Eso es lo que tarda el humano en adquirir un nuevo hábito.
Es lo que dicen los estudios científicos. Y es que hay estudios científicos para casi todo (menos para los productos homeopáticos y los remedios naturales, como hemos podido aprender recientemente).
Eso da otra perspectiva a la vida.
Porque si te planteas que dentro de 21 días lo que ahora es un esfuerzo, será parte de tu rutina, no se hace tan cuesta arriba ponerse en marcha con nuevos objetivos y fuerzas renovadas.
Si estás dejando de fumar.
Si estás haciendo cambios saludables en tu dieta.
Si has iniciado un hábito de ejercicio fisico.
Si te levantas más temprano para aprovechar mejor el día.
Si no eras lector habitual y te gustaría serlo.
Si te has mudado recientemente.
Si estás rediseñando tu familia.
Si comienzas un tratamiento crónico.
Son sólo 21 días de esfuerzo en incorporar el nuevo hábito a tu vida diaria. No hay que hacerlo todo de golpe, algunas cosas pueden ser progresivas. Se pueden plantear objetivos intermedios, por ejemplo semanales: primera semana, un objetivo menor. A la semana, se valora el cumplimiento, y las dificultades que se hayan encontrado. Se replantea el objetivo para la segunda semana, y se añade un nuevo reto. al finalizar la segunda semana, se evalúan ambos. Y se plantea la tercera semana con un reto más ambicioso.
Al finalizar la tercera semana, no sabrás qué hacer la siguiente sin plantearte un nuevo objetivo.
Pero sin lucha, que no tiene que ser "a dolor". Con alegría, y con entusiasmo, que es como al final se consiguen las cosas.
¿Y si fracasamos? ¿Y si no sale como esperamos?
Pues puede pasar, por supuesto. Y no pasa nada, se replantea y se empieza por el principio.
El truco está en caer siete veces y levantarse ocho.
La perseverancia fructifica.
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