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miércoles, 18 de junio de 2014

Niños en el umbral de la p…¡GOOOOOL!

Pues sí, es lo que hay. Mientras estamos pendientes de que las Hermandades del Rocío vuelven a Sevilla, y de todo lo que es imprescindible saber antes de que empiece el Mundial de fútbol en Brasil, o de la barba de Conchita, de repente parece que desaparece la crisis, los recortes, el derrape político, las enfermedades crónicas mortales, la pedofilia, y de repente todo es fantástico, todos somos amigos (y más si ganamos el partido) y todo va bien.
Que sí, que hay que relajarse, que no todo van a ser penas.
Que sí, que a mí también me gusta el fútbol. Y además, pienso ver todos los partidos que pueda.
Que sí, que respeto mucho a los rocieros. Bueno, a todos no. A los que van con fe, que eso es una romería. A los que van a la juerga y a dejarse ver, no tanto. Y a los que después van a los servicios sociales a ver si les pueden ayudar con las facturas, tampoco.
Que sí, que respeto mucho los intereses turísticos y a los turistas, pero no a costa de la población.
Pero cuando todos estos saraos acaben, seguiremos en crisis, con contratos en precario, con familias con todos los miembros en paro, con personas desahuciadas, con personas enfermas, frágiles que no reciben la ayuda social que necesitan, con enfermos que no pueden pagar su medicación, con escándalos políticos y dinero “extraviado” que no vuelve nunca…
Que sí, que hay que relajarse. Pero no perder la cabeza.

4 comentarios:

  1. El opio del pueblo adopta muchas formas, hay que saber reconocerlo y desinfoxicar a la gente.

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  2. Nunca mejor llamado que opio, que adormece las conciencias...

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  3. Puedes subirte a lo más alto de la hermosa torre de la Parroquia, y gritarlo hasta quedarte sin voz. Pero difícilmente lo vas a decir más claro. Y como, además, es cierto cuanto dices, y debiera resultar aleccionador, pido permiso a tu audiencia para entrometerme en vuestra casa y hacerte llegar mi felicitación y mi agradecimiento por tu dedicación a intentar ser útil al prójimo. Sólo falta que el prójimo se deje. Pero tú ya has hecho lo que debes.
    Un beso.

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    1. Gracias, papá. Intento con esta clase de entradas, crear inquietudes a los lectores para la reflexión, espero conseguir algo. Un beso, y gracias de nuevo

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