Bueno, saliente de guardia y después de un breve paso por Arcos de la Frontera, por un motivo que aquí no viene al caso, salí rumbo a PuntaUmbría. Nunca antes había estado allí, he de decir que el pueblo es un bonito pueblo de costa onubense como casi todos ellos, lindo, sí. Y con una zona turística que no veas cómo está montada, aunque he de decir que a mí no me gustan mucho esos resorts, que me va más lo de estar en el pueblo mismo.
Rápidamente instalarme, comer algo, para aprovechar la tarde. No tenía nada previsto, pero tuve la suerte de poder acceder al Taller del Adolescente, que se dividió en 3 bloques: Déficit de Atención e Hiperactividad, al que por desgracia llegué tarde; Trastornos de la Conducta Alimentaria, que es un tema ciertamente preocupante, pero sobre el que no se aportó nada novedoso. Está bien mantener el tema en la conversación, pero realmente fue más de lo mismo.
El tercer tema era las adicciones a Internet y Redes Sociales.
Eso sí fue más novedoso, y ciertamente preocupante. Ya se le encoge a una el corazón cuando se empieza la disertación preguntando al público "¿cuántos de ustedes podrían dejar el móvil apagado 24 horas?"
Bonita forma de enfrentarnos a nuestra realidad. Nos hemos hecho a ese aparatito que nunca está muy lejos de nosotros. Hasta nos vale para hablar, aunque la función teléfono ha pasado a ser sólo una más entre todas ellas. Navegadores de internet, mis almacenes en la nube (nótese el plural), mis redes sociales (existe el hiperplural?), múltiples aplicaciones que simplifican (¿seguro?) mi vida diaria personal y profesional, las cuentas de correo electrónico (de nuevo, otro plural)...
No. Yo no soy de las que dejaría 24 horas el móvil apagado. ¿Adicta? No lo sé, no creo. Simplemente le saco utilidad. Sustituye al portátil en muchas ocasiones, lo que mi espalda agradece. Si algún día lo hago, os contaré si apareció síndrome de abstinencia.
Pero ciertamente es un problema para algunos, cuando la tecnología sustituye algunas otras facetas buenas y saludables de la vida, o necesarias incluso: amigos, familia, trabajo, estudios. Cuando alteran el comportamiento, la alimentación, el descanso. Cuando condicionan nuestras decisiones.
En resumen, cuando es el juego, la red social, la que DOMINA y CONTROLA la vida.
Internet en sí mismo no es malo, ni los móviles, ni las aplicaciones. Es el uso que se haga de ellos, que son simples herramientas.
Se supone que somos los adultos los que hemos de ayudar a los adolescentes y niños en el buen uso de estos recursos, pero la realidad es que no todos están/estamos preparados para ellos. Nos faltan conocimientos, o interés. Por desgracia, a veces, falta conciencia de la importancia.
Así que chicos, a ponernos las pilas.
Somos los padres, educadores, sanitarios, los que hemos de liderar el control en el uso de las tecnologías. Hemos de aprender sobre su existencia, su utilidad, su seguridad. Precauciones sobre identidad, geolocalización, delitos telemáticos, que hemos de conocer para advertir sobre ellas a nuestros menores para que naveguen, nunca mejor dicho, en aguas mansas.
Para finalizar, ¿por qué me refiero de nuevo a #nosinevidencia?
Recordareis que hace unos meses os hablé de esta inciativa que se desarrollaba en Twitter, liderada por Vicente Baos para defender el rigor científico y luchar contra el avance de las pseudociencias.
Con gran decepción me encuentro en el programa del congreso una mesa sobre "medicina integrativa".
No entré. Me niego a dar visibilidad y público a una mesa que creo que no ha de tener cabida en el congreso autonómico de una sociendad científica.
Porque no hablamos de terapias no farmacológicas, ni de técnicas psicológicas, hablamos de una corriente que pretende obviar el método científico que legitima la toma de decisiones en la medicina tradicional, y encima tiene la desfachatez de proclamar que los que los rechazamos lo hacemos debido a nuestra ignorancia.
Si al menos hubiera sido un debate, y no una mesa de "escucha y acata"... pero los que almacenan la sabiduría no parecen nunca estar dispuestos a enfrentar un tú a tú con los ignorantes que nos ceñimos al método científico y sus garantías.
Aprovecho para invitarles a leer la noticia del niño inglés autista que está ingresado en la UCI con serias alteraciones metabólicas debidas a tomar al menos 12 suplementos alimenticios indicados por un naturópata (me niego a poner el título de médico delante)
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