Al hilo de un tuit que leo: "el síndrome postvacacional es más intenso conforme más largas han sido las vacaciones".
Y yo me quedo helada. Quizás porque yo no he tenido nunca uno de esos síndromes postvacacionales, a pesar de haber tenido vacaciones ya bastantes veces en mi vida, no me puedo poner en el lugar del que se deprime porque vuelve al trabajo.
Y en los tiempos que corren más que nunca, vamos a dejarnos de tonterías. ¿Me quieres decir que te deprimes por volver al trabajo, y que mientras más tiempo has estado de vacaciones, más deprimido estás?
Lo que tendrías es que estar dando saltos de alegría.
1.- Porque tienes un trabajo al que volver.
2.- Porque si tus vacaciones han sido largas es porque tienes un contrato proporcionalmente estable.
3.- Porque se supone que vienes de pasar unos días de descanso, sin responsabilidades laborales, disfrutando de tus actividades de ocio con la familia o con los amigos.
Y en vez de llegar con las pilas cargadas, contento por lo bien que lo has pasado, con energías y ánimos renovados, resulta que vienes deprimido.
Pues nada, el año que viene no te cojas vacaciones. Quédate trabajando, verás qué contento pasas todo el verano. Mejor aún, renuncia a tu contrato, así no tendrás vacaciones sino que serás un desocupado de larga duración. Deja que tu puesto lo ocupe otra persona más dispuesto a apreciar tu situación.
Seguro que con estas soluciones te ahorras esa depresión tan horrible de la vuelta al trabajo, pobre.
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