Hace unos días ha muerto en Ciudad Real una joven que se ha suicidado tras, presuntamente, haber sufrido acoso escolar. Una chica de origen ecuatoriano que sufría burlas contínuas y amenazas, al parecer, por ser de constitución frágil.
Al parecer no era suficiente con que fuera frágil físicamente. También había, presuntamente, que hacerla frágil psicológicamente.
Vaya toda mi repulsa y rechazo contra los animales que presuntamente la han tenido sometida a semejante tortura diaria. Se supone que son chicos de su edad, se supone que no están mentalmente enfermos. Se supone que son sus compañeros, y sus potenciales amigos.
Me resulta un poco pesado escribir "presuntamente" todo el tiempo para no incurrir en ningún delito.
Pues esos adolescentes teóricamente sanos, que presuntamente han acosado a esa chica hasta el punto de preferir estar muerta que volver al insituto son, en mi opinión, peores que los animales. Los animales acosan a sus víctimas hasta la muerte por hambre únicamente. Ni siquiera matan por competencia sexual, el otro gran instinto.
Pero un puñado de seres, porque no se me ocurre ninguna otra palabra que deba usar públicamente, por ser menores de edad se van a ir de rositas después de esto, que seguramente, si fueran adultos y se demostrara su culpabilidad, se catalogaría de homicidio no intencionado, o algo por el estilo. Esos seres han sometido a maltrato a una igual; está claro que no la consideraban una igual, sino un ser inferior merecedor de vejaciones, y de cuya seguridad y bienestar no había que preocuparse en tanto en cuanto era utilizada como objeto de diversión.
Al parecer su padre había denunciado la situación en el Centro Escolar. Al parecer, el centro escolar tenía editado una especie de manual contra el acoso escolar que se utilizaba en las tutorías para todos los alumnos. Al parecer, por este motivo, el centro había recibido un premio. Al parecer, en este centro se siguieron todos los protocolos aplicables.
Pues al parecer, algo está fallando. O el manual no se utilizaba tanto, o no era suficientemente bueno como para que el mensaje calara en los alumnos, o habrá que revisar los protocolos, o habrá que revisar que se siguieron realmente. O habrá que revisar quién y cómo está educando a esos "seres". Del colegio es responsabilidad la formación académica. La educación, los valores, ¿quién tiene que transmitirlos? ¿quiénes son los responsables de las actuaciones de los menores de edad? Eso merece entrada aparte. Continuará...
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