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sábado, 28 de diciembre de 2013

…CUANDO EL BULTITO AL FINAL FUE UN CÁNCER



Ya lo dije. Ya dije la palabra que nadie quiere oir. Pero es que evitar la palabra no le va a quitar importancia a lo que está pasando. Al contrario, pienso que quitarle importancia puede llevar incluso a no valorar la importancia de los tratamientos. Pero cada cual es como es, y otros lo pueden ver de otra manera.

La cosa es que algunas veces ese dichoso bultito sí es un tumor maligno. Por eso la importancia de detectarlo lo antes posible, por eso la agresividad de los tratamientos. Por eso tanta concienciación social, porque con los tumores malignos, el tiempo juega en contra.
Y ante la sospecha inicial, se pone en marcha toda la maquinaria: el estudio completo, la confirmación. La consulta con el oncólogo y el cirujano, la espera a la decisión del equipo multidisciplinar. Eso es que se sientan todos los médicos implicados (cirujano, oncólogo, patólogo…) y deciden cuál va a ser el mejor tratamiento para ti.
Llega la intervención, más o menos agresiva. Agresiva en el sentido de tener que quitar más o menos pecho, con lo que eso supone para tu imagen, y con ello, psicológicamente. Llega la quimioterapia, imprescindible a veces pero tan tan mal tolerada. Qué mala se pone una…Ay. Y la radioterapia en ocasiones. O todo junto.
Es un proceso largo, y penoso. Físicamente y psicológicamente. Claro que con la ayuda y el apoyo de los que te quieren se lleva mejor, pero la que lo está pasando es la que lo está pasando.y merece toda la atención, el cariño, la ayuda y la comprensión de los que la rodean; y de cualquier otro, a veces un extraño, como ocurre cuando recurres a una asociación de enfermos o a la Escuela de Pacientes.
Ayer vi un video genial. Es un corto publicitario de una marca de cerveza, aunque realmente no es abusivo en publicidad. El director es Paco León, lo que viene a confirmar que “el Luisma no es tonto”, al contrario. Y tiene una sensibilidad admirable. Y un sentido del humor inigualable.
Os dejo el enlace (para los que os faltan códecs, ejem), para desde aquí mandar un soplo de entusiasmo y esperanza.


Vale la pena dedicarle los algo más de 12 minutos que dura.

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