El
sofocón del día merece una entrada extra en mi blog.
Más que
sofocada, estoy indignada. Llevo en Rota (Cádiz) de vacaciones con mi familia
desde hace 5 días. Todos estos días he salido a caminar/correr por las mañanas,
como es mi costumbre siempre que tengo la mañana libre, y encontré un recorrido
precioso y libre de polución en su mayoría. Por el paseo marítimo hasta Virgen
del Mar, y lo explico para quien conozca Rota un poco, y luego por un sendero
de madera, a este propósito, preparado por el Ayuntamiento para disfrutar del
pinar y la zona de dunas sin perjudicar la vegetación tan frágil que están
intentando mantener, por no hablar de que es territorio del camaleón, especie
protegida.
El
sendero está estupendamente hecho, ni un clavo fuera de sitio, las tablas
perfectas, banquitos para descansar y papeleras en todo el recorrido. Mucha
información sobre las especies animales y vegetales de la zona. Y está tan
limpio…
Estaba.
Hasta
ayer.
Hoy para
mi sorpresa entro en el pinar, y algunas papeleras están hasta arriba, mientras
otras están vacías, pero rodeadas de papel higiénico, botellas de refrescos y
de bebidas alcohólicas, bolsas de plástico. Los ojos se me iban abriendo como
platos, sorprendida por la cantidad de suciedad que había no sólo en el
sendero, sino por todo el pinar.
Pero la
boca se me abrió, y con la mandíbula descolgada seguí todo el camino, cuando
empiezo a ver tiendas de campaña, sacos de dormir, cuerdas tendidas entre los árboles
de las que colgaban sábanas a modo de “paredes”, sombrillas pinchadas… y más
basura repartida en sus alrededores, creando un cerco de BASURA en torno a sus “habitantes”,
humanos y caninos.
Cientos
de jóvenes han invadido el pinar. La mayoría estaban aún acostados, los que
estaban despiertos tenían pinta de estar “aún” despiertos, desayunando cerveza
o tinto de verano en macetas.
Algunos,
prudentes, orinaban en cualquier lado, pero de espaldas a sus amigos, por lo
del pudor. Por lo visto no les daba pudor ninguno orinar de cara a los
paseantes por el sendero, que atónitos contemplábamos la escena. Las niñas, muy
preparadas para el evento, viajan con un rollo de papel higiénico en la
mochila. Que las he visto yo saliendo de entre los arbustos.
Y
cruzando entre ellos, les oigo decir que ando como si estuviera en el Metro de
Londres. Si supieran lo que yo estaba pensando en ese momento... hubieran dicho
que ando como un Cyborg en Terminator 3. Llego al paraje de Punta Candor, y hay
una caravana con el porche desplegado y una pandilla de 10 desayunando, en la
plaza de minusválidos. Espero que hoy ningún minusválido tenga pensado ir a la
playa de Punta Candor. Y al otro lado de la carretera, cientos, miles de
tiendas de campaña se hacinan en un recinto a todas luces pequeño para tal
aforo.
Policía
Local, empleados municipales de limpieza y recogida de basura, en motos, en
coches, en camiones, no dan abasto a recoger la cantidad de mierda que esos
miles de energúmenos han dejado por todas partes.
Por fin
veo un cartel que explica de dónde ha surgido esta invasión:
Me
parece irónico el contenido del cartel frente a la realidad que ven mis ojos.
Otro
cartel que ha sido vilmente ignorado: la sombrilla naranja bajo la que una pareja tenía sexo al poco sol de esta mañana está a escasos metros del cartel que veis abajo.
Y hablo
de esto en un blog de salud por los diferentes aspectos que compete.
Por
salud ambiental. La horda de jóvenes ha decidido invadir un espacio protegido
sin contemplaciones. Han sembrado de basura cada metro cuadrado por donde han
pasado.
Por
salud comunitaria. Los cristales rotos, la basura que atrae ratas, orina y
heces humanas y caninas a discreción, ponen en peligro la salud y el bienestar
de los vecinos de la zona.
Por
salud individual. Hablando claro, estos chicos huelen mal. Huelen a varias
duchas de atraso. Orinan y defecan en cualquier parte, sin poder limpiarse en
condiciones. Comen y beben en cualquier parte, y cualquier cosa. Duermen en el
suelo. Y parece que han pasado toda la noche, y con plan de seguir todo el día
y la noche que sigue, bebiendo ingentes cantidades de alcohol, con el daño a
corto, medio y largo plazo que eso causa y va a causar en su salud. Fumando
marihuana y hachís, y muy probablemente algunas otras drogas que no se ven ni
huelen desde el sendero.
Y
también hablo de esto por la falta de respeto para el entorno que todo esto
supone, a pesar de tanto cartel, por el despliegue de medios que este
ayuntamiento ha debido utilizar para este evento y la imagen tan negativa que da
de esta ciudad. La expresión de impotencia de los Policías Locales que andaban
por la zona me hace pensar que comparten mi opinión.
Y
porque muchos de estos jóvenes el resto del año estarán lloriqueando en alguna
manifestación para que las instituciones les solucionen la vida, les
subvencionen, les faciliten los medios para que ellos se desarrollen como
personas. Igual otro día lo veo de otra manera, pero a fecha de hoy en lo que a
mí respecta no merecen ni el manguerazo que el servicio de limpieza estaba
dando a su “territorio”.
Tremendo panorama
ResponderEliminarEs muy triste que las concentraciones de gente que conllevan los festivales de música den lugar a estas situaciones.
De lo que estoy convencida es de que, como en muchos casos, ha sido solo una parte de las personas allí presentes la que ha mostrado su falta de civismo
Aquí está la descripción de la zona de acampada de "Al Rumbo Festival" y las normas de uso
http://www.alrumbofestival.com/acampada.php
No sé si la zona que a la que te refieres está dentro o fuera del espacio habilitado como zona de acampada
En cualquier caso parece que ha habido falta de control por parte de la organización del festival y de las autoridades.
En ocasiones no son los que asisten al Festival quienes se comportan de esta forma (ya que disponen de servicios y duchas) sino otras personas que acuden a la zona sin entrada para el Festival
En fin, difícil controlar concentraciones de miles de personas sea en un festival, en un botellón, en carreras de motos etc.