiones, o de homicidio no voluntario.
Porque el resultado es un enfermo, o un muerto.

Y no sé si me cabrea más que sea por ignorancia, habiendo información, o si es por postureo.
Sí, me cabrea más el postureo. En líneas generales, el postureo saca de mí lo peor de mi vocabulario, y me estoy conteniendo.

Me pregunto si tienen esa misma actitud de resistencia contra las presiones de otras industrias, pero creo que no. No se hacen su propia ropa con sacos de arpillera con la única intención de tapar su cuerpo, sino que se compran ropa en las tiendas de moda, a veces gastando un pastizal en ser chic. Es que la vida de la gente chic no es fácil. No caminan, se compran coches. Y a veces muy caros, sólo por el prestigio que da una determinada marca. Hablan por el móvil, y participan en redes sociales troleando a los tuiteros provacunas y en general en los blogs en los que se expresan opiniones opuestas a las suyas, aunque sean vertidas por personas con mucho más criterio profesional que ellos. Y oye, con moviles de más de 500€, mucho más a veces.
Más postureo. Pero mira, ese no mata a nadie, así que me la pela en qué se gasten su dinero y cómo de chic quieran aparentar, mientras que se dejen de gilipolleces y de hablar de lo que no saben y cumplan con el calendario vacunal. 

Ojalá tengamos pronto en este país leyes en las que sea obligatoria la vacunación para acceder a la escolarización, para tener beneficios sociales, leyes que hagan obligatorio el cumplimiento del calendario vacunal infantil, y su incumplimiento, un delito. Leyes por las que la introducción de vacunas en el calendario se rija sólo por motivos científicos, y no económicos o políticos. Un calendario vacunal único para todo el país, por fin, ya era hora, y si fuera posible, los más parecido posible entre los países del mismo entorno, que el mundo global es una realidad.





sábado, 10 de junio de 2017

Si lo dice un famoso...

Acabo de leer esta frase en Facebook. La comparte un amigo, hablando de lo mismo.
Si lo dice un famoso, es falso, es caro o es malo para la salud.
En este caso, dos de tres.

Estamos hablando de la reciente metedura de pata de Javier Cárdenas en la radio.
¿Que no lo habeis oido? Yo os lo cuento.

El otro día Javier Cárdenas se puso a hablar de vacunas en la radio.
Un tema al que todos somos sensibles, pues se trata de la salud de nuestros niños. Y de nuestros mayores, que la inmunidad dura toda la vida y se puede uno coger una infección en cualquier momento, pero vaya, de forma inminente, hablamos de la salud de nuestros niños.

No se le ocurre otra cosa que decir más que "por culpa de las vacunas han aumentado en un 78% los casos de autismo en Estados Unidos". Dejando caer, además, en la misma conversación, unas pinceladas de paranoia farmacéutica y cómo esos lobbies de la industria nos enferman a todos queriendo, para luego hacerse de oro curándonos de enfermedades que no tendríamos si no fuera por ellos.

Como es natural, la comunidad médica, sanitaria en general, montó en cólera y Twitter ardía en críticas a la difusión de tal mensaje por un medio de comunicación.
¿Por qué nos ponemos de esa manera? Porque basta un mensaje de esa forma para que se cargue la labor informativa que podemos hacer desde las consultas durante años.
La verdad de esta historia, el montaje y desmontaje de este bulo lo podeis leer en el enlace que os dejo más abajo a la carta de Lucía a Javier Cárdenas, y en el enlace al audio de las palabras del mismo.
Para los que lo prefirais, os lo resumo aquí. Esa falsa relación entre las vacunas y el autismo fue propagada por un médico inglés que publicó en la prestigiosa revista Lancet en los años ochenta.  Años después fue descubierto el pastel, tal médico tenía un negocio montado sacándole los cuartos a los padres de niños autistas, es decir, haciendo justamente lo que Cárdenas acusa a la industria farmacéutica de hacer con sus vacunas;
Entonces ese tipo (tampoco es un señor) perdió su licencia (dejó de ser un doctor, así que se queda sin título) y la revista Lancet pidió disculpas por haber hecho tal publicación (el doctorcito estafador se las dio a ellos con queso como a los demás, pero supieron, al contrario que Javier Cárdenas, reconocer el error, disculparse y compensar a los perjudicados).
Por ahí queda desmontado el bulo de la relación entre vacunas, mercurio y autismo.

Por otro lado es cierto que han aumentado el número de niños diagnosticados de trastornos del espectro autista. ¿Por qué? También os lo explico. Hubo una modificación de los criterios diagnósticos, es decir, de las características que un determinado paciente debe cumplir para ser diagnosticado de alguna enfermedad. Tras esta modificación, se diagnosticaban de TEA (trastornos del espectro autista) a pacientes que anteriormente eran calificados como trastornos de la personalidad de diferentes clases, o retraso mental directamente (por ejemplo, una de las más conocidas es el síndrome de Asperger). Podríamos decir entonces que, a la vez que han aumentado los casos diagnosticados de autismo, también han disminuido los de trastornos de la personalidad, o los de retraso mental, y a ningún gurú se le ha ocurrido decir que las vacunas hacen a los niños más inteligentes, o menos "raritos". Es que eso no es tan morboso como para salir en la tele... o en la radio...

Pero no quedó ahí la cosa. Ante tal avalancha de críticas, el tal Cárdenas (que no, que no le pongo señor, que eso hay que ganárselo) no sólo no se informa aunque sea tarde, recula y pide disculpas, que es lo que pegaba, sino que se empecina y declara que nuestas críticas, la de los sanitarios, son "manipulativas". No sé qué se cree que manipulamos, porque el audio de sus palabras está ahí.

Un paso más alla, Lucía Galán, @luciapediatra en Twitter, reconocida pediatra, bloguera y escritora, con la mente mucho más fría que yo ahora mismo, desde su blog le escribió una carta abierta para actualizar su información, completamente errónea y escandalosamente peligrosa, argumentando todo suficientemente, y aportando además la bibliografía en la que se basan sus palabras, como debe hacerse de forma profesional, en lugar de la maliciosa palabrería que se regodea en la polémica y en el miedo con las que Cárdenas inició esta reacción común.

Ya el prestigio de Cárdenas a estas alturas estaba que se recogía con la mopa, pero todavía podía empeorar: tiene una segunda oportunidad y todavía exige que Lucía le pida disculpas por criticarle. ¿hasta dónde va a llegar la cosa? ¿No se hablaba de que había una ley que prohibía que no sanitarios hablaran de salud? ¿Ahora que Montero se ha quedado en su rincón rodeada de cáscaras de limón vamos a tener que bregar con Cárdenas y su mercurio? ¿Significa entonces que un periodista que (atentos al audio) no es capaz de construir una frase sintácticamente correcta puede hablar de vacunas, pero una médica, pediatra además, no? Como diría mi amiga Ana, "esto es pa mear y no echar gota".

No. Los sanitarios vamos a seguir defendiendo que las declaraciones en medios de comunicación relativas a la salud queden en manos de profesionales, sean supervisadas, incluso reguladas por ley para evitar que se informe inadecuadamente a la población. Hablar de salud es hablar de vida, y de muerte, y si Cárdenas y los que le apoyan (porque esta demanda de disculpa de la Dra. Galán está apoyada y fortalecida por colectivos antivacunas) no se dan cuenta por las buenas, habrán de acatar la norma, o atenerse a las consecuencias en su caso.

Antivacunas... ¿de ellos ya hemos hablado antes en este blog? ¿no? Pero podemos. Otro día.