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miércoles, 30 de octubre de 2013

Música para relajarse y meditar

 




Gracias, mamá, por enviarme el  vínculo a este blog consciente.
Concretamente a esta entrada sobre música para relajarse y meditar.

Aunque no sigue las instrucciones, lo estoy escuchando ahora mismo mientras escribo esto. Porque es agradable, y me ayuda a mantenerme concentrada en lo que hago.

Porque muchos días el día a día nos puede, a todos.

Gracias, mami


http://comunidadconsciencia.ning.com/group/audios/forum/topic/show?id=6536266:Topic:304650&xgs=1&xg_source=msg_share_topic



sábado, 26 de octubre de 2013

Primer Aniversario

Hoy es el primer aniversario de este mi blog que leéis.
No técnicamente, pero sí espiritualmente.
Nació técnicamente un par de años antes, en noviembre de 2010, fruto de la unión de mi entusiamo y mi ignorancia. Como un embarazo adolescente, vamos, más o menos, ¡pero por suerte no los obligaron a casarse de penalty!
Mi entusiasmo tuvo que esperar un par de añitos para conocer a otros componentes, como los conocimientos, la disciplina, la definición de objetivos y el compromiso. Será poligamia, pero ahora el maridaje es casi tan bueno como el de las uvas con queso (saben a beso).

Y el 26 de Octubre de 2012, recién vuelta a casa del Congreso SAMFYC 2012 (gracias jefe @RafaelSnchez6, por mandarme allí, ahora estás empezando a saber el bien que hiciste), como el que sale de un coma diciendo "hoy he vuelto a nacer, hoy es el primer día de mi nueva vida" resurgió como el ave fénix el nuevo "vitanimas" a través del cual os he ido contando sobre temas que me parecen os interesan, temas que me interesan a mí, temas que me preocupan, opiniones más o menos compartidas... lo que he ido pensando que podría ayudar a unos y otros a mejorar su calidad de vida, en diferentes aspectos, que al fin y al cabo es el objetivo final de este blog.

Es por eso que quiero agradecer a todos los que me leéis y seguís, vuestra compañía a lo largo de este año. Sois vosotros los que me motivais a seguir. Gracias, gracias, gracias por estar ahí. Nos seguiremos encontrando los miércoles y sábados de todo el año. llueva o ventee (poneos un impermeable para salir a andar, y un chaleco reflectante si vais por carretera).

miércoles, 23 de octubre de 2013

Las visitas al hospital


 


Hace escasos días mi amiga Rosalía (la de la foto no es mi amiga) ha tenido su segundo hijo. Precioso, por cierto, igual que su hermano mayor, Raúl, que es un niño simpatiquísimo. Risueño, como ambos padres, que son bellísimas personas.
Mi enhorabuena para ambos, lo primero, y mis mejores deseos y ¡mucha energía para criarlos!

Y no he ido a verlos.
No porque no me apetezca, que me apetece y mucho, ni porque no le tenga cariño a esa familia, que se lo tengo, y mucho también.
No he ido a verlos por convicción.
Y claro, así se lo he explicado a ellos, porque no quiero que se sientan ofendidos. Igualmente lo quiero explicar aquí ahora, para que, entendiendo mis motivos, quizás algunas personas cambien sus actitudes.

Mi convicción consiste en no entrar en el hospital si no es realmente muy importante.
Claro que cuando trabajaba en el hospital, era necesario, para mi economía doméstica, de hecho. Y conforme entraba, lo primero era ir al vestuario a cambiarnos de ropa, como hace todo el personal.

Pero desde que no trabajo en el hospital, si entro, es como paciente o como acompañante.
Cuando mi hija se partió el fémur el año pasado pasé algunos días en el hospital, y en cuanto pude, pedí prestados un pijama y unos zuecos. La suerte que mi hospital como usuaria y como profesional sean el mismo...

Pero intento no ir a visitar a personas ingresadas. Tiene que ser una circunstancia que lo haga inevitable. Y eso es precisamente por las personas que están ingresadas.
Cada uno de los visitantes vamos pasillos arriba y abajo, entramos y salimos de las habitaciones. Creo que casi ninguno se lava las manos al entrar. Es deporte nacional saltarse los controles de visitas por parte de los celadores.
Y con todo esto llegamos a ver habitaciones de hospital con visitantes amontonados, no caben sentados, y se distribuyen por los filos de la cama, apoyados por las paredes, charlan y charlan, a veces con el paciente, a veces entre ellos.

Cada uno trae MICROBIOS en sus manos, en su respiración, en su ropa, en sus zapatos. Y los va dejando por todas partes a su paso. Si en una habitación hay diez visitas en lugar de dos, puedo garantizar que el RUIDO de la conversación se convierte en contaminación acústica. Molesta a los pacientes, a todos. Al que vas a visitar lo vuelves loco, RECUERDA QUE ESTÁ ALLÍ POR UN MOTIVO, y también molestas a los de las habitaciones contíguas. Dificultas la labor de los trabajadores del centro, por el simple motivo de que OCUPAS ESPACIO.

Luego está el tema de los "detalles". Clásicos, flores y bombones. Las flores sueltan pólenes y suciedad, pueden desencadenar reacciones alérgicas en personas sensibles, y recuerda que allí hay muchas personas. El chocolate casi seguro que no está incluido en la dieta del paciente ingresado.

Y éstas son las cosas que tengo en cuenta antes de ir a visitar a una persona ingresada en un hospital. Por eso no he ido a visitar a Rosalía y a conocer a Manuel. Porque ellos saben que de corazón estoy a su lado, y que si me quieren allí no tienen más que decirlo. Pero mientras, no necesitan mis microbios ni que, junto con otras muchas personas, consuma el oxígeno de su habitación. Seguro que no está sola, tienen cientos de personas que los adoran, y encima es fin de semana. Iré a visitarlos cuando estén en casa, cuando desaparezcan los que van "a cumplir". No le llevaré flores para no crear un bebé alérgico, ni bombones que Rosalía no querrá comer por recuperar su estupenda figura lo antes posible. Por cierto, Rosa, lo que hablamos en Bornos, el "gimnasio para madres lactantes" está listo para que vengas cuando quieras. Mejor les llevo unas botellas de caldito de puchero, o de carne guisada, unos tomates o unos huevos de campo, para que congele y no se tenga que preocupar de cocinar al menos unos días, que al fin y al cabo tener un hijo es una paliza para el cuerpo y tiene que recuperarse.

sábado, 19 de octubre de 2013

Hacerse mayor sin tirar la toalla

Por supuesto que no. Aquí nadie tira la toalla así como así.
Y menos por un motivo tan ñoño como hacerse mayor.
Hacerse mayor, cumplir años, envejecer, como se le quiera llamar, más o menos eufemísticamente, Envejecer no es enfermar, ni convertirse en un inútil, ni dejar de tener solución en aspecto alguno.
Envejecer no es más que la influencia en el organismo del inexorable paso del tiempo. Conforme pasa el tiempo la función de los órganos empieza a enlentecerse o deteriorarse, los huesos y articulaciones se deforman y pierden elasticidad, la masa muscular tiende a reducirse.
No digo nada de los cambios externos. Canas, arrugas, deformidades de las manos, las rodillas, de la espalda, pérdida de estatura.
Y el dolor.

No todo el mundo envejece igual. Ello depende de la influencia genética, como tantas cosas. Ya hablamos de la influencia de la genética en nuestra existencia en una entrada reciente. No podemos cambiar nuestros genes, eso ya lo dijimos, pero efectivamente también en el aspecto del envejecimiento podemos influir en cómo nos afecta esa influencia genética.

Y tampoco podemos frenar, hasta la fecha, el transcurso del tiempo.

Finalmente, el envejecimiento lleva a las limitaciones y a la dependencia. Y lo que está en nuestra mano es retrasar todo lo posible esa situación de limitación y dependencia. Lo que es importante, además, es que no hay que esperar a ser mayor para empezar a influir proactivamente en el futuro. Pero si tú que me lees ya tienes unos años, adelante con ello, porque nunca es tarde.

No hay trucos mágicos. La "medicina antiaging" (antienvejecimiento) no es más que una capa nueva de pintura, es para no aparentar que somos mayores. No hay fármacos que retrasen el  envejecimiento, sólo que palien los síntomas de las enfermedades asociadas al envejecimiento. Quiero decir, que el bótox sólo alisa arrugas. Y que si al hacerte mayor tienes demencia, el tratamiento enlentece el desarrollo del deterioro cognitivo y las alteraciones de la conducta. De la demencia, no del envejecimiento.

Ya desde la edad joven, invertir en una vida sana es invertir en una vejez más sana. Evitar el abuso de alcohol, otras drogas, tabaco, llevar una dieta sana y hacer ejercicio moderado de forma habitual.

Por ejemplo: se sabe que la masa ósea (el nivel de calcificación del hueso) en mujeres aumenta hasta los 35 años. Desde esa edad hasta la menopausia se mantiene estable, y a partir de la menopausia declina lentamente hasta bajar a rango de osteopenia y luego osteoporosis. Entonces, ¿vas a esperar a después de la menopausia para cuidar tu ingesta de calcio diario? ¡No! Más vale la pena llevar un adecuado consumo de calcio desde antes de los 35, para alcanzar una óptima masa ósea, mantenerla hasta la menopausia, y cuando entonces comience a declinar, lo hará desde un punto más alto, así tardará más años en alcanzar niveles de riesgo de sufrir fracturas.

Tomar el sol sin protección desde la juventud da lugar a la aparición de manchas y queratosis actínicas que potencialmente degeneran en tumores de piel. Claro que está bien tratarse las manchas y lesiones que aparezcan, pero ¿no será mejor evitarlas usando una protección solar adecuada desde la infancia?

El sobrepeso y más la obesidad no son un problema sólo estético, que también. Pero conforme pasan los años, son un factor favorecedor de la arteriosclerosis (y sus consecuencias cardiovasculares), de la hipertensión, de la diabetes, de la artrosis (y sus dolores, y sus necesidades de intervenciones quirúrgicas sustitutivas por prótesis). No es fácil quitarse más de 40 kilos cuando pasas de los 50, ¿qué tal intentar no cogerlos antes de esa edad? La respuesta está en la dieta mediterránea y el ejercicio.
Otra ventaja del ejercicio: mejora el equilibrio y la coordinación, con lo que se reduce el riesgo de caídas. Aumenta la liberación de endorfinas (las hormonas de la felicidad), con lo  que aleja de la depresión. Mejora la memoria y enlentece el deterioro de las funciones cerebrales superiores. Y si se hace el grupo, encima mejora las relaciones sociales.

Volviendo al título: hacerse mayor sin tirar la toalla. En lugar de eso, úsala para secarte el sudor y...
¡ADELANTE!

martes, 15 de octubre de 2013

Lavarse las manos no es echarse agua

Quedó comprometido en la entrada anterior, sobre la prevención de la gripe, que esta entrada sería sobre la adecuada técnica del lavado de manos.
Decíamos que lavarse las manos no es echarse agua, ni siquiera echarse agua y jabón. Hay una forma de lavarse las manos que es la correcta, por quedar bien limpias y evitar una inmediata nueva contaminación.

Existe un Día Internacional del Lavado de Manos, mejor dicho, dos, uno es el 5 de Mayo y otro es hoy, 15 de Octubre, por este motivo he adelantado un día la salida de la entrada esta semana.









Como una imagen vale más que mil palabras, he usado esta infografía explicativa sobre la adecuada técnica del lavado de manos.

Es lo que se llama el lavado social de manos, el que debe hacer todo el mundo. Nada que ver con el lavado quirúrgico de manos, ni en la técnica, ni en el tipo de jabón, ni en el secado.

El uso de la solución hidroalcohólica tiene la misma técnica, la diferencia es que no se enjuaga ni se seca. El frotamiento ha de durar hasta que las manos estén totalmente secas.

Os reto a que lo probeis. Se tarda un minuto, es cierto, en hacerlo bien.

sábado, 12 de octubre de 2013

...Y qué más podemos hacer para prevenir la gripe













 


Hablamos el miércoles sobre la vacunación, hoy vamos a comentar algunas cosas sobre otras formas de prevención de la gripe.
Tanto podemos prevenir contagiarnos, como contagiar a otros.
Porque una vez que nos contagiamos, si la padecemos, sólo queda paciencia y hacer lo posible para que nuestro estado general no sea tan malo. Reposo, líquidos abundantes, evitar alcohol y tabaco, tomar paracetamol para el malestar general. No aspirina, recordemos, y menos aún a los niños.
Los antiinflamatorios (por ejemplo ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno) no aportan nada mejor, y pueden darnos otros problemas.

 

La causa de la gripe es un VIRUS, por tanto los ANTIBIOTICOS no van a hacer nada por curar la enfermedad. En este momento elevo la voz en defensa de la profesión: si tu médico no te manda un antibiótico es porque no lo necesitas, no porque quiera ahorrar dinero o porque no le importas o pretenda que lo pases a pelo. No le presiones para que te lo recete, su trabajo es saber qué debes y no debes tomar. Ni salgas de la consulta con cara de disgusto y decepción porque "no te ha mandado nada, sólo el paracetamol".




 Pero sí, para evitar contagiarnos, o contagiar a otros si somos nosotros los enfermos, podemos hacer algo, colaborar entre todos.








Taparnos la nariz y la boca con una mascarilla, con un pañuelo (de papel, desechable, si es posible), con las mangas lo más lejos posible de las manos, si vamos a toser o estornudar.

Ese pañuelo de papel, por higiene microbiológica y ambiental, ha de ir a la basura, no tirarlo en cualquier parte.

Lavarse las manos adecuadamente. Parece que no, pero hay formas y formas de lavarse las manos.
Adjudicado, próxima entrada acerca del lavado de manos. Tomar precauciones en lugares concurridos que te obligan a permanecer en un estrecho contacto con otras personas.


Quédate en la cama, descansa y recupérate. Empeñarte en estar en contacto con otras personas es arriesgarte a hacer que ellos sufran lo mismo que tú.

miércoles, 9 de octubre de 2013

La vacuna de la gripe

Estamos en mitad del mes de octubre, en plena campaña de vacunación antigripal.



La vacuna de la gripe es de nuevo diseño todos los años. Se adapta a la cepa que se prevee como prevalente, es decir, más frecuente o probable, entre las que se detectan ese año. Esto es porque el virus de la gripe tiene una enorme capacidad para mutar, para sufrir pequeños cambios en sus genes que le hacen ser a la vez virus de la gripe igualmente, y distinto del virus del año anterior.

Por eso hay que vacunarse todos los años. Porque la vacuna de los años anteriores no te protegerá de la cepa de virus de la gripe de este año.

¿Hay que vacunarse? Pues sí, pero con matices. No se vacuna todo el mundo.
¿Por qué? Se preguntará más de uno, si la vacuna es tan buena y nos protege.

Pues lo explico ahora mismo.
Porque la vacuna, como todo lo que metamos en nuestro organismo, tiene ventajas e inconvenientes. La vacuna de la gripe se prepara en un medio de embriones de pollo, con lo que las personas alérgicas al huevo corren riesgo de sufrir una reacción alérgica, por lo que deben consultar a su médico antes.
Las personas que hayan sufrido un Síndrome de Guillain-Barré (es una enfermedad neurológica) también deben consultar primero a su médico.
 Las personas que tengan reducida su inmunidad por algún motivo (VIH, linfoma, leucemia, quimioterapia, tratamientos en trasplantes) pueden no desarrollar una inmunidad suficiente (la vacuna será poco eficaz) o incluso sufrir la enfermedad que pretendemos prevenir (la vacuna de la gripe se hace con virus inactivos, pero no muertos ni fragmentos de ellos), por ello han de consultar a su médico.
No deben vacunarse los menores de 6 meses.
No deben vacunarse las personas que tengan fiebre, hasta que el cuadro haya desaparecido por completo.
La vacuna puede dar lugar a reacciones locales, en el sitio de la vacuna.
La vacuna puede dar lugar a reacciones del organismo, como un cuadro gripal muy leve de breve duración.

Por tanto: como casi todo, hay que poner en la balanza ventajas e inconvenientes, y por ello, personas por lo demás sanas, sin ningún factor especial, no necesitan la vacuna de la gripe. Porque pueden coger la gripe, claro, pero de una forma leve, y con igual probabilidad que cualquiera.

¿Quién debe vacunarse de la gripe?
1.-  Personas que, por diferentes motivos, tienen más riesgo de sufrir una gripe grave, o de consecuencias graves o mortales incluso: mayores de 65 años, o por debajo de esa edad con enfermedades pulmonares (como asma y bronquitis crónica, o fibrosis pulmonar), con enfermedades crónicas cardiovasculares -menos hipertensión arterial aislada), mujeres embarazadas, personas con disminución de las defensas (VIH, tumores), personas que no tienen bazo (porque nacieron sin él o porque les haya sido extirpado, y además debes estar vacunados frente al neumococo), personas con anemias severas, obesidad mórbida, que lleven un implante coclear o estén próximas a serles implantado. Personas con enfermedades hepáticas crónicas o con disfunción cognitiva (Síndrome de Down, demencia de cualquier tipo).
Personas que tienen más probabilidades de coger la gripe: personas que viven en instituciones como cárceles, hogares terapéuticos, casas de acogida, residencias de ancianos, trabajadores de esas instituciones y de guarderías y colegios de Educación Infantil. Trabajadores de centros sanitarios.
Personas entre 6 meses y 18 años en tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico (Aspirina (R), Adiro (R), Tromalyt (R)), por el riesgo que de sufrir un Síndrome de Reye tras la gripe. El síndrome de Reye es un cuadro agudo cerebral y hepático, con buen pronóstico si se sobrevive al período agudo, que es muy grave y mortal en un 20-40% de los casos.

Puedes leer más sobre el Síndrome de Reye con un lenguaje asequible en

http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_de_Reye


2.- Personas que pueden transmitir la gripe a las personas de riesgo (los del grupo anterior): de nuevo, trabajadores de centros sanitarios e instituciones geriátricas o de enfermos crónicos, trabajadores de la Ley de la Dependencia, personas que vivan con dichas personas de riesgo, incluidos niños.

3.- Personas que trabajan en servicios públicos esenciales: Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, de nuevo trabajadores de Emergencias Sanitarias, trababajores de Penitenciarías, Bomberos y Protección Civil.

Y la gran pregunta:
¿Por qué vacunamos? ¿Qué esperamos de la vacuna? 
La vacunación antigripal puede protegernos de sufrir la gripe, efectivamente, pero sólo en un 30-40%, se estima. El resto de las personas vacunadas pueden sufrir la gripe, pero de una forma más leve, más breve y con menos complicaciones: se pueden evitar el 60% de los ingresos hospitalarios, y el 80% de las muertes debidas a la gripe cada año.

¿Qué no esperamos de la vacuna?
Que erradique la gripe por completo de la faz de la tierra. No se considera una enfermedad erradicable, debido a la mutabilidad del virus y a la existencia de un reservorio animal con capacidad de transmitir a humanos.

Que nos evite coger resfriados comunes. Como decíamos en la entrada anterior, los virus del catarro común son diferentes del dela gripe, y son 172, concretamente. Como dejan inmunidad, ése es el número de catarros que se pueden tener a lo largo de la vida. Alrededor de dos al año de media, teniendo en cuenta la esperanza de vida actual. Desengáñate, lector, algún catarro cogerás.

Para completar información, se puede consultar en la web del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad:

http://www.msssi.gob.es/ciudadanos/enfLesiones/enfTransmisibles/gripe/gripe.htm


Bien, si estás de acuerdo, por ti y por los que te rodean, estás en uno de estos grupos, y aún no te has vacunado, aún estás a tiempo de coger cita en tu centro de salud. Aún quedan días para que acabe la campaña de este año.

sábado, 5 de octubre de 2013

La enfermedad del beso

 






Así le llaman a la mononucleosis infecciosa. Es que es difícil decir "mononucleosis infecciosa" sin que se trabe la lengua.
Es una enfermedad vírica, hay dos microbios que la pueden causar: el citomegalovirus y el virus de Epstein-Bar. Esto lo digo a título informativo, para evitar sustos, hay muchos pacientes a los que no gustan los microbios con nombre propio. Parece que causan enfermedades peores; y no, para nada.

En este caso, escribo para desmitificar la enfermedad del beso.
Lo primero, vaya por delante, porque no es una infección grave, aunque sí puede ser latosa. La mayoría de las personas la contraemos durante nuestra infancia, y ni nos enteramos, cursa como un catarro más que se pasa con paracetamol y pañuelos, si acaso.
Pero cuando se coge de adultos es otra cosa, porque con frecuencia causa una hepatitis, una inflamación del hígado, y la hepatitis da mucho cansancio, astenia que le llaman los médicos (qué gente, qué manía de cambiarle los nombres a las cosas para que no les entendamos, jeje).
Esta hepatitis es por completo benigna, quiere decir, que al cabo de unas semanas desaparece por completo sin dejar secuelas, ni estado portador, ni se contagia a otros, ni te impide actividades laborales como por ejemplo ser manipulador de alimentos.
Que se pasa peor, sí, porque empieza como un catarro, o como una gripe, y te quedas unas pocas semanas hecho una seta. Desagradable, pero leve. Además ambos virus dejan inmunidad, quiere decir que se pueden pasar una sola vez.

Lo segundo, el coraje que me da que le llamen la enfermedad del beso, como si fuera la única enfermedad que se contagiara de esa forma. A ver si ahora la gente va a dejar de darse besos, con lo bonito que es eso.
No, señores, la mayoría de los virus, incluyendo los de la mononucleosis, los 172 virus de catarro que existen (y de los que la vacuna de la gripe no nos protege), el virus de la gripe, y otros muchos, se contagian por los besos y por toda clase de contacto cercano como para que respiremos o inhalemos las partículas que otros expelen por su respiración, mientras hablan, por su tos o sus estornudos.

Así que, en este estado de cosas, teniendo en cuenta que la mayoría de nosotros ya estamos inmunizados desde la infancia, y que es una enfermedad leve al fin y al cabo, voto por seguir besando tanto como nos apetezca y sintamos a quien nos apetezca y sintamos, sin miedo a que una panda de virus nos destroce la existencia. No olvidemos que siempre tenemos nuestro sistema inmunitario para impedir que todo contacto con un microbio se convierta en una enfermedad.
Aunque sí sería más adecuado saludar al resto, es decir, a quien no besemos de corazón, con un simple apretón de manos; claro que para eso tendríamos que confiar en que las personas se lavan las manos con la frecuencia deseable, o al menos usan soluciones hidroalcohólicas. En la piel, más si está sucia, pueden haber otros microbios que también pueden causar otras enfermedades.
Al final del pánico microbiológico sólo existe una leve inclinación de cabeza como signo de reconocimiento, y una sonrisa con los labios cerrados como signo de amistad.  No seamos extremistas, que Dios inventó las defensas antes de que Danone creara el Actimel (R), y no iba mal la cosa.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Heroína y opiáceos, ¿dos caras de la misma moneda?

El pasado 31 de Agosto, aparte de fin de mes, sábado, y cumpleaños de mi amiga Macarena, (¡felicidades, prima! ), se ha celebrado el Día Internacional de la Prevención de la Sobredosis.
Con muy poca repercusión. Ni en Twitter, que varios de los usuarios a los que sigo se empeñan en recordarme todos los Días Internacionales y Mundiales de todo lo habido y por haber, he encontrado referencia alguna a ello.
Sorprendente, o no, si se mira desde el punto de vista del autor de este blog al respecto.

http://drogoteca.blogspot.com.es/2013/08/este-sabado-31-de-agosto-es-el.html?spref=tw


La lectura de esta entrada me ha abierto los ojos a un punto de vista desde el que nunca había contemplado el problema de los usuarios de analgésicos opioides. Estamos creando drogadictos legales, ¿puede ser eso verdad? Mea culpa, entono, qué remedio, nunca tuve esa visión, quizás porque mis pacientes, hasta ahora, tienen sus analgésicos muy controlados, en el sentido de que sus dosis rara vez son máximas, y gracias a la receta electrónica sé que no están tomando de más y puedo detectar si aumentan las dosis porque tienen que venir a por recetas, ya que tengo acordado con las dos farmacias de la localidad donde trabajo que no "adelanten" dispensaciones pendientes de que les lleve la receta, en lo que a opioides se refiere.

¿Que qué son los opioides u opiáceos? Medicamentos analgésicos que hacen su efecto mediante los receptores de la morfina, imitando el efecto de las endorfinas. Tramadol, Morfina, Fentanilo, Buprenorfina, Metadona, Oxicodona (de la que mucha gente no había oído hablar hasta que aprendimos en la tele que el Dr. House se las endiñaba de tres en tres, sin agua ni nada), hidrocodona, levorfanol, meperidina, hidromorfona, y la ampliamente utilizada para la tos CODEINA. Destaco las que son de uso más frecuente, al menos en mi área.

El uso es tan variable como la prescripción. Mientras alguno, como la codeína, no requiere prescripción médica y no está financiado por la Seguridad Social, otros sí requieren receta médica simple, como el tramadol y la buprenorfina, mientras que el resto requieren receta médica y añadida receta de estupefacientes, más presentar el DNI del paciente al que se prescribe en la oficina de farmacia a la hora de la dispensación.

Esta entrada por tanto, es para un ejercicio de reflexión tanto para pacientes como para mis compañeros médicos y otros profesionales de la salud. Para que todos aprendamos a cuantificar el dolor, y a tener una expectativa realista sobre la analgesia. Claro que un mórfico quita el dolor, pero a veces es matar moscas a cañonazos. Los profesionales debemos estudiar y aprender sobre el dolor, a distinguir un dolor crónico de un dolor agudo, a distinguir los diferentes tipos de dolor, y saber que algunos de ellos mejoran más con coadyuvantes que aumentando dosis o subiendo peldaños en la escala analgésica de la OMS (empecemos por conocer todos la escala analgésica, y usarla).
Así podremos hablar a nuestros pacientes con rigor y conocimiento. Decirles qué clase de medicamentos vamos a usar, qué esperamos de ellos, cuánto tiempo calculamos que van a usarlos, qué dosis es la máxima, qué hacer si aparecen efectos secundarios, y cuáles son. Aceptar, y hacerles aceptar, que en ocasiones no podremos suprimir todo el dolor, pero sí hacerlo tolerable, y mejoraremos la funcionalidad (la capacidad de realizar sus actividades habituales). Para eso, antes debemos escucharles, saber a qué aspiran cuando vienen en busca de tratamiento, y qué están dispuestos a hacer ellos para mejorar su salud.

En este vínculo podeis encontrar información sobre los efectos secundarios de los opiáceos.

http://www.biocancer.com/journal/987/216-efectos-secundarios-de-la-morfina-y-otros-opioides

No es que aparezca todo en todas las personas, ni mucho menos, o no podríamos utilizarlos...¡creo que yo preferiría quedarme con el dolor que soportar todos esos efectos secundarios! Pero está bien saberlo, porque pueden ocurrir.
Tampoco es que estos medicamentos sólo se utilicen para el dolor por cáncer, pero es cierto que en la gran mayoría del dolor de origen tumoral se hacen necesarios. Pero muchas personas los toman sin tener cáncer, cuando otros analgésicos no son eficaces y el dolor es intolerable. Que la web sea sobre tumores no quiere decir nada, ¿vale? Escogí esa porque la información es buena y está redactada en un estilo bastante fácil de entender.

Antes de terminar, un par de apuntes.
El primero de ellos, sobre lo que decía de "qué está el paciente dispuesto a hacer para mejorar su salud". Un paciente con un tumor, poco más que hacer los tratamientos (cirugía, quimioterapia, radioterapia) puede hacer en ese momento. Cuidarse todo lo posible para que éstos sean eficaces y tolerables, y evitar que reaparezca el cáncer.
Pero un paciente que toma opiáceos por dolor no tumoral, en ocasiones los tratamientos se hacen prolongados, como en el caso de dolor por artrosis, por degeneración del aparato locomotor asociado a la edad y/o al uso. Entonces hay riesgo de dependencia, y por la duración, de tolerancia, y por tanto, de hacer de un paciente un drogadicto. El medicamento no va a ser una varita mágica, y un dolor en extremidades inferiores mejora mucho con la pérdida de peso, y en cualquier otro sitio mejora el dolor y la funcionalidad con el ejercicio, manteniendo las articulaciones ágiles, y las habilidades, el equilibrio y la coordinación bien entrenados. Quizás con esas medidas siga necesitando analgésicos, pero a lo mejor no tienen que ser mórficos, sino "de los normales" (paracetamol, metamizol), y a lo mejor no tienen que ser tantos (tomar alguno un día que está uno peor). Y el paciente tiene que saber eso. Tiene que ser consciente y responsable de su dolor, de su tratamiento y de su modo de vida.

Y el segundo apunte, no podía ser de otra manera, es recordar a mis sufridos usuarios, que hacer y decir todo esto en cinco minutos es cercano al imposible. Pedirles que sigan teniendo paciencia, porque cualquier día son ellos o sus familiares los que necesitan de esto en la consulta mientras son otros los que esperan fuera preguntándose de qué hablamos detrás de la puerta cerrada.