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martes, 15 de diciembre de 2015

Las embarazadas se vacunarán de la tosferina

Efectivamente.
Qué remedio, de momento es la única solución posible.
Bien, por una vez, en elsegundo renglón ya os he dado la opinión, en lugar de mantener la expectación hasta el final. De todas formas, vayamos al principio de los principios.

Voy a intentar explicar qué pasa con la vacuna de la tosferina, traducido al español. Porque desde luego en informes profesionales no se entiende, pero es que tal y como lo explican algunos medios de comunicación tampoco. ¡A ver si lo hago mejor!

Hace unos 40 o 50 años que se comenzó a vacunar de forma generalizada a la población. No por nada, es que antes apenas existían vacunas. La de la viruela, y poco más. Se pasaban las enfermedades... rubeola, sarampión, varicela, tosferina, difteria, polio, tantas que no había nombres propios para todas... mal que bien, y con una alta mortalidad en la infancia, pero los supervivientes estaban inmunizados de por vida.

Se comenzó a vacunar a la población conforme iban apareciendo las vacunas, con lo que cayó radicalmente la mortalidad en la infancia, y se dispara la esperanza de vida en más de 20 años. ¡Genial!
¿Qué pasó entonces? Que algunas vacunas tenían unos efectos secundarios intolerables, y entonces se las debilitó para que no causaran, de forma inmediata, más daño que beneficio. El precio de ello fue la duración de la protección. Que se acaba, pero no se sabe cuándo.

La tosferina es una enfermedad producida por una bacteria que se vacuna en el calendario infantil. Gracias a ellos prácticamente no existía. Es más peligrosa mientras más pequeño sea el enfermo, mortal en los primeros meses.
Lo que ocurre es que la protección se acaba en algún momento de la vida adulta, a fuerza de debilitar la vacuna infantil para que no dé efectos secundarios, y la mamá embarazada no puede transmitir al feto esas defensas de las que ya no dispone. Entonces, el bebé recién nacido está desprotegido frente a la tosferina hasta que recibe sus propias vacunas.
Eso es lo que ha pasado. Y por eso se recomienda la vacunación a la embarazada: para que transmita esa inmunidad al recién nacido, que se continuará con las propias vacunas.
Es una vacuna muy probada, segura en el sentido de no provocar alteraciones en el curso del embarazo, ni en el feto; los efectos secundarios no van más allá de la irritación en el sitio de la inyección.
Aun así, entiendo que esto debe ser una solución provisional, mientras que se exige a la industria farmacéutica que se mejore esta vacuna, con los medios, los conocimientos y la tecnología actuales, gracias a la cual llevan ganando pasta sin invertir un euro ni un dólar en ella desde hace 40 años.

Y mientras se exige a los gobiernos que aprendamos la lección, de una vez. Ya hemos visto qué pasa con la vacuna de la varicela, pero vuelven a dejar que los pediatras se salgan con la suya y se vacune en la infancia en lugar de a los 12 años, para evitar las varicelas en el adulto que es cuando son más peligrosas, y con esa medida pediatras y papás de pequeños duermen tranquilos, mientras adultos (papás y abuelos, no nos olvidemos) quedan expuestos a la varicela más agresiva y al zoster por cepas más salvajes, por selección "natural" gracias a la vacuna).
Sin mejorar la vacuna, esta táctica de repetir dosis una tras otra sólo dará lugar a más selección de cepas agresivas (las que sobreviven al convivencia con la vacuna), que sólo Dios sabe a lo que dará lugar dentro de otros 50 años. Supongo que habrá alguien a quien eso le importe. 

Las campañas de vacunación, de nuevo, porque esto lo digo mucho, son una medida de Salud Pública. No deben quedar a la decisión de los pediatras, si no ven más allá de los 14 años, si los miembros de sus comités arrastran de largo sus conflictos de intereses.
No deben estar condicionadas, y menos aún supeditadas, a imposiciones de la industria farmacéutica, cuyos intereses económicos deben pasar a segundo plano tras el interés de la salud global. No me parece mucho pedir.

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