Ha llegado una señora a la consulta. Tiene más de 80 años, es independiente para su vida diaria, está aceptablemente sana dentro de sus enfermedades crónicas.
Viene porque ha estado hablando con Paco. Sobre la planificación anticipada de decisiones.
En las semanas pasadas nosotros estuvimos hablando de ello. Preparando intervenciones comunes para ir orientando este aspecto.
La planificación anticipada de decisiones no es más que reflexionar sobre lo que uno quiere para su atención sanitaria en sus momentos finales o en caso de no estar en condiciones para decidir.
Ya veis, está íntimamente ligada a las Voluntades Vitales Anticipadas, tal y como yo lo veo, es un paso previo necesario al Registro Oficial de las mismas.
Así que esta señora, después de hablar con Paco, había estado pensando sobre ello. Tiene muy claro lo que quiere, fruto de la experiencia con la enfermedad y fallecimiento de su esposo y otros familiares. Mas bien, se podría decir que sabe lo que no quiere.
Y también tenía algunas preguntas, que respondí con gusto.
Después de muchos más minutos de los que mi empresa pública sanitaria considera que le debía adjudicar a esta consulta, la señora ha salido del centro con el formulario para registrar sus voluntades vitales anticipadas. Ha pedido una cita con la Trabajadora Social para que le ayude con algunas decisiones, ya que de momento no quiere hablar este tema con sus familiares.
¿Qué he sacado de esta experiencia en la consulta?
Que el trabajo en equipo funciona cuando los profesionales se involucran en el equipo.
Que cuando se les dedica tiempo, los mensajes llegan a las personas.
Que reflexionar está al alcance de todos, independientemente de la edad y la formación académica.
Que cuando uno sabe lo que quiere, no necesita la aprobación de los demás, busca la manera de hacerse aceptar; y que las decisiones tomadas proporcionan mucha tranquilidad.
Gracias, señora que viniste a la consulta. Nos has enseñado mucho a todos.
Vistas de página en total
martes, 7 de octubre de 2014
domingo, 28 de septiembre de 2014
Las cosas urgentes, las cosas importantes y lo tuyo
Voy a ser pesadita, y a conciencia, pues parece que no importa cuántas veces se diga, el mensaje no termina de llegar suficientemente claro. A la vista del plan, ni siquiera cuando uno lo ha vivido en primera persona.
Voy a empezar por la conclusión, para el que quiera la versión breve. Hay cosas urgentes e importantes. Cosas urgentes. Cosas importantes. Éstas tienenprioridad, y las demás no.
Además, la prioridad la establezco yo, que sé las cosas que tengo pendientes de hacer, y sobre las que ni debo ni quiero darte explicaciones, querido “abusuario de servicio sanitario”.
Así que, la próxima vez que seas un paciente de otro médico, que quieras que, sin cita, te dé los resultados de unas pruebas que yo no he pedido ni sé por qué se han pedido, procura aceptar las prioridades que yo he establecido.
Porque si lo hubieras hecho,probablemente me hubiera entretenido, a la vuelta del aviso urgente al que te dije que iba cuando insististe de malas maneras en que “lo tuyo” iba antes, en abrir tu historial sanitario, enterarme de las circunstancias, explorarte y darte los resultados que querías, a costa de hacer esperar otras cosas que ya tenía pendientes de hacer, pero que tampoco eran prioritarias.
Pero decidiste empecinarte en que “lo tuyo” era más importante que la persona que esperaba atención urgente en su domicilio pudiera estar padeciendo. Y te atreviste a decir que si no le hubiera dedicado veinte minutos a otro paciente que vino con cita a la consulta, hubiera tenido el tiempo para ti. No, estimada “abusuaria de servicio sanitario”, si no le hubiera dedicado ese tiempo a ese paciente no me hubieras encontrado en la consulta porque estaría ya atendiendo el aviso domiciliario urgente, o hubiera estado haciendo alguna de las otras cosas no prioritarias que tenía que hacer durante el resto de la mañana, que gracias a ti y a otros tantos como tú, se quedaron pendientes hasta por la tarde durante mi guardia en otra localidad.
La prioridad de la atención la establezco yo. El tiempo que le dedico a cada paciente lo establece el motivo de la consulta, jamás he cortado una consulta porque hayan pasado los cinco minutos asignados, y el retraso que ello causa lo padecemos todos, yo la primera. Qué sabes tú de por qué le he dedicado tanto tiempo a otro paciente. A ti, “abusuaria enfadada”, en este caso ni te perjudica ni te beneficia porque tu demanda de atención no estaba justificada, y si hubieras sido más razonable y más educada, hubieras sido atendida, aun así; y me voy a permitir recordarte las ocasiones en que mi actitud te ha beneficiado.
Estoy muy contenta de haber terminado esta entrada sin haber escrito una sola palabrota. Porque si tú estás enfadada, no tienes ni idea de cómo estoy yo. Echando chispas.
Voy a empezar por la conclusión, para el que quiera la versión breve. Hay cosas urgentes e importantes. Cosas urgentes. Cosas importantes. Éstas tienenprioridad, y las demás no.
Además, la prioridad la establezco yo, que sé las cosas que tengo pendientes de hacer, y sobre las que ni debo ni quiero darte explicaciones, querido “abusuario de servicio sanitario”.
Así que, la próxima vez que seas un paciente de otro médico, que quieras que, sin cita, te dé los resultados de unas pruebas que yo no he pedido ni sé por qué se han pedido, procura aceptar las prioridades que yo he establecido.
Porque si lo hubieras hecho,probablemente me hubiera entretenido, a la vuelta del aviso urgente al que te dije que iba cuando insististe de malas maneras en que “lo tuyo” iba antes, en abrir tu historial sanitario, enterarme de las circunstancias, explorarte y darte los resultados que querías, a costa de hacer esperar otras cosas que ya tenía pendientes de hacer, pero que tampoco eran prioritarias.
Pero decidiste empecinarte en que “lo tuyo” era más importante que la persona que esperaba atención urgente en su domicilio pudiera estar padeciendo. Y te atreviste a decir que si no le hubiera dedicado veinte minutos a otro paciente que vino con cita a la consulta, hubiera tenido el tiempo para ti. No, estimada “abusuaria de servicio sanitario”, si no le hubiera dedicado ese tiempo a ese paciente no me hubieras encontrado en la consulta porque estaría ya atendiendo el aviso domiciliario urgente, o hubiera estado haciendo alguna de las otras cosas no prioritarias que tenía que hacer durante el resto de la mañana, que gracias a ti y a otros tantos como tú, se quedaron pendientes hasta por la tarde durante mi guardia en otra localidad.
La prioridad de la atención la establezco yo. El tiempo que le dedico a cada paciente lo establece el motivo de la consulta, jamás he cortado una consulta porque hayan pasado los cinco minutos asignados, y el retraso que ello causa lo padecemos todos, yo la primera. Qué sabes tú de por qué le he dedicado tanto tiempo a otro paciente. A ti, “abusuaria enfadada”, en este caso ni te perjudica ni te beneficia porque tu demanda de atención no estaba justificada, y si hubieras sido más razonable y más educada, hubieras sido atendida, aun así; y me voy a permitir recordarte las ocasiones en que mi actitud te ha beneficiado.
Estoy muy contenta de haber terminado esta entrada sin haber escrito una sola palabrota. Porque si tú estás enfadada, no tienes ni idea de cómo estoy yo. Echando chispas.
miércoles, 20 de agosto de 2014
Reflexiones playeras
¡Buenos días a todos de nuevo!
El blog se ha quedado de vacaciones algunas semanas más que yo, ya que he estado dedicada a poner en orden algunas cosas de mi cabeza y de mi vida 1.0, y con esto la inspiración ha estado también a la fuga.
A la fuga, pero yo corro más, así que ya estamos de vuelta. Durante todas estas semanas ha estado rondando por mi cabeza esta entrada que ahora escribo, en la que os quiero contar ideas, pensamientos que he ido atesorando durante mis muchos y largos paseos por la playa.
Me gusta andar, los que me conocen saben que soy una andarina habitual aunque confieso que he dejado de monitorizar, y debería volver a hacerlo porque es motivador. Y andar por la playa lo hace doblemente placentero. Durante esos paseos ha lugar a observar a nuestro alrededor. No sólo el mar, las gaviotas, el paisaje del pinar protegido, sino las personas.
La playa va cambiando conforme avanzan las horas. Si sales bien temprano, sólo encuentras a los que pasean a sus perros y a los muchos deportistas, todos sorteando las máquinas y el personal de mantenimiento municipal de la playas y el paseo marítimo. Andarines, corredores, ciclistas, la mayoría; los menos, haciendo katas de alguna disciplina de artes marciales, o ejercicios de resistencia. Los andarines van a buen paso, los corredores tienen buena técnica, y se los ve mayoritariamente muy bien equipados de ropa deportiva y dispositivos de monitorización.
Los hay de todas las edades, y confieso que me resultan más admirables los niños que aceptan levantarse temprano para hacer deporte, y las personas mayores que superan sus dificultades físicas para mantenerse en forma.
A media mañana va apretando el calor, y ya no es hora de ejercicio intenso. Los deportistas escasean, y son sustituidos por los turistas, y veraneantes. Muchos pasean por la orilla, otros se van distribuyendo por la arena. Y yo los miro.
Miro a los paseantes, y pocos de ellos llevan un ritmo como para poder llamarlo deporte. Y me pregunto si ellos creen que están haciendo deporte, si se han informado sobre cómo hacer ejercicio; o si a la contra, simplemente están dando un placentero paseo. Recuerdo a mis pacientes paseantes, y cómo algunos se sorprendían cuando les preguntaba cuánto recorrían y la duración de sus paseos, para aproximar la velocidad; mientras otros me sorprendían a mí enseñándome sus aplicaciones de monitorización en el móvil, incluso algún monitor de frecuencia cardiaca. Si es que los setentañeros de la sierra están de los más “in”…
Los hombres mayores tienden a caminar solos o en pareja, y las mujeres con amigas o en pareja. Me resulta curioso. Me pregunto cuántos de esos hombres han sido andarines desde siempre, y cuántos de ellos han comenzado a andar después de sufrir un evento cardiovascular. Se va formando en mi cabeza la idea del paseo en prevención primaria y en prevención secundaria.
He observado la diferencia del brillo satinado del que lleva actualizada su protección solar. Con satisfacción de que la mayoría de las personas la usan, con el desespero de que no se vuelve a aplicar conforme avanza la jornada. Mamás que embadurnan a sus niños hasta que parecen muñecos de nieve, pero luego ellas no se ponen protección solar. Sin valor estadístico, y sin querer generalizar, observo que a los pelirrojos es a los que menos les brilla el protector solar en la piel, siendo como es una piel de alto riesgo.
Pienso que aún no lo estamos haciendo suficientemente bien en cuanto a prevención y cuidados de la piel.
Veo a una embarazada untándose la enorme barriga con aceite de bebés, y me entran ganas de correr hacia ella gritando ¡insensata!…pero me contengo. Está bien que a mi edad empiece a aprender a contenerme.
Veo como con los cambios de quincena las historias se repiten…definitivamente, no lo estamos haciendo bien.
Veo abuelos cuidando a sus nietos pequeños: los vigilan en la orilla mientras se bañan, juegan con ellos a las palas, y hacen castillos. Veo abuelas que, además, embadurnan de blanco a los niños con crema y les dicen que se bañen pero que el agua no les cubra más que a medio muslo. Lo que me hace sonreir recordando mi propia infancia…
Y veo nietos mayores cuidando a sus abuelos. Los acompañan bajo la sombrilla estratégicamente orientada para que no se quemen , les ofrecen su brazo mientras se acercan a la orilla para remojarse, les traen agua fresca del chiringuito. Algunos tienen suerte de tener un nieto lo bastante fuerte como para cargarlos en peso hasta meterlos en el agua y darse un auténtico baño con pelo y todo. Me parece muy emotiva la dedicación de esos jóvenes a sus mayores, que no todos y no siempre andan con los amigos y de botellón.
Veo algunas personas con graves minusvalías físicas, ante las que no se rinden y a pesar de las dificultades buscan la manera de poder disfrutar de la playa. Con lo difícil que es rodar sobre la arena, andar con muletas por la arena. O siendo ciegos. Admiro su espíritu de superación, de corazón.
Siempre me ha gustado jugar a inventarme la historia de los desconocidos que veo desde la distancia. Una mezcla de imaginación e interpretación del lenguaje corporal. Veo parejas que se sonríen y charlan entre ellos, o hacen crucigramas a medias, juegan a algo como parchís y eso sobre una tumbona. Sus sillas tienen una orientación convergente, o paralela en el peor de los casos. Y veo otras que sus sillas divergentes hablan por ellos, ya que ellos no lo hacen y probablemente no lo harán en el resto del día, salvo para acordar recoger y subir a comer. Si uno lee, el otro dormita; uno al sol, otro a la sombra; a veces una silla vacía dice mucho, una vez tras otra. Silencios playeros en unos días que sólo les recuerda lo que les separa y diferencia, y dicen las estadísticas que algunos de ellos no se comerán juntos el turrón.
Veo muchos lectores, muchos. Más mujeres que hombres, hay que decirlo. Lectores de libros, no de periódicos o revistas, me refiero. Y libros de papel, pero muchos más libros electrónicos que en los años pasados. La tecnología ha llegado a la playa para quedarse, los móviles también están presentes, pero la verdad, menos de lo que creí. Al menos no parecen tener a la población playera alienada y ausente de sus semejantes. Me pregunto cuántos de ellos están geolocalizados en redes sociales, publicando fotos de sus hijos en bañador o “avisando” a los cacos del día que vuelven a casa porque se acaban las vacaciones; cuántos de los chicos de las pandillas se han conocido por internet, cuántos dejan público su número de teléfono para socializar por whatsapp sin pensar que a la vez se están exponiendo a cualquier desaprensivo que, con suerte, sólo quiera gastarle una mala jugada aunque lo que se merezcan, por temerarios, sea que les den un buen susto que les valga de escarmiento.
Pero algunas cosas no cambian, como la megafonía llamando a los familiares de los niños perdidos, dando la hora y los avisos de bandera amarilla.
Personalmente, me encanta la playa. Y las personas.
Y creo que, de todas estas cosas que he visto en la playa, podremos ir hablando en las entradas sucesivas. ¿Os parece?
El blog se ha quedado de vacaciones algunas semanas más que yo, ya que he estado dedicada a poner en orden algunas cosas de mi cabeza y de mi vida 1.0, y con esto la inspiración ha estado también a la fuga.
A la fuga, pero yo corro más, así que ya estamos de vuelta. Durante todas estas semanas ha estado rondando por mi cabeza esta entrada que ahora escribo, en la que os quiero contar ideas, pensamientos que he ido atesorando durante mis muchos y largos paseos por la playa.
Me gusta andar, los que me conocen saben que soy una andarina habitual aunque confieso que he dejado de monitorizar, y debería volver a hacerlo porque es motivador. Y andar por la playa lo hace doblemente placentero. Durante esos paseos ha lugar a observar a nuestro alrededor. No sólo el mar, las gaviotas, el paisaje del pinar protegido, sino las personas.
La playa va cambiando conforme avanzan las horas. Si sales bien temprano, sólo encuentras a los que pasean a sus perros y a los muchos deportistas, todos sorteando las máquinas y el personal de mantenimiento municipal de la playas y el paseo marítimo. Andarines, corredores, ciclistas, la mayoría; los menos, haciendo katas de alguna disciplina de artes marciales, o ejercicios de resistencia. Los andarines van a buen paso, los corredores tienen buena técnica, y se los ve mayoritariamente muy bien equipados de ropa deportiva y dispositivos de monitorización.
Los hay de todas las edades, y confieso que me resultan más admirables los niños que aceptan levantarse temprano para hacer deporte, y las personas mayores que superan sus dificultades físicas para mantenerse en forma.
A media mañana va apretando el calor, y ya no es hora de ejercicio intenso. Los deportistas escasean, y son sustituidos por los turistas, y veraneantes. Muchos pasean por la orilla, otros se van distribuyendo por la arena. Y yo los miro.
Miro a los paseantes, y pocos de ellos llevan un ritmo como para poder llamarlo deporte. Y me pregunto si ellos creen que están haciendo deporte, si se han informado sobre cómo hacer ejercicio; o si a la contra, simplemente están dando un placentero paseo. Recuerdo a mis pacientes paseantes, y cómo algunos se sorprendían cuando les preguntaba cuánto recorrían y la duración de sus paseos, para aproximar la velocidad; mientras otros me sorprendían a mí enseñándome sus aplicaciones de monitorización en el móvil, incluso algún monitor de frecuencia cardiaca. Si es que los setentañeros de la sierra están de los más “in”…
Los hombres mayores tienden a caminar solos o en pareja, y las mujeres con amigas o en pareja. Me resulta curioso. Me pregunto cuántos de esos hombres han sido andarines desde siempre, y cuántos de ellos han comenzado a andar después de sufrir un evento cardiovascular. Se va formando en mi cabeza la idea del paseo en prevención primaria y en prevención secundaria.
He observado la diferencia del brillo satinado del que lleva actualizada su protección solar. Con satisfacción de que la mayoría de las personas la usan, con el desespero de que no se vuelve a aplicar conforme avanza la jornada. Mamás que embadurnan a sus niños hasta que parecen muñecos de nieve, pero luego ellas no se ponen protección solar. Sin valor estadístico, y sin querer generalizar, observo que a los pelirrojos es a los que menos les brilla el protector solar en la piel, siendo como es una piel de alto riesgo.
Pienso que aún no lo estamos haciendo suficientemente bien en cuanto a prevención y cuidados de la piel.
Veo a una embarazada untándose la enorme barriga con aceite de bebés, y me entran ganas de correr hacia ella gritando ¡insensata!…pero me contengo. Está bien que a mi edad empiece a aprender a contenerme.
Veo como con los cambios de quincena las historias se repiten…definitivamente, no lo estamos haciendo bien.
Veo abuelos cuidando a sus nietos pequeños: los vigilan en la orilla mientras se bañan, juegan con ellos a las palas, y hacen castillos. Veo abuelas que, además, embadurnan de blanco a los niños con crema y les dicen que se bañen pero que el agua no les cubra más que a medio muslo. Lo que me hace sonreir recordando mi propia infancia…
Y veo nietos mayores cuidando a sus abuelos. Los acompañan bajo la sombrilla estratégicamente orientada para que no se quemen , les ofrecen su brazo mientras se acercan a la orilla para remojarse, les traen agua fresca del chiringuito. Algunos tienen suerte de tener un nieto lo bastante fuerte como para cargarlos en peso hasta meterlos en el agua y darse un auténtico baño con pelo y todo. Me parece muy emotiva la dedicación de esos jóvenes a sus mayores, que no todos y no siempre andan con los amigos y de botellón.
Veo algunas personas con graves minusvalías físicas, ante las que no se rinden y a pesar de las dificultades buscan la manera de poder disfrutar de la playa. Con lo difícil que es rodar sobre la arena, andar con muletas por la arena. O siendo ciegos. Admiro su espíritu de superación, de corazón.
Siempre me ha gustado jugar a inventarme la historia de los desconocidos que veo desde la distancia. Una mezcla de imaginación e interpretación del lenguaje corporal. Veo parejas que se sonríen y charlan entre ellos, o hacen crucigramas a medias, juegan a algo como parchís y eso sobre una tumbona. Sus sillas tienen una orientación convergente, o paralela en el peor de los casos. Y veo otras que sus sillas divergentes hablan por ellos, ya que ellos no lo hacen y probablemente no lo harán en el resto del día, salvo para acordar recoger y subir a comer. Si uno lee, el otro dormita; uno al sol, otro a la sombra; a veces una silla vacía dice mucho, una vez tras otra. Silencios playeros en unos días que sólo les recuerda lo que les separa y diferencia, y dicen las estadísticas que algunos de ellos no se comerán juntos el turrón.
Veo muchos lectores, muchos. Más mujeres que hombres, hay que decirlo. Lectores de libros, no de periódicos o revistas, me refiero. Y libros de papel, pero muchos más libros electrónicos que en los años pasados. La tecnología ha llegado a la playa para quedarse, los móviles también están presentes, pero la verdad, menos de lo que creí. Al menos no parecen tener a la población playera alienada y ausente de sus semejantes. Me pregunto cuántos de ellos están geolocalizados en redes sociales, publicando fotos de sus hijos en bañador o “avisando” a los cacos del día que vuelven a casa porque se acaban las vacaciones; cuántos de los chicos de las pandillas se han conocido por internet, cuántos dejan público su número de teléfono para socializar por whatsapp sin pensar que a la vez se están exponiendo a cualquier desaprensivo que, con suerte, sólo quiera gastarle una mala jugada aunque lo que se merezcan, por temerarios, sea que les den un buen susto que les valga de escarmiento.
Pero algunas cosas no cambian, como la megafonía llamando a los familiares de los niños perdidos, dando la hora y los avisos de bandera amarilla.
Personalmente, me encanta la playa. Y las personas.
Y creo que, de todas estas cosas que he visto en la playa, podremos ir hablando en las entradas sucesivas. ¿Os parece?
miércoles, 16 de julio de 2014
Vacaciones
Cuando ya creí que no llegaba, llegó. El 16 de Julio. Felicidades a todas las Carmen que me lean, por cierto.
Hoy empiezan mis vacaciones, creo que merecidas. Por eso voy a quitarme el reloj, metafóricamente, y a soltar las llaves del coche (literalmente).
Y también habrá una pausa en las entradas de este blog. En agosto vuelvo con fuerzas renovadas, con nuevas ideas, nuevas ilusiones y nuevos proyectos.
¡Hasta la vuelta!
Hoy empiezan mis vacaciones, creo que merecidas. Por eso voy a quitarme el reloj, metafóricamente, y a soltar las llaves del coche (literalmente).
Y también habrá una pausa en las entradas de este blog. En agosto vuelvo con fuerzas renovadas, con nuevas ideas, nuevas ilusiones y nuevos proyectos.
¡Hasta la vuelta!
sábado, 12 de julio de 2014
Enfermedades de transmisión sexual (y III)
Vaya, parece que la serie de enfermedades de transmisión sexual se va a hacer un poco larga, pero es que son muchas… y me parece interesante que sepáis de ellas.
Hoy vamos a comentar sobre la Chlamydia y la Vaginitis; y seguidamente de lo que yo suelo llamar “los virus malos”: VIH y HPV
La Chlamydia es una bacteria, que afecta a uretra en el hombre, y al cuello del útero en la mujer. Sus síntomas son parecidos a los de la gonorrea, y de hecho en ocasiones ambas infecciones coexisten, es decir, aparecen juntas, se padecen a la vez.
Se contagia por contacto con mucosas de la vagina, de la boca, de los ojos, de la uretra o del recto.
En el hombre los síntomas son más evidentes, en forma de secreción por el pene, y a veces dolor al orinar.
En mujeres provoca secreción vaginal y dolor en el bajo vientre.
La gran complicación en ambos casos, es la esterilidad, por obstrucción de los conductos debidos a la inflamación.
Al ser una bacteria, tiene tratamiento antibiótico eficaz.
La vaginitis se refiere, de forma genérica, a la inflamación de la mucosa de la vagina. No siempre es causada por una infección, aunque frecuentemente es causada por microbios que habitualmente forman parte de la flora vaginal, pero al sobrecrecer, se encuentran en una proporción mayor a la habitual y comienzan a crear problemas. Los microbios más frecuentemente envueltos son el hongo Candida, el protozoo Trichomona y la bacteria Gardnerella.
Provocan picor, secreción vaginal, y dolor en la penetración (dispareunia).
VIH significa virus de Inmunodeficiencia Humana. Es el virus que causa el SIDA (síndrome de inmunodeficiencia humana). A consecuencia de la invasión de este virus en el organismo, se va deteriorando la inmunidad, el sistema defensivo natural del organismo, de forma que se ve expuesto a infecciones y tumores resistentes a los tratamientos habituales.
La transmisión de este virus es por sangre, semen y flujo vaginal. Por tanto: no exclusivamente por vía sexual, pero TAMBIÉN por vía sexual: por compartir jeringuillas contaminadas, de la madre infectada al hijo durante el embarazo, parto y lactancia; en el ámbito sanitario por transfusiones (ya no ocurre, una vez conocido el virus se analiza cuidadosamente en cada donación, desde hace muchísimos años), por instrumental contaminado.
Actualmente los tratamientos disponibles no son curativos, pero mantienen el virus bajo control; continuamente se van desarrollando nuevas pautas de tratamiento debido a la aparición de resistencias que reducen su eficacia.
Es fundamental para prevenir, el uso de preservativo en todas las relaciones sexuales, sobre todo en caso de múltiples parejas desconocidas, en caso de parejas de alto riesgo, o parejas que han tenido contacto sexual con personas de riesgo.
HPV significa Virus del Papiloma Humano. Este virus tiene muchas distintas cepas, diríamos, diferentes presentaciones; unas más benignas y otras más malignas, de forma que mientras algunas no suponen, en la actualidad, causa de enfermedad en el humano, otras dan lesiones verrugosas como el condiloma, y otras están íntimamente relacionadas con el cáncer de cuello de útero.
Su contagio es por transmisión sexual y es altamente contagioso; de hecho, se calcula que el 75% de la población mundial es portador del mismo.
Los condilomas o verrugas genitales pueden aparecer en vagina, cuello del útero o en genitales externos. Para tratarlos, se utiliza láser, fármacos cauterizantes, electrocoagulación… tratamiento que siempre es más difícil si están muy extendidos.
Cuando el virus altera la célula del cuello del útero la transforma poco a poco hasta convertirla en tumoral, y de esa forma se relaciona el virus a la aparición del cáncer de cérvix.
El tratamiento de este cáncer es quirúrgico, y muy eficaz, en los primeros estadios de la enfermedad, por eso es fundamental el seguimiento de las indicaciones de tu médico en cuanto a la participación en el Programa de Cribado del Cáncer de Cérvix mediante citologías periódicas.
Hace unos años se ha comercializado una vacuna contra este virus, que después del tiempo que ha pasado, sigue en el centro de la polémica en cuanto a su eficacia y su seguridad, por lo que a fecha de hoy, no me pronuncio respecto a recomendar o no su utilización ni dentro ni fuera del Calendario Vacunal que está en vigor en nuestra Comunidad Autónoma.
Hoy vamos a comentar sobre la Chlamydia y la Vaginitis; y seguidamente de lo que yo suelo llamar “los virus malos”: VIH y HPV
La Chlamydia es una bacteria, que afecta a uretra en el hombre, y al cuello del útero en la mujer. Sus síntomas son parecidos a los de la gonorrea, y de hecho en ocasiones ambas infecciones coexisten, es decir, aparecen juntas, se padecen a la vez.
Se contagia por contacto con mucosas de la vagina, de la boca, de los ojos, de la uretra o del recto.
En el hombre los síntomas son más evidentes, en forma de secreción por el pene, y a veces dolor al orinar.
En mujeres provoca secreción vaginal y dolor en el bajo vientre.
La gran complicación en ambos casos, es la esterilidad, por obstrucción de los conductos debidos a la inflamación.
Al ser una bacteria, tiene tratamiento antibiótico eficaz.
La vaginitis se refiere, de forma genérica, a la inflamación de la mucosa de la vagina. No siempre es causada por una infección, aunque frecuentemente es causada por microbios que habitualmente forman parte de la flora vaginal, pero al sobrecrecer, se encuentran en una proporción mayor a la habitual y comienzan a crear problemas. Los microbios más frecuentemente envueltos son el hongo Candida, el protozoo Trichomona y la bacteria Gardnerella.
Provocan picor, secreción vaginal, y dolor en la penetración (dispareunia).
VIH significa virus de Inmunodeficiencia Humana. Es el virus que causa el SIDA (síndrome de inmunodeficiencia humana). A consecuencia de la invasión de este virus en el organismo, se va deteriorando la inmunidad, el sistema defensivo natural del organismo, de forma que se ve expuesto a infecciones y tumores resistentes a los tratamientos habituales.
La transmisión de este virus es por sangre, semen y flujo vaginal. Por tanto: no exclusivamente por vía sexual, pero TAMBIÉN por vía sexual: por compartir jeringuillas contaminadas, de la madre infectada al hijo durante el embarazo, parto y lactancia; en el ámbito sanitario por transfusiones (ya no ocurre, una vez conocido el virus se analiza cuidadosamente en cada donación, desde hace muchísimos años), por instrumental contaminado.
Actualmente los tratamientos disponibles no son curativos, pero mantienen el virus bajo control; continuamente se van desarrollando nuevas pautas de tratamiento debido a la aparición de resistencias que reducen su eficacia.
Es fundamental para prevenir, el uso de preservativo en todas las relaciones sexuales, sobre todo en caso de múltiples parejas desconocidas, en caso de parejas de alto riesgo, o parejas que han tenido contacto sexual con personas de riesgo.
HPV significa Virus del Papiloma Humano. Este virus tiene muchas distintas cepas, diríamos, diferentes presentaciones; unas más benignas y otras más malignas, de forma que mientras algunas no suponen, en la actualidad, causa de enfermedad en el humano, otras dan lesiones verrugosas como el condiloma, y otras están íntimamente relacionadas con el cáncer de cuello de útero.
Su contagio es por transmisión sexual y es altamente contagioso; de hecho, se calcula que el 75% de la población mundial es portador del mismo.
Los condilomas o verrugas genitales pueden aparecer en vagina, cuello del útero o en genitales externos. Para tratarlos, se utiliza láser, fármacos cauterizantes, electrocoagulación… tratamiento que siempre es más difícil si están muy extendidos.
Cuando el virus altera la célula del cuello del útero la transforma poco a poco hasta convertirla en tumoral, y de esa forma se relaciona el virus a la aparición del cáncer de cérvix.
El tratamiento de este cáncer es quirúrgico, y muy eficaz, en los primeros estadios de la enfermedad, por eso es fundamental el seguimiento de las indicaciones de tu médico en cuanto a la participación en el Programa de Cribado del Cáncer de Cérvix mediante citologías periódicas.
Hace unos años se ha comercializado una vacuna contra este virus, que después del tiempo que ha pasado, sigue en el centro de la polémica en cuanto a su eficacia y su seguridad, por lo que a fecha de hoy, no me pronuncio respecto a recomendar o no su utilización ni dentro ni fuera del Calendario Vacunal que está en vigor en nuestra Comunidad Autónoma.
miércoles, 9 de julio de 2014
Enfermedades de transmisión sexual (II)
Buenos días!
Quedamos en que hoy continuábamos esta serie hablando de la sífilis.
La sífilis en una enfermedad causada por una bacteria, casi siempre transmitida por vía sexual, aunque también puede pasar de la madre al feto durante el embarazo a través de la placenta.
Es una enfermedad “traidora”, en el sentido de que cursa por etapas, cada una de ellas muy característica en síntomas, pero con etapas asintomáticas entre ellas que pueden dar lugar a una falsa sensación de curación y descuidar el tratamiento.
En la primera etapa aparece una úlcera rojiza, en la zona de contacto: genitales, ano o boca. Se llama chancro sifilítico. Dura de una semana a un mes aproximadamente.
La segunda etapa ocurre unos meses después de la infección: con erupción por el cuerpo, ganglios linfáticos, fiebre con malestar general y dolor de garganta. Algunos síntomas desaparecen, pero otros, como la erupción, puede persistir o reaparecer.
La tercera etapa ocurre años después del contagio: con lesiones en la piel y órganos internos, artritis (inflamación de las articulaciones), alteraciones neurológicas (de la sensibilidad) en extremidades, y dolor y limitaciones por daño cardíaco, de cerebro y médula espinal, que da lugar a una forma de andar característica.
Y así llegan las posibles complicaciones: daño cardiovascular, que puede llevar a la muerte, parálisis, trastornos psíquicos, demencia; malformaciones y muerte en el recién nacido.
Tu médico diagnosticará mediante la exploración y el análisis en laboratorio de las muestras de las lesiones y de sangre.
Tiene tratamiento, la penicilina (hay alternativas eficaces en caso de alergia o intolerancia), que suele ser curativa, pero es fundamental y adecuado seguimiento de la eficacia del tratamiento.
Para no extendernos mucho, algunas pinceladas sobre herpes simple.
Esta lesión es causada por un virus. No siempre es de contacto sexual, también puede ser por las manos, pero puede ser por vía sexual, sobre todo si aparece en zonas de contacto: genitales, orales, anales.
Produce dolor e inflamación, picores en la zona, a veces fiebre, a veces dolor al orinar.
Puede aparecer una y otra vez, y hay riesgo de aborto, parto prematuro, malformaciones y muerte de hijos de mujeres infectadas.
Al ser un virus, no existe tratamiento curativo, sino que va orientado a paliar los síntomas. Requiere de un seguimiento prolongado mediante el programa de cribado de cáncer de cérvix, ya que aumenta el riesgo de sufrir esta enfermedad.
Quedamos en que hoy continuábamos esta serie hablando de la sífilis.
La sífilis en una enfermedad causada por una bacteria, casi siempre transmitida por vía sexual, aunque también puede pasar de la madre al feto durante el embarazo a través de la placenta.
Es una enfermedad “traidora”, en el sentido de que cursa por etapas, cada una de ellas muy característica en síntomas, pero con etapas asintomáticas entre ellas que pueden dar lugar a una falsa sensación de curación y descuidar el tratamiento.
En la primera etapa aparece una úlcera rojiza, en la zona de contacto: genitales, ano o boca. Se llama chancro sifilítico. Dura de una semana a un mes aproximadamente.
La segunda etapa ocurre unos meses después de la infección: con erupción por el cuerpo, ganglios linfáticos, fiebre con malestar general y dolor de garganta. Algunos síntomas desaparecen, pero otros, como la erupción, puede persistir o reaparecer.
La tercera etapa ocurre años después del contagio: con lesiones en la piel y órganos internos, artritis (inflamación de las articulaciones), alteraciones neurológicas (de la sensibilidad) en extremidades, y dolor y limitaciones por daño cardíaco, de cerebro y médula espinal, que da lugar a una forma de andar característica.
Y así llegan las posibles complicaciones: daño cardiovascular, que puede llevar a la muerte, parálisis, trastornos psíquicos, demencia; malformaciones y muerte en el recién nacido.
Tu médico diagnosticará mediante la exploración y el análisis en laboratorio de las muestras de las lesiones y de sangre.
Tiene tratamiento, la penicilina (hay alternativas eficaces en caso de alergia o intolerancia), que suele ser curativa, pero es fundamental y adecuado seguimiento de la eficacia del tratamiento.
Para no extendernos mucho, algunas pinceladas sobre herpes simple.
Esta lesión es causada por un virus. No siempre es de contacto sexual, también puede ser por las manos, pero puede ser por vía sexual, sobre todo si aparece en zonas de contacto: genitales, orales, anales.
Produce dolor e inflamación, picores en la zona, a veces fiebre, a veces dolor al orinar.
Puede aparecer una y otra vez, y hay riesgo de aborto, parto prematuro, malformaciones y muerte de hijos de mujeres infectadas.
Al ser un virus, no existe tratamiento curativo, sino que va orientado a paliar los síntomas. Requiere de un seguimiento prolongado mediante el programa de cribado de cáncer de cérvix, ya que aumenta el riesgo de sufrir esta enfermedad.
sábado, 5 de julio de 2014
Las enfermedades de transmisión sexual (I)
Se las conocen, como grupo, también por sus siglas, ETS.
Son un grupo de enfermedades que normalmente se transmiten o contagian durante las relaciones sexuales.
No son sólo la sífilis y la gonorrea, que son dos de las más conocidas, aunque no las más frecuentes.
Pueden afectar repetidamente, porque no generan protección y no hay vacunas contra ellas, salvo para el virus del papiloma humano (esa vacuna quizá merece entrada aparte…)
Pueden ocasionar serias y permanentes consecuencias como ceguera, esterilidad, y procesos muy graves. Las mujeres y los recién nacidos son los más vulnerables.
¡Un momento! ¿Recién nacidos? ¿No acabo de escribir y ustedes de leer que se transmiten por las relaciones sexuales? Sí, pero el recién nacido se puede contagiar de esos microbios durante su nacimiento, al paso por el canal del parto.
Las enfermedades de transmisión sexual se propagan rápidamente. Muchas personas se contagian cada año, y el número aumenta de forma continua.
El 85% de los casos aparecen entre los 15 y los 30 años.
Muchas mujeres quedan estériles cada año debido a estas enfermedades.
Si no hay información suficiente se ignoran los síntomas, y eso contribuye a que se extiendan. Por eso hoy desde aquí quiero propagar la información. Por no hablar de la sensación vergonzante de tener una enfermedad de transmisión sexual, por lo que se tiende a ocultarlo y eso también contribuye a su propagación.
Ocurre también que algunos síntomas no son fáciles de detectar, y con el tiempo se puede extender la infección a otras partes del organismo.
En esta entrada y las siguientes, iremos dando algunas pistas sobre las diferentes enfermedades de transmisión sexual.
Comenzamos hoy con la gonorrea.
También llamada Gonococia, la causa una bacteria que prefiere vivir en las áreas templadas y húmedas del organismo, principalmente en conducto urinario y cuello uterino.
Se transmite por contagio sexual: no por uso de servicios públicos, o toallas.
Los síntomas no siempre aparecen claramente, y pueden tardar entre tres días y tres semanas tras el contagio. En hombres puede dar lugar a una secreción por el pene, purulenta amarillenta, escozor al orinar; en mujeres, aumento del flujo vaginal, escozor al orinar, trastornos menstruales, dolor abdominal y cansancio (aunque pueden ser tan débiles los síntomas que pasen desapercibidos).
Aunque los síntomas desaparezcan, la enfermedad progresa en el organismo. Ante la sospecha, has de consultar, por las consecuencias:
En hombres puede aparecer dolor en el pene o inguinal, esterilidad, o infecciones en articulaciones y otros tejidos; en mujeres, enfermedad pélvica inflamatoria (infección de las trompas de Falopio, ovarios y área pélvica) y esterilidad.
En recién nacidos, ceguera permanente por infección ocular (en la actualidad, preventivamente, se ponen gotas en los ojos de todos los recién nacidos inmediatamente después del nacimiento).
Para el diagnóstico es necesaria la exploración médica y en análisis de las secreciones infectadas. El seguimiento tras tratamiento es importante para comprobar que la enfermedad realmente se haya curado y no esté progresando de forma silente (sin síntomas).
El miércoles, sífilis y más.
¡Un saludo!
Son un grupo de enfermedades que normalmente se transmiten o contagian durante las relaciones sexuales.
No son sólo la sífilis y la gonorrea, que son dos de las más conocidas, aunque no las más frecuentes.
Pueden afectar repetidamente, porque no generan protección y no hay vacunas contra ellas, salvo para el virus del papiloma humano (esa vacuna quizá merece entrada aparte…)
Pueden ocasionar serias y permanentes consecuencias como ceguera, esterilidad, y procesos muy graves. Las mujeres y los recién nacidos son los más vulnerables.
¡Un momento! ¿Recién nacidos? ¿No acabo de escribir y ustedes de leer que se transmiten por las relaciones sexuales? Sí, pero el recién nacido se puede contagiar de esos microbios durante su nacimiento, al paso por el canal del parto.
Las enfermedades de transmisión sexual se propagan rápidamente. Muchas personas se contagian cada año, y el número aumenta de forma continua.
El 85% de los casos aparecen entre los 15 y los 30 años.
Muchas mujeres quedan estériles cada año debido a estas enfermedades.
Si no hay información suficiente se ignoran los síntomas, y eso contribuye a que se extiendan. Por eso hoy desde aquí quiero propagar la información. Por no hablar de la sensación vergonzante de tener una enfermedad de transmisión sexual, por lo que se tiende a ocultarlo y eso también contribuye a su propagación.
Ocurre también que algunos síntomas no son fáciles de detectar, y con el tiempo se puede extender la infección a otras partes del organismo.
En esta entrada y las siguientes, iremos dando algunas pistas sobre las diferentes enfermedades de transmisión sexual.
Comenzamos hoy con la gonorrea.
También llamada Gonococia, la causa una bacteria que prefiere vivir en las áreas templadas y húmedas del organismo, principalmente en conducto urinario y cuello uterino.
Se transmite por contagio sexual: no por uso de servicios públicos, o toallas.
Los síntomas no siempre aparecen claramente, y pueden tardar entre tres días y tres semanas tras el contagio. En hombres puede dar lugar a una secreción por el pene, purulenta amarillenta, escozor al orinar; en mujeres, aumento del flujo vaginal, escozor al orinar, trastornos menstruales, dolor abdominal y cansancio (aunque pueden ser tan débiles los síntomas que pasen desapercibidos).
Aunque los síntomas desaparezcan, la enfermedad progresa en el organismo. Ante la sospecha, has de consultar, por las consecuencias:
En hombres puede aparecer dolor en el pene o inguinal, esterilidad, o infecciones en articulaciones y otros tejidos; en mujeres, enfermedad pélvica inflamatoria (infección de las trompas de Falopio, ovarios y área pélvica) y esterilidad.
En recién nacidos, ceguera permanente por infección ocular (en la actualidad, preventivamente, se ponen gotas en los ojos de todos los recién nacidos inmediatamente después del nacimiento).
Para el diagnóstico es necesaria la exploración médica y en análisis de las secreciones infectadas. El seguimiento tras tratamiento es importante para comprobar que la enfermedad realmente se haya curado y no esté progresando de forma silente (sin síntomas).
El miércoles, sífilis y más.
¡Un saludo!
miércoles, 2 de julio de 2014
La diabetes del embarazo
También llamada diabetes gestacional, es una forma de diabetes que aparece en algunas mujeres durante el embarazo, y puede dar lugar a problemas de salud tanto en la mujer como en su futuro bebé.
Sin embargo, su detección es fácil, y su control resulta muy eficaz.
Hoy vamos a hablar de ello.
Por esto que decimos, es muy importante para la salud de la mujer y del bebé que se hagan las pruebas para detectar la diabetes en el embarazo. Es un análisis de sangre, en ayunas, en el que se mide el nivel de azúcar.
Se hace en todos los embarazos. Ahora, en determinadas circunstancias (edad, sobrepeso, diabetes en embarazos anteriores, hijos nacidos anteriormente con peso superior a 4 kg, familiares de primer grado con diabetes…) o si este análisis resultase alterado, te pueden hacer otra prueba de sobrecarga de glucosa, en la que se hacen análisis antes y después de tomar una bebida con una cantidad de glucosa controlada.
Tu médico o tu matrón (o médica, o matrona… que luego me riñen) serán los indicados para decirte si has de hacerte esta prueba a la vista de tu estado, y cuándo es el momento más adecuado. A ellos es a quien debes preguntar en primera instancia ante cualquier duda.
El el caso de que las pruebas dieran positivas y se diagnosticara una diabetes gestacional, estos mismos profesionales te orientarán en lo que se refiere a las medidas a tomar en cuanto a alimentación, ejercicio, controles y tratamiento en caso de ser necesario (cosa que no siempre ocurre).
¿Y después del parto?
En la mayoría de los casos la diabetes del embarazo desaparece tras el parto. Pero se puede repetir en siguientes embarazos, o que quede como una diabetes estable, inmediatamente o al cabo de unos años. Es por eso que se te hará un seguimiento, para que en caso de que la diabetes persistiera o apareciera, su detección fuera lo más precoz posible.
Los hábitos de vida saludables pueden ayudar a evitar o retrasar la aparición de la diabetes, además de mejorar el estado de salud:
Conseguir y mantener un peso adecuado
Una dieta rica en verduras y fruta, controlada en grasas y calorías, sobre todo en grasas saturadas.
Ejercicio físico habitual. Caminar a paso ligero media hora diaria es suficiente, pero no obligatorio: ¡puedes elegir el tipo de ejercicio que más te guste! Eso facilitará que seas constante en el desempeño.
¡Cuídense!
Sin embargo, su detección es fácil, y su control resulta muy eficaz.
Hoy vamos a hablar de ello.
Por esto que decimos, es muy importante para la salud de la mujer y del bebé que se hagan las pruebas para detectar la diabetes en el embarazo. Es un análisis de sangre, en ayunas, en el que se mide el nivel de azúcar.
Se hace en todos los embarazos. Ahora, en determinadas circunstancias (edad, sobrepeso, diabetes en embarazos anteriores, hijos nacidos anteriormente con peso superior a 4 kg, familiares de primer grado con diabetes…) o si este análisis resultase alterado, te pueden hacer otra prueba de sobrecarga de glucosa, en la que se hacen análisis antes y después de tomar una bebida con una cantidad de glucosa controlada.
Tu médico o tu matrón (o médica, o matrona… que luego me riñen) serán los indicados para decirte si has de hacerte esta prueba a la vista de tu estado, y cuándo es el momento más adecuado. A ellos es a quien debes preguntar en primera instancia ante cualquier duda.
El el caso de que las pruebas dieran positivas y se diagnosticara una diabetes gestacional, estos mismos profesionales te orientarán en lo que se refiere a las medidas a tomar en cuanto a alimentación, ejercicio, controles y tratamiento en caso de ser necesario (cosa que no siempre ocurre).
¿Y después del parto?
En la mayoría de los casos la diabetes del embarazo desaparece tras el parto. Pero se puede repetir en siguientes embarazos, o que quede como una diabetes estable, inmediatamente o al cabo de unos años. Es por eso que se te hará un seguimiento, para que en caso de que la diabetes persistiera o apareciera, su detección fuera lo más precoz posible.
Los hábitos de vida saludables pueden ayudar a evitar o retrasar la aparición de la diabetes, además de mejorar el estado de salud:
Conseguir y mantener un peso adecuado
Una dieta rica en verduras y fruta, controlada en grasas y calorías, sobre todo en grasas saturadas.
Ejercicio físico habitual. Caminar a paso ligero media hora diaria es suficiente, pero no obligatorio: ¡puedes elegir el tipo de ejercicio que más te guste! Eso facilitará que seas constante en el desempeño.
¡Cuídense!
sábado, 28 de junio de 2014
Hasta pronto, Irene
El mes de junio se ha ido volando. Parece que fue ayer cuando estaba escribiendo la entrada de bienvenida a Irene Estrada, la residente de Medicina Familiar y Comunitaria que, después de mil avatares, hemos tenido en la consulta este mes.
Sí, se ha ido volando, como todas las cosas buenas… Ahora tendrá que asentar en mí esta experiencia, tan tan positiva.
Si hace nada estaba viéndola llegar a la puerta del consultorio, con su bata, su fonendo y su sonrisa, detrás de la que escondía los conocimientos que le aportaran las muchas horas de estudio, y estudio bueno, reciente, y con evidencia; su inextinguible participación en la actividad del centro, su buen humor, sus ganas de trabajar y de aprender; su exquisito trato con el paciente y con todos los compañeros; su sentido común y su asertividad.
Las horas que hemos compartido además me han permitido conocer a la bella persona que es, con la que me gustaría mantener el contacto y mantener con ella la buena amistad que hemos iniciado.
Ha aceptado participar en este blog con unas palabras que nos ha dedicado, y se lo agradezco, para que así a través de estas letras podáis conocerla vosotros también. Igual que también no me queda más que agradecerle lo que ella me ha aportado, ya que su curiosidad hace crecer la mía, su entusiasmo es contagioso, su presencia es un acicate para mejorar más, para estudiar más, para ofrecerle más. Su conversación, siempre amable, incita a la reflexión en muchas ocasiones. Os dejo con sus palabras…
Todo empezó con una llamada. Al otro lado Pilar, sorprendida y a la vez ilusionada, me decía que estaría encantada de colaborar con cualquier actividad docente y de tener una residente en la consulta. Una vez solucionados los problemas burocráticos, llegué aquí con muchas ganas de aprender y de
demostrar que mi empeño había merecido la pena. ¡Vaya si la ha merecido!
Escribo este post para agradecer a todos los que han hecho posible que mi rotación por Rural haya sido la mejor y más productiva desde que empecé la residencia: gracias a Rafael, director de la unidad de gestión clínica, por procurar que las cosas salgan bien en todo momento; a Paco, enfermero del consultorio, por enseñarme y dejarme practicar de su trabajo; a Juan, administrativo del centro, por su paciencia y porque me encanta la gente a la que no le cuesta sonreír; a Ismael, conductor de la ambulancia, por llevarnos con maestría por las imposibles calles de Setenil; a Sonia, enfermera de la residencia de ancianos, por su recibimiento y por contagiarnos a todos su alegría; y por supuesto gracias, muchísimas gracias a mi querida compañera y desde ahora también amiga Pilar Terceño por todo lo enseñado, por confiar en mi, animarme en todo lo que hago y también, cómo no, por los ratitos juntas.
Se puede decir que hemos hecho de todo: he pasado su consulta (confianza que valoro mucho), administrado infiltraciones con corticoides, inmovilizaciones con férulas, avisos domiciliarios, traslados urgentes al hospital en ambulancia, hemos acudido a la residencia de ancianos tanto por visita rutinaria como a alguna urgencia, interconsulta con el psiquiatra que acude los viernes a Setenil,
manejo de dietas ajustadas a necesidades calóricas reales, suturas, extracción de lipomas, cuidados pie diabético, drenaje de hematomas subungueales y un largo etcétera. Pilar también me ha introducido en el mundo Twitter como fuente indiscutible de actualización en medicina y hasta he presenciado la entrevista que Canal Sur le hizo para hablar de hábitos saludables en la zona.
¡Que más se puede pedir!
Por todo ello animo a otros residentes a que vengan a rotar con Pilar al consultorio de Setenil porque sus conocimientos y su saber hacer son de verdad dignos de compartir. Ya sean desde el Área Sanitaria Norte de Cádiz o solicitando rotación externa como hice yo. Os llevareis una buena experiencia y aprenderéis esa medicina de verdad que los dioses hospitalarios se dejaron hace mucho tiempo
en el camino.
En fin, sólo me queda desearle la mejor de las suertes en su andadura vital y profesional, y que con la serenidad que le caracteriza, lleve sus pasos a la mejor vida que sea capaz de conseguir. Yo para mí deseo… ¡que vuelva pronto!
Ha sido un honor ser tu compañera este mes. ¡Hasta siempre!
martes, 24 de junio de 2014
Felicidades, abuela
Esta semana la entrada del miércoles va a ser adelantada al martes. Porque hoy es 24 de junio, San Juan por cierto, felicidades a todos los Juanes y Juanas, pero antes que eso es el cumpleaños de mi abuela Matilde.
Mi abuela murió hace ya bastantes años, así que no sé si tengo que decir que es o que era su cumpleaños. Es, porque se conmemora los años que hace que nació, pero era, porque ya no los está cumpliendo.
Mi abuela, además de eso, era mi madrina. Era una mujer llena de virtudes y defectos, como todos los demás, y yo la quería un montón. Me acuerdo de ella, quizá no diario, pero sí bastante a menudo.
Mi abuela murió demenciada, y creemos que bastante tranquila, por su expresión. Una cosa mala de la demencia es que no sabemos, al menos yo no lo sé, qué pensaba de su vida, si es que pensaba algo, cómo se sentía respecto a los extraños en que todos nos habíamos convertido.
La demencia me da mucha inquietud, tengo que reconocerlo. Personal y profesionalmente, no sé cuándo lo estoy haciendo lo mejor para la persona. Y para su familia.
No me despedí de mi abuela. No pude, ya vivía lejos cuando murió y tampoco nos lo esperábamos.
No sé si mejor así, desde el punto de vista egoísta. Unos años antes mi abuelo Pedro murió estando yo a su lado, en otras circunstancias totalmente distintas, de las que me costó algún tiempo recuperarme a pesar de que haya quien piensa que los médicos, los sanitarios en general, como estamos acostumbrados a convivir con la muerte, no nos afecta. Chorrada magna, nos afecta la muerte de nuestros pacientes, así que imagina la de un familiar. Como a cualquiera o más, que la ignorancia es muy feliz, y hablar es gratis.
Debe ser que el cumpleaños de mi abuela ha amanecido plomizo y lloviendo a cántaros, y así me he levantado esta mañana. Mientras terminaba el café del desayuno he recordado a otra abuela, no mía, que con su asombroso parecido a la abuela Matilde, físico y de personalidad, me inspiraba mucha ternura, que murió más recientemente. A ella sí la vi escasas horas antes de fallecer, y aún recuerdo su serena caída de ojos en la última mirada que me dedicó, que parecía decir “ay, hija, qué cansada estoy, es hora de irse a descansar”. Y con el último trago de café me he preguntado, tantos meses después, por primera vez, si no fue aquello una oportunidad que me dio la vida de mandar a mi abue el último beso y el último pellizquito en la mejilla. Y ¿sabéis qué? Que ha sido un pensamiento dulce.
Feliz cumpleaños, abuela
Mi abuela murió hace ya bastantes años, así que no sé si tengo que decir que es o que era su cumpleaños. Es, porque se conmemora los años que hace que nació, pero era, porque ya no los está cumpliendo.
Mi abuela, además de eso, era mi madrina. Era una mujer llena de virtudes y defectos, como todos los demás, y yo la quería un montón. Me acuerdo de ella, quizá no diario, pero sí bastante a menudo.
Mi abuela murió demenciada, y creemos que bastante tranquila, por su expresión. Una cosa mala de la demencia es que no sabemos, al menos yo no lo sé, qué pensaba de su vida, si es que pensaba algo, cómo se sentía respecto a los extraños en que todos nos habíamos convertido.
La demencia me da mucha inquietud, tengo que reconocerlo. Personal y profesionalmente, no sé cuándo lo estoy haciendo lo mejor para la persona. Y para su familia.
No me despedí de mi abuela. No pude, ya vivía lejos cuando murió y tampoco nos lo esperábamos.
No sé si mejor así, desde el punto de vista egoísta. Unos años antes mi abuelo Pedro murió estando yo a su lado, en otras circunstancias totalmente distintas, de las que me costó algún tiempo recuperarme a pesar de que haya quien piensa que los médicos, los sanitarios en general, como estamos acostumbrados a convivir con la muerte, no nos afecta. Chorrada magna, nos afecta la muerte de nuestros pacientes, así que imagina la de un familiar. Como a cualquiera o más, que la ignorancia es muy feliz, y hablar es gratis.
Debe ser que el cumpleaños de mi abuela ha amanecido plomizo y lloviendo a cántaros, y así me he levantado esta mañana. Mientras terminaba el café del desayuno he recordado a otra abuela, no mía, que con su asombroso parecido a la abuela Matilde, físico y de personalidad, me inspiraba mucha ternura, que murió más recientemente. A ella sí la vi escasas horas antes de fallecer, y aún recuerdo su serena caída de ojos en la última mirada que me dedicó, que parecía decir “ay, hija, qué cansada estoy, es hora de irse a descansar”. Y con el último trago de café me he preguntado, tantos meses después, por primera vez, si no fue aquello una oportunidad que me dio la vida de mandar a mi abue el último beso y el último pellizquito en la mejilla. Y ¿sabéis qué? Que ha sido un pensamiento dulce.
Feliz cumpleaños, abuela
sábado, 21 de junio de 2014
La fiebre, la tos, esos síntomas tan molestos como necesarios
Hoy vamos a hablar de esos síntomas menores que con frecuencia se convierten en el motivo de consulta, en mayores, pero más que nada en motivo de preocupación de las mamás de niños pequeños.
Ya en otra ocasión hemos hablado en este blog sobre la fiebre. En aquel caso para resaltar la importancia de ponerse el termómetro y diferenciar malestar general, febrícula y fiebre baja o alta.
En esta ocasión, para hablar del tratamiento de estos síntomas.
La fiebre, finalmente, es el resultado de un mecanismo de defensa del organismo. Si la suprimimos por completo, estamos quitando un mecanismo de defensa.
Igual pasa con la tos. Tosemos como reflejo para despejar las vías aéreas. Si nos empeñamos en quitar toda la tos, estamos eliminando una defensa del organismo.
Finalmente, la fiebre, la tos, hay que tratarlas cuando son un problema más que una ayuda.
Cuando la fiebre es muy alta y produce gran afectación general, o hay riesgo de convulsiones, de deshidratación, de empeoramiento de otra enfermedad crónica debilitante previa.
Cuando la tos es seca, es decir, no está valiendo para movilizar la mucosidad de la garganta, y es tan intensa que no deja comer o hace vomitar, o no deja dormir.
En esos casos son más un problema que una solución. En esos casos tratamos de paliar los síntomas, mientras que la curación llega.
Por eso, no hay que obsesionarse con bajar la temperatura hasta 36.5ºC, ni suprimir la tos por completo. Con que dejen de ser un problema, es suficiente.
Ya en otra ocasión hemos hablado en este blog sobre la fiebre. En aquel caso para resaltar la importancia de ponerse el termómetro y diferenciar malestar general, febrícula y fiebre baja o alta.
En esta ocasión, para hablar del tratamiento de estos síntomas.
La fiebre, finalmente, es el resultado de un mecanismo de defensa del organismo. Si la suprimimos por completo, estamos quitando un mecanismo de defensa.
Igual pasa con la tos. Tosemos como reflejo para despejar las vías aéreas. Si nos empeñamos en quitar toda la tos, estamos eliminando una defensa del organismo.
Finalmente, la fiebre, la tos, hay que tratarlas cuando son un problema más que una ayuda.
Cuando la fiebre es muy alta y produce gran afectación general, o hay riesgo de convulsiones, de deshidratación, de empeoramiento de otra enfermedad crónica debilitante previa.
Cuando la tos es seca, es decir, no está valiendo para movilizar la mucosidad de la garganta, y es tan intensa que no deja comer o hace vomitar, o no deja dormir.
En esos casos son más un problema que una solución. En esos casos tratamos de paliar los síntomas, mientras que la curación llega.
Por eso, no hay que obsesionarse con bajar la temperatura hasta 36.5ºC, ni suprimir la tos por completo. Con que dejen de ser un problema, es suficiente.
miércoles, 18 de junio de 2014
Niños en el umbral de la p…¡GOOOOOL!
Pues sí, es lo que hay. Mientras estamos pendientes de que las Hermandades del Rocío vuelven a Sevilla, y de todo lo que es imprescindible saber antes de que empiece el Mundial de fútbol en Brasil, o de la barba de Conchita, de repente parece que desaparece la crisis, los recortes, el derrape político, las enfermedades crónicas mortales, la pedofilia, y de repente todo es fantástico, todos somos amigos (y más si ganamos el partido) y todo va bien.
Que sí, que hay que relajarse, que no todo van a ser penas.
Que sí, que a mí también me gusta el fútbol. Y además, pienso ver todos los partidos que pueda.
Que sí, que respeto mucho a los rocieros. Bueno, a todos no. A los que van con fe, que eso es una romería. A los que van a la juerga y a dejarse ver, no tanto. Y a los que después van a los servicios sociales a ver si les pueden ayudar con las facturas, tampoco.
Que sí, que respeto mucho los intereses turísticos y a los turistas, pero no a costa de la población.
Pero cuando todos estos saraos acaben, seguiremos en crisis, con contratos en precario, con familias con todos los miembros en paro, con personas desahuciadas, con personas enfermas, frágiles que no reciben la ayuda social que necesitan, con enfermos que no pueden pagar su medicación, con escándalos políticos y dinero “extraviado” que no vuelve nunca…
Que sí, que hay que relajarse. Pero no perder la cabeza.
Que sí, que hay que relajarse, que no todo van a ser penas.
Que sí, que a mí también me gusta el fútbol. Y además, pienso ver todos los partidos que pueda.
Que sí, que respeto mucho a los rocieros. Bueno, a todos no. A los que van con fe, que eso es una romería. A los que van a la juerga y a dejarse ver, no tanto. Y a los que después van a los servicios sociales a ver si les pueden ayudar con las facturas, tampoco.
Que sí, que respeto mucho los intereses turísticos y a los turistas, pero no a costa de la población.
Pero cuando todos estos saraos acaben, seguiremos en crisis, con contratos en precario, con familias con todos los miembros en paro, con personas desahuciadas, con personas enfermas, frágiles que no reciben la ayuda social que necesitan, con enfermos que no pueden pagar su medicación, con escándalos políticos y dinero “extraviado” que no vuelve nunca…
Que sí, que hay que relajarse. Pero no perder la cabeza.
sábado, 14 de junio de 2014
Usemos bien los antibióticos, por favor
Puede parecer una obviedad, pero a estas alturas nada me parece ya obvio.
Hay que usar los antibióticos bien, como el resto de los medicamentos, por supuesto.
¿Por qué vamos a especificar hoy sobre el uso correcto de los antibióticos? Porque tienen unas consideraciones especiales, que ahora mismo os voy a explicar de una forma bastante sencilla.
Los antibióticos son unos medicamentos que matan bacterias, atacando a alguna de sus funciones fundamentales. Especifico: bacterias, no virus, ni parásitos, ni hongos, ni ninguna otra clase de microbio que se os pueda ocurrir.
Cuando hay una infección, el organismo reacciona contra ella con un mecanismo inflamatorio, que duele, casi siempre por no decir siempre.
Los antibióticos no quitan el dolor ni bajan la inflamación, directamente. La inflamación y por tanto el dolor, desaparecen porque la infección va cediendo.
Por estos dos motivos, para empezar, los antibióticos ha de recetarlos un médico, no son de venta libre ni es suficiente el consejo de un farmacéutico, por muy orientado y muy bien intencionado que esté: porque es el médico quien debe valorar si el cuadro que ve es infeccioso; y , si es infeccioso, si se sospecha que es bacteriano y requiere el uso de antibióticos.
Por ejemplo: un dolor de muelas no necesita antibióticos. Un dolor es un dolor, no quiere decir que haya una infección que haya que tratar.
Otro ejemplo: la caries es una infección, pero no se trata con antibióticos.
Más ejemplos: los catarros los causan virus. Y la gripe también la causa un virus. Los virus no son sensibles a antibióticos, es decir, no mueren por el efecto de un antibiótico. Por eso son infecciones que no han de tratarse con ellos.
Cierto es que algunas veces el médico manda antibióticos sin haber una infección, de forma preventiva: es cuando el riesgo de usar el antibiótico es menor que el riesgo de tener la infección que se intenta prevenir. Por eso: no siempre que se va al dentista, no siempre que se da a luz, hay que tomar antibióticos.
Que sí, que los antibióticos son maravillosos y han salvado muchas vidas, pero también tienen efectos secundarios que te pueden dañar, incluso gravemente.
Y lo que es más, cuando se usan mal, aparecen las resistencias a los antibióticos, es decir, que los microbios “aprenden” a sobrevivirlos, y no sólo no se mueren sino que se “enseñan” entre ellos: se “pasan” la porción de información genética que les hace inmunes a nuestros tratamientos.
Y llegados ese punto… a ver cómo curamos ahora las infecciones. ¿subiendo las dosis? ¿sumando antibióticos? ¿inventando antibióticos nuevos? Todo eso ya se ha intentado, pero si seguimos usándolos mal, seguimos agotando los recursos.
Por eso, y siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, desde el Servicio Andaluz de Salud se ha puesto en marcha un Programa de Intervención para el Uso Adecuado del Antibiótico, de forma que se incide en los profesionales para que prescriban los antibióticos cuando se deban prescribir, eligiendo el más adecuado a cada situación, en las dosis correctas y con la duración necesaria.
Pero eso no lo podemos hacer solos, es necesario que también vosotros, los usuarios de los servicios sanitarios, debéis conocer esta información y su importancia,
para que: no pidáis antibióticos en la farmacia,
para que en la farmacia no os lo den,
para que si el médico no os manda antibiótico, contra vuestra opinión, sepáis que es porque no es adecuado tomarlos, y si os lo manda, lo toméis bien: la dosis y los días indicados.
Y si sobran dosis del envase, no los guardéis en casa para tomarlos en otra ocasión por vuestra cuenta, sino que los depositéis en el Punto SIGRE de vuestra farmacia.
Gracias a todos por vuestra colaboración.
miércoles, 11 de junio de 2014
Refrescos light y las dietas
Hemos pasado recientemente una época en la que ha sido moda demonizar los refrescos, especialmente los refrescos de cola. Todos, los normales, con sus 12 cucharadas de azúcar por lata, y los light.
Yo no voy a demonizar nada, ni a ensalzarlos como la panacea tampoco. Creo que no conozco a nadie que no haya tomado nunca un refresco de cola, y los que me conocen saben que yo los consumo. Me gustan, y me sientan bien.
Como en tantas cosas de la vida, el problema está en el exceso. Un exceso de bebidas de cola aporta una barbaridad de azúcar, y otra barbaridad de gas, con lo que es fácil dejar de comer alimentos que realmente nos nutren. Por no hablar de la cafeína, que tiene gran parte de la culpa de la adicción a que pueden dar lugar, y el efecto negativo para el organismo en cuanto a dificultades para dormir, nerviosismo, taquicardias incluso. Por no hablar del efecto de la acidez en el tubo digestivo desde su mismo inicio, los dientes.
Y con el azúcar, además, vienen los kilos, los mismos que medio país pasa meses intentando quitarse. Y dicen, ah, pues me los tomo light, que no engordan.
Eso sí, mantienen el resto de perjuicios para la salud, en exceso.
Pero al parecer se les ha encontrado una ventaja respecto a las dietas de adelgazamiento. Parece ser que aportan el hecho de “matar el gusanillo” de dulce, de forma que sin aportar calorías, da una satisfacción que te mantiene en la brecha del objetivo de pérdida de peso.
Insisto: en pequeñas cantidades. En grandes cantidades puede resultar perjudicial por todo lo que explicaba antes, y de cara a la pérdida de peso, que se supone que es el objetivo del que hablamos, la cafeína y su adicción te ponen en riesgo. En riesgo de que, en cualquier momento, tengas “mono” de refresco y no haya uno light disponible. Y lo tomarás, y encima del resto de perjuicios, por una cosa tontísima, terminarás estropeando tu dieta.
Moderación, moderación, moderación
Yo no voy a demonizar nada, ni a ensalzarlos como la panacea tampoco. Creo que no conozco a nadie que no haya tomado nunca un refresco de cola, y los que me conocen saben que yo los consumo. Me gustan, y me sientan bien.
Como en tantas cosas de la vida, el problema está en el exceso. Un exceso de bebidas de cola aporta una barbaridad de azúcar, y otra barbaridad de gas, con lo que es fácil dejar de comer alimentos que realmente nos nutren. Por no hablar de la cafeína, que tiene gran parte de la culpa de la adicción a que pueden dar lugar, y el efecto negativo para el organismo en cuanto a dificultades para dormir, nerviosismo, taquicardias incluso. Por no hablar del efecto de la acidez en el tubo digestivo desde su mismo inicio, los dientes.
Y con el azúcar, además, vienen los kilos, los mismos que medio país pasa meses intentando quitarse. Y dicen, ah, pues me los tomo light, que no engordan.
Eso sí, mantienen el resto de perjuicios para la salud, en exceso.
Pero al parecer se les ha encontrado una ventaja respecto a las dietas de adelgazamiento. Parece ser que aportan el hecho de “matar el gusanillo” de dulce, de forma que sin aportar calorías, da una satisfacción que te mantiene en la brecha del objetivo de pérdida de peso.
Insisto: en pequeñas cantidades. En grandes cantidades puede resultar perjudicial por todo lo que explicaba antes, y de cara a la pérdida de peso, que se supone que es el objetivo del que hablamos, la cafeína y su adicción te ponen en riesgo. En riesgo de que, en cualquier momento, tengas “mono” de refresco y no haya uno light disponible. Y lo tomarás, y encima del resto de perjuicios, por una cosa tontísima, terminarás estropeando tu dieta.
Moderación, moderación, moderación
sábado, 7 de junio de 2014
Conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas
Acabo de llegar de trabajar, y mientras ceno veo en televisión un programa en el que se hacían controles de alcoholemia a los conductores.
Viendo ese programa, sólo puedo pensar que pocas cosas pasan, si hay personas que conducen en semejantes estados. Sin anestesia, lo digo: borrachos como cubas, drogados con hachís, marihuana, cocaína… y aún convencidos de que están en perfecto estado para seguir conduciendo.
Un hombre que, muerto de risa, se arrodilla en el suelo mientras espera los resultados de su test. Un chica que se levanta la camiseta y enseña los pechos a la cámara. Otro al que apenas se entiende cuando dice que se ha fumando cinco o diez porros.
Espero que hoy estén lo bastante frescos como para verse en televisión, a ver si hoy les parece tan divertido.
Vemos otros pocos controles de velocidad, y los conductores no parecen conscientes de la velocidad a la que conducían. A pesar de las explicaciones que reciben por parte de los agentes, sobre los motivos de la peligrosidad de su velocidad en esos tramos, siguen su camino quejándose de la existencia de leyes, normas, límites.
Entre uno y otro, imágenes de personas que han sufrido accidentes de tráfico.
Accidentes hay todo el año, pero hay épocas más peligrosas que otras, por el número de desplazamientos, porque se pasa más tiempo en la calle, de fiesta, bebiendo… y se multiplican los accidentes.
Entramos, con el verano, en una de esas épocas. Por eso, más aún, desde aquí quiero recordaros la importancia de que vosotros, y vuestros vehículos, permanezcan en perfectas condiciones en todo momento; de respetar las señales de tráfico y las normas.
Conductor o pasajero, o alguien de tu familia o tu entorno lo será o lo es en estos días. Te proteges a ti mismo, a los tuyos, y a los demás.
Viendo ese programa, sólo puedo pensar que pocas cosas pasan, si hay personas que conducen en semejantes estados. Sin anestesia, lo digo: borrachos como cubas, drogados con hachís, marihuana, cocaína… y aún convencidos de que están en perfecto estado para seguir conduciendo.
Un hombre que, muerto de risa, se arrodilla en el suelo mientras espera los resultados de su test. Un chica que se levanta la camiseta y enseña los pechos a la cámara. Otro al que apenas se entiende cuando dice que se ha fumando cinco o diez porros.
Espero que hoy estén lo bastante frescos como para verse en televisión, a ver si hoy les parece tan divertido.
Vemos otros pocos controles de velocidad, y los conductores no parecen conscientes de la velocidad a la que conducían. A pesar de las explicaciones que reciben por parte de los agentes, sobre los motivos de la peligrosidad de su velocidad en esos tramos, siguen su camino quejándose de la existencia de leyes, normas, límites.
Entre uno y otro, imágenes de personas que han sufrido accidentes de tráfico.
Accidentes hay todo el año, pero hay épocas más peligrosas que otras, por el número de desplazamientos, porque se pasa más tiempo en la calle, de fiesta, bebiendo… y se multiplican los accidentes.
Entramos, con el verano, en una de esas épocas. Por eso, más aún, desde aquí quiero recordaros la importancia de que vosotros, y vuestros vehículos, permanezcan en perfectas condiciones en todo momento; de respetar las señales de tráfico y las normas.
Conductor o pasajero, o alguien de tu familia o tu entorno lo será o lo es en estos días. Te proteges a ti mismo, a los tuyos, y a los demás.
miércoles, 4 de junio de 2014
Es tu responsabilidad dar el primer paso
Estaba yo hace unos días en una reunión. Se hablaba de que una de las debilidades en el área para hacer investigación de calidad era la formación. Destacaba entonces una de las responsables de eso que, sin embargo, quedaban vacantes habitualmente a los cursos y actividades que se ofertaban.
A ello contesta uno de los presentes: “es que mi director no me dice la formación que hay”.
A lo que, sabiamente, la susodicha responsable contestó que aparte de enviar emails a los directores, los cursos se publicitan en tablones por todo el centro´y en las mismas oficinas del Área de Formación.
A lo que yo añadiría: en lugar de tomar una actitud pasiva y esperar a que te oferten cursos, puedes tomar la iniciativa de acudir a las oficinas, o si no tienes tiempo o la distancia es un impedimento, entrar a la web y consultar e inscribirte en los cursos que te interesen.
Es responsabilidad de cada uno dar el primer paso para lograr lo que desea. Sea un curso, un estado de salud o una forma de vida.
#protagonizatuvida
Y así todo. Casi todas las cosas que deseamos están a nuestro alcance, pero no van a venir a llamar a nuestra puerta para ofrecérsenos en bandeja. Hay que ir a por ellas. Unas serán más rápidas, otras más lentas. Dice uno de mis refranes favoritos que “lo imposible sólo tarda un poco más”. Pero hay que levantarse de donde uno está apoltronado y estar dispuesto a renunciar a algunas cosas: tiempo, comodidad, o esa falsa serenidad que anestesia la existencia monótona e insatisfactoria.
El que algo quiere, algo le cuesta. Y a veces, lo más difícil es dar el primer paso, enfrentar el cambio, aunque sea a positivo.
sábado, 31 de mayo de 2014
Una residente en la consulta
31 de mayo, se acaba el mes.
El lunes llegará a la consulta, y se quedará durante todo el mes de junio, Irene Estrada, residente de Medicina Familiar y Comunitaria procedente de la Unidad Docente de Madrid. Viene a hacer con nosotros su rotatorio de Medicina Rural.
Uy, ¿desde tan lejos viene a este pueblito tan chico? Pues sí, porque tiene familia en la zona, y bien rural que es la zona, aquí son 3000 habitantes en una zona de sierra, así que combinará el aprendizaje con la cercanía familiar, que siempre gusta.
Estas líneas son, por tanto, para darle la bienvenida.
Para mí es un motivo de orgullo y satisfacción tenerla con nosotros. Y un reto. Nunca he tenido en la consulta un residente ni un estudiante, espero estar a la altura de sus expectativas y necesidades. Será un acicate para mejorar en mi labor y conocimientos, porque para enseñar bien hay que saber…
En fin, os iré contando cómo resulta la experiencia. De momento, sólo puedo decir
¡Bienvenida, Irene!
El lunes llegará a la consulta, y se quedará durante todo el mes de junio, Irene Estrada, residente de Medicina Familiar y Comunitaria procedente de la Unidad Docente de Madrid. Viene a hacer con nosotros su rotatorio de Medicina Rural.
Uy, ¿desde tan lejos viene a este pueblito tan chico? Pues sí, porque tiene familia en la zona, y bien rural que es la zona, aquí son 3000 habitantes en una zona de sierra, así que combinará el aprendizaje con la cercanía familiar, que siempre gusta.
Estas líneas son, por tanto, para darle la bienvenida.
Para mí es un motivo de orgullo y satisfacción tenerla con nosotros. Y un reto. Nunca he tenido en la consulta un residente ni un estudiante, espero estar a la altura de sus expectativas y necesidades. Será un acicate para mejorar en mi labor y conocimientos, porque para enseñar bien hay que saber…
En fin, os iré contando cómo resulta la experiencia. De momento, sólo puedo decir
¡Bienvenida, Irene!
miércoles, 28 de mayo de 2014
No somos de madera
No, señores, no somos de madera. Ninguno de los profesionales sanitarios que les atendemos.
Nos duele si nos golpeamos, nos cansamos si no dormimos, nos enfermamos en ocasiones (poco, en mi opinión, teniendo en cuenta las circunstancias). Necesitamos comida y bebida para subsistir, tenemos problemas como cualquiera, tenemos cambios de humor.
En resumen, somos humanos.
Nos duelen nuestras cosas, y también las vuestras. Nos preocupamos sinceramente de vuestro bienestar, y contribuimos a él en la medida de nuestras posibilidades. Podemos llegar a sufrir con vuestro sufrimiento: claro que no es igual, pero vaya, que tenemos nuestro corazoncito.
Es decir, que somos humanos.
Tan humanos, que no podemos adivinar en toda ocasión vuestras necesidades y vuestras expectativas.
Mucho se habla de la comunicación con el paciente, y es desde luego una necesidad fundamental. Pero no todos los esfuerzos han de hacerlo los profesionales. Los usuarios de salud han de aprender también a comunicarse de forma eficaz, a expresar claramente lo que les ocurre, lo que sienten, lo que esperan; a realizar sus preguntas. Si no nos habláis, no sabemos lo que sabéis, ni lo que queréis saber.
No sabemos si tenéis satisfacción con el desarrollo de la consulta, ya que no podemos garantizar la satisfacción con los resultados de salud. Si tenéis sugerencias, críticas o halagos.
Por favor: habladnos claro.
Nos duele si nos golpeamos, nos cansamos si no dormimos, nos enfermamos en ocasiones (poco, en mi opinión, teniendo en cuenta las circunstancias). Necesitamos comida y bebida para subsistir, tenemos problemas como cualquiera, tenemos cambios de humor.
En resumen, somos humanos.
Nos duelen nuestras cosas, y también las vuestras. Nos preocupamos sinceramente de vuestro bienestar, y contribuimos a él en la medida de nuestras posibilidades. Podemos llegar a sufrir con vuestro sufrimiento: claro que no es igual, pero vaya, que tenemos nuestro corazoncito.
Es decir, que somos humanos.
Tan humanos, que no podemos adivinar en toda ocasión vuestras necesidades y vuestras expectativas.
Mucho se habla de la comunicación con el paciente, y es desde luego una necesidad fundamental. Pero no todos los esfuerzos han de hacerlo los profesionales. Los usuarios de salud han de aprender también a comunicarse de forma eficaz, a expresar claramente lo que les ocurre, lo que sienten, lo que esperan; a realizar sus preguntas. Si no nos habláis, no sabemos lo que sabéis, ni lo que queréis saber.
No sabemos si tenéis satisfacción con el desarrollo de la consulta, ya que no podemos garantizar la satisfacción con los resultados de salud. Si tenéis sugerencias, críticas o halagos.
Por favor: habladnos claro.
sábado, 24 de mayo de 2014
Los profesionales y los Cuidados Paliativos (y III)
A lo largo de las dos entradas anteriores sobre los Cuidados Paliativos, hemos nombrado en repetidas ocasiones a los “profesionales sanitarios”.
Son los profesionales en el ámbito de la salud que están implicados en la atención a las personas en el proceso de la muerte.
En el domicilio del paciente, los profesionales de referencia son los del Centro de Salud: tu médico y tu enfermero de Familia.
Si lo necesitan, ellos se pueden apoyar, y se apoyarán, en las unidades de Cuidados Paliativos, o en los equipos de soporte de Cuidados Paliativos. También hay recursos para la atención Urgente que se haga necesaria; y a veces es necesario o adecuado el ingreso hospitalario.
Además de estas unidades, hay otros profesionales de apoyo, que son los enfermeros gestores de casos y los trabajadores sociales, que gestionan y proporcionan ayudas técnicas, y otras como la Tarjeta +Cuidados, que acreditan a las cuidadoras y cuidadores como beneficiarios de ciertas ventajas que facilitan su labor y sus vidas.
Sin olvidar otras fuentes de apoyo importantes:
Los Talleres para Cuidadoras que se realizan en tu Centro de Salud
La Escuela de Pacientes, (@escpacientes en Twitter) (y en Facebook) mediante la realización de talleres o por su web, a la que también puedes acceder mediante el Portal de Salud de la Junta de Andalucía.
Salud Responde (902505060)
Ley de Dependencia
Servicio de Respiro Familiar
Programas de voluntariado (asociaciones, ONG)
En fin. Hay mucho que hacer y mucho que mejorar respecto a los cuidados paliativos. Espero que con esta información hayas aprendido que ya se han dado muchos pasos importantes, y que no estáis solos. En estos momentos, tristes, menos que nunca.
Espero que te haya ayudado, y que podamos ayudarte aún más.
Son los profesionales en el ámbito de la salud que están implicados en la atención a las personas en el proceso de la muerte.
En el domicilio del paciente, los profesionales de referencia son los del Centro de Salud: tu médico y tu enfermero de Familia.
Si lo necesitan, ellos se pueden apoyar, y se apoyarán, en las unidades de Cuidados Paliativos, o en los equipos de soporte de Cuidados Paliativos. También hay recursos para la atención Urgente que se haga necesaria; y a veces es necesario o adecuado el ingreso hospitalario.
Además de estas unidades, hay otros profesionales de apoyo, que son los enfermeros gestores de casos y los trabajadores sociales, que gestionan y proporcionan ayudas técnicas, y otras como la Tarjeta +Cuidados, que acreditan a las cuidadoras y cuidadores como beneficiarios de ciertas ventajas que facilitan su labor y sus vidas.
Sin olvidar otras fuentes de apoyo importantes:
Los Talleres para Cuidadoras que se realizan en tu Centro de Salud
La Escuela de Pacientes, (@escpacientes en Twitter) (y en Facebook) mediante la realización de talleres o por su web, a la que también puedes acceder mediante el Portal de Salud de la Junta de Andalucía.
Salud Responde (902505060)
Ley de Dependencia
Servicio de Respiro Familiar
Programas de voluntariado (asociaciones, ONG)
En fin. Hay mucho que hacer y mucho que mejorar respecto a los cuidados paliativos. Espero que con esta información hayas aprendido que ya se han dado muchos pasos importantes, y que no estáis solos. En estos momentos, tristes, menos que nunca.
Espero que te haya ayudado, y que podamos ayudarte aún más.
miércoles, 21 de mayo de 2014
Más conceptos relacionados con los Cuidados Paliativos(II)
Dejamos pendiente el sábado, para continuar hoy, hablando sobre la Declaración de Voluntades Vitales Anticipadas. ¿´Qué es eso?
La Declaración de Voluntades Vitales Anticipadas es un documento en el que se recogen las voluntades, valores, deseos e instrucciones de una persona sobre las actuaciones sanitarias que se quieren o no recibir en el futuro, en el fin de la vida. Da además la oportunidad de nombrar a un representante en caso de que uno mismo no pueda pronunciarse.
Este documento se inscribe en el Registro creado al efecto, y ha de ser consultado por los profesionales sanitarios llegado el momento. Este registro de momento tiene validez en Andalucía, hasta que se conecte definitivamente con el registro nacional.
Puedes consultar más información en la web del Servicio Andaluz de Salud, que te llevará si lo deseas al Registro de Voluntades Vitales Anticipadas de la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales.
Vamos a ir pasando a otras cosas. Por ejemplo, la valoración sanitaria que hacen los profesionales.
Se valoran por supuesto los síntomas que presenta el paciente, la evolución y el pronóstico: de una manera general, vamos a entendernos, no se puede predecir el pronóstico de vida; pero también la funcionalidad (las capacidades y limitaciones), el grado de conocimiento de la enfermedad que tiene la persona y la familia, y otras necesidades: emocionales, espirituales, existenciales (cuerpo y alma son indivisibles, finalmente, y todo hay que cuidarlo), y el entorno sociofamiliar: apoyo, recursos, cuidadores, conocimientos, actitudes, necesidades.
Con todos esos datos se hace un Plan de actuación: Quién hace qué cosa, dónde (domicilio, hospital, residencia sociosanitaria), y cuáles son las necesidades más urgentes, para priorizar.
Los síntomas más frecuentes son relacionados con la propia enfermedad, o en ocasiones con la situación de encamamiento a la que la misma lleva a la persona. Son el DOLOR, el INSOMNIO, las NÁUSEAS, los VÓMITOS, el ESTREÑIMIENTO, la ANOREXIA, la CONFUSIÓN, la DEBILIDAD, la ASFIXIA, la DEPRESIÓN y la ANSIEDAD. Además, todo empeora por el temor, la ansiedad y la depresión.
Los pacientes y sus familias también necesitan apoyo psicoemocional.
Además, hay algunas medidas sencillas, como la postura, tener la cama limpia, el uso de almohadas, los masajes, que pueden ayudar mucho a mejorar la calidad de vida de nuestras personas queridas tan enfermas.
Pero a pesar de todo, puede llegar el momento en que los síntomas se hagan refractarios, es decir, que no se pueden controlar: para reducir el sufrimiento, se puede hacer una reducción del estado de conciencia, es lo que llamamos la “sedación paliativa”. Puede ser temporal, o al contrario, mantenerse hasta el final. Depende, dentro de las preferencias de la persona y/o la familia, de las necesidades valoradas por los profesionales y de las diferentes opciones disponibles: es decir, tras la valoración de los síntomas como refractarios por parte de los profesionales, se valoran las opciones teniendo en cuenta y respetando la voluntad del paciente, expresada verbalmente o mediante la declaración de Voluntades Vitales Anticipadas; o en su defecto, la de sus familiares.
La Declaración de Voluntades Vitales Anticipadas es un documento en el que se recogen las voluntades, valores, deseos e instrucciones de una persona sobre las actuaciones sanitarias que se quieren o no recibir en el futuro, en el fin de la vida. Da además la oportunidad de nombrar a un representante en caso de que uno mismo no pueda pronunciarse.
Este documento se inscribe en el Registro creado al efecto, y ha de ser consultado por los profesionales sanitarios llegado el momento. Este registro de momento tiene validez en Andalucía, hasta que se conecte definitivamente con el registro nacional.
Puedes consultar más información en la web del Servicio Andaluz de Salud, que te llevará si lo deseas al Registro de Voluntades Vitales Anticipadas de la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales.
Vamos a ir pasando a otras cosas. Por ejemplo, la valoración sanitaria que hacen los profesionales.
Se valoran por supuesto los síntomas que presenta el paciente, la evolución y el pronóstico: de una manera general, vamos a entendernos, no se puede predecir el pronóstico de vida; pero también la funcionalidad (las capacidades y limitaciones), el grado de conocimiento de la enfermedad que tiene la persona y la familia, y otras necesidades: emocionales, espirituales, existenciales (cuerpo y alma son indivisibles, finalmente, y todo hay que cuidarlo), y el entorno sociofamiliar: apoyo, recursos, cuidadores, conocimientos, actitudes, necesidades.
Con todos esos datos se hace un Plan de actuación: Quién hace qué cosa, dónde (domicilio, hospital, residencia sociosanitaria), y cuáles son las necesidades más urgentes, para priorizar.
Los síntomas más frecuentes son relacionados con la propia enfermedad, o en ocasiones con la situación de encamamiento a la que la misma lleva a la persona. Son el DOLOR, el INSOMNIO, las NÁUSEAS, los VÓMITOS, el ESTREÑIMIENTO, la ANOREXIA, la CONFUSIÓN, la DEBILIDAD, la ASFIXIA, la DEPRESIÓN y la ANSIEDAD. Además, todo empeora por el temor, la ansiedad y la depresión.
Los pacientes y sus familias también necesitan apoyo psicoemocional.
Además, hay algunas medidas sencillas, como la postura, tener la cama limpia, el uso de almohadas, los masajes, que pueden ayudar mucho a mejorar la calidad de vida de nuestras personas queridas tan enfermas.
Pero a pesar de todo, puede llegar el momento en que los síntomas se hagan refractarios, es decir, que no se pueden controlar: para reducir el sufrimiento, se puede hacer una reducción del estado de conciencia, es lo que llamamos la “sedación paliativa”. Puede ser temporal, o al contrario, mantenerse hasta el final. Depende, dentro de las preferencias de la persona y/o la familia, de las necesidades valoradas por los profesionales y de las diferentes opciones disponibles: es decir, tras la valoración de los síntomas como refractarios por parte de los profesionales, se valoran las opciones teniendo en cuenta y respetando la voluntad del paciente, expresada verbalmente o mediante la declaración de Voluntades Vitales Anticipadas; o en su defecto, la de sus familiares.
sábado, 17 de mayo de 2014
¿Qué son los Cuidados Paliativos? (I)
Los cuidados paliativos son la atención sanitaria que se presta al final de la vida, para mejorar la calidad de vida del paciente y de sus familiares ante una enfermedad terminal.
Digamos, de forma coloquial, “para que no lo pasen mal, o tan mal, dentro de lo posible”.
Es un área de la atención sanitaria que hasta ahora no ha tenido mucha visibilidad, con la labor tan importante, sacrificada y abnegada que se hace, y por suerte eso va cambiando: tanto entre los profesionales como en la población general los profesionales que se dedican a los Cuidados Paliativos han de dejar de ser desconocidos o temidos, y es que a veces resulta difícil acercarse a la reflexión sobre la muerte por los sentimientos que genera: dolor, pérdida, miedo incluso.
Y por eso hoy quiero hablar de ello, para hacerlo más cercano y conocido.
Vamos a comenzar hoy explicando algunos conceptos importantes para poder hacernos una idea de conjunto.
Enfermedad terminal es una enfermedad incurable, avanzada, progresiva, sin posibilidad razonable de respuesta a tratamiento curativo y pronóstico de vida limitado. Puede ser de cualquier causa, ocurrir a cualquier edad, y encontrarse el paciente y su familia en cualquier lugar.
Por ello, los equipos de Cuidados Paliativos hacen una valoración de las necesidades para establecer un plan individualizado, y flexible en el tiempo para atender nuevas necesidades que surjan, siempre respetando los deseos del paciente y de la familia.
La familia es el pilar básico de los cuidados. Trabajan con él, sufren por y con él, y temen a la vez la pérdida. Esto afecta a su salud física y emocional, tanto en la enfermedad como posteriormente en el duelo. Por eso la atención no es sólo para el enfermo, sino para su familia y cuidadores, que también nos necesitarán antes y después del inevitable fallecimiento.
Hay leyes que regulan el derecho a los Cuidados Paliativos: el Derecho a la Dignidad en el Proceso de Morir: cuidados integrales, atención al dolor y sedación paliativa. En este aspecto, es fundamental la información y comunicación para la participación en la toma de decisiones. Estas leyes existen para velar por el cumplimiento de los derechos y deberes tanto de los afectados como de los profesionales implicados, y es importante conocerlas.
El enfermo puede recibir toda la información que precise, desee o demande; y tiene derecho a no recibir información si no quiere. Pero ocultar o falsear información es perjudicial, si la persona desea recibirla, para tomar sus decisiones no sólo en cuanto a la atención sanitaria, sino familiar, emocional, espiritual, económica, etc. Es verdad que es difícil y duro a veces dar malas noticias y hablar de asuntos que pueden resultar dolorosos, pero también resulta doloroso para la persona que además de estar enferma, se ve rodeado del silencio cómplice de los que le rodean y le dejan en la oscuridad del desconocimiento sobre su propia salud y su vida contra su voluntad.
Entonces, la información ha de ser clara, cercana y comprensible; y continua a lo largo del tiempo. Y la decisión tomada ha de ser respetada, y nunca suponer la interrupción de la atención sanitaria.
La persona puede decidir aceptar o rechazar el tratamiento, en cualquier caso: salvo que ello suponga un riesgo para la Salud Pública, o suponga una urgencia no demorable sin que haya conocimiento de las preferencias de la persona.
También puede decidirse por una limitación en el esfuerzo terapéutico: significa retirar o no usar medidas de soporte que prolongan el tiempo de vida sin una expectativa razonable de mejoría.
Estas decisiones se toman según los datos clínicos y la opinión del afectado o sus familiares en caso de que no pueda o no se quiera pronunciar, si la ha expresado o si ha hecho Declaración de Voluntades Vitales Anticipadas.
Sobre la Declaración de Voluntades Vitales Anticipadas y otros temas relacionados, seguiremos comentando en las próximas entradas.
¡Espero que os resulte útil!
Digamos, de forma coloquial, “para que no lo pasen mal, o tan mal, dentro de lo posible”.
Es un área de la atención sanitaria que hasta ahora no ha tenido mucha visibilidad, con la labor tan importante, sacrificada y abnegada que se hace, y por suerte eso va cambiando: tanto entre los profesionales como en la población general los profesionales que se dedican a los Cuidados Paliativos han de dejar de ser desconocidos o temidos, y es que a veces resulta difícil acercarse a la reflexión sobre la muerte por los sentimientos que genera: dolor, pérdida, miedo incluso.
Y por eso hoy quiero hablar de ello, para hacerlo más cercano y conocido.
Vamos a comenzar hoy explicando algunos conceptos importantes para poder hacernos una idea de conjunto.
Enfermedad terminal es una enfermedad incurable, avanzada, progresiva, sin posibilidad razonable de respuesta a tratamiento curativo y pronóstico de vida limitado. Puede ser de cualquier causa, ocurrir a cualquier edad, y encontrarse el paciente y su familia en cualquier lugar.
Por ello, los equipos de Cuidados Paliativos hacen una valoración de las necesidades para establecer un plan individualizado, y flexible en el tiempo para atender nuevas necesidades que surjan, siempre respetando los deseos del paciente y de la familia.
La familia es el pilar básico de los cuidados. Trabajan con él, sufren por y con él, y temen a la vez la pérdida. Esto afecta a su salud física y emocional, tanto en la enfermedad como posteriormente en el duelo. Por eso la atención no es sólo para el enfermo, sino para su familia y cuidadores, que también nos necesitarán antes y después del inevitable fallecimiento.
Hay leyes que regulan el derecho a los Cuidados Paliativos: el Derecho a la Dignidad en el Proceso de Morir: cuidados integrales, atención al dolor y sedación paliativa. En este aspecto, es fundamental la información y comunicación para la participación en la toma de decisiones. Estas leyes existen para velar por el cumplimiento de los derechos y deberes tanto de los afectados como de los profesionales implicados, y es importante conocerlas.
El enfermo puede recibir toda la información que precise, desee o demande; y tiene derecho a no recibir información si no quiere. Pero ocultar o falsear información es perjudicial, si la persona desea recibirla, para tomar sus decisiones no sólo en cuanto a la atención sanitaria, sino familiar, emocional, espiritual, económica, etc. Es verdad que es difícil y duro a veces dar malas noticias y hablar de asuntos que pueden resultar dolorosos, pero también resulta doloroso para la persona que además de estar enferma, se ve rodeado del silencio cómplice de los que le rodean y le dejan en la oscuridad del desconocimiento sobre su propia salud y su vida contra su voluntad.
Entonces, la información ha de ser clara, cercana y comprensible; y continua a lo largo del tiempo. Y la decisión tomada ha de ser respetada, y nunca suponer la interrupción de la atención sanitaria.
La persona puede decidir aceptar o rechazar el tratamiento, en cualquier caso: salvo que ello suponga un riesgo para la Salud Pública, o suponga una urgencia no demorable sin que haya conocimiento de las preferencias de la persona.
También puede decidirse por una limitación en el esfuerzo terapéutico: significa retirar o no usar medidas de soporte que prolongan el tiempo de vida sin una expectativa razonable de mejoría.
Estas decisiones se toman según los datos clínicos y la opinión del afectado o sus familiares en caso de que no pueda o no se quiera pronunciar, si la ha expresado o si ha hecho Declaración de Voluntades Vitales Anticipadas.
Sobre la Declaración de Voluntades Vitales Anticipadas y otros temas relacionados, seguiremos comentando en las próximas entradas.
¡Espero que os resulte útil!
miércoles, 14 de mayo de 2014
Acreditación de competencias profesionales
Hace unos días tuvo lugar en Sevilla la entrega de diplomas de la Acreditación de Competencias Profesionales, de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía.
Y allí estaba yo, porque hace un par de años conseguí dicha acreditación. Y tuve la posibilidad de acudir a este acto, y me gustó, claro, porque a todos nos gusta en reconocimiento. Y además encontré a algunos antiguos y actuales compañeros de trabajo, y de la carrera, lo que fue emotivo y alegre.
Pero también este acto ha dado lugar a varias reflexiones por mi parte.
Estoy contenta de haber obtenido dicha acreditación, claro. En absoluto arrepentida del tiempo que le dediqué. Pero, ¿por qué me acredité?
Pues no nos engañemos. Me acredité porque era uno de los objetivos de mi unidad ese año. Sin ningún interés personal en ello, ya que no tengo acceso a la carrera profesional, al no ser propietaria de plaza por oposición, y a pesar de llevar más de cinco años como interina en la misma plaza sin que se hayan convocado oposiciones. Por lo que la acreditación de competencias no me renta nada económicamente.
Lo hice, motivada por el objetivo, porque sabía que podía hacerlo. A lo mejor suena soberbio por mi parte, pero como me parecía que hago bien mi trabajo, pensé que no me costaría demostrarlo. Y fue cierto, no me costó alcanzar holgadamente a recopilar las pruebas necesarias para el objetivo del primer escalón en la acreditación en pocas semanas. Y tampoco quise llegar a más: primero, porque no tenía motivación personal, y segundo porque al reacreditarme a los cinco años debía mantener o mejorar el nivel, y aspirar al siguiente nivel me obligaba a mí misma a más exigencia al cabo de los cinco años. Pasito a pasito…
Lo cierto es que conforme avanzaba en el proceso, me iba entusiasmando, porque comprobaba que efectivamente mi trabajo era lo bueno que yo creía, y porque empezaba a encontrar sentido a todo: a lo que hago a diario en la consulta y a la construcción del sistema de acreditación de competencias.
Y llega el otro día, y en la ceremonia en la que se nos entregan los diplomas, y nos hacemos fotos de familia con la Consejera, el director de ACSA entre otros, se nos reconoce el esfuerzo y sacrificio que nos ha supuesto alcanzar la acreditación, y avanzar hacia la excelencia, ser modelos y referentes para nuestros compañeros y abanderar la calidad de nuestro sistema sanitario.
Entonces yo pienso que soy afortunada, en comparación con algunos de los que están allí. Acreditados, en nivel avanzado, algunos experto, algún que otro excelente. Se les agradece y reconoce, pero seguro que preferirían que esta acreditación en el nivel de competencias profesionales les puntuara en bolsa, se baremara en oposiciones, y les sacara de la incertidumbre y precariedad del contrato eventual al 75% que contrasta tanto con tanto reconocimiento, tanto agradecimiento y los besos que la Sra. Sánchez Rubio les plantó en ambas mejillas.
Profesionales competentes, dicho por el mismo Servicio Andaluz de Salud, minusvalorados y desaprovechados. Y lo siguen siendo por ética y por pundonor.
Ya otro día os cuento de la convivencia de pijamas verdes, celestes, batas blancas, zuecos y fonendos con ropa de calle. Menuda fiesta de microbios, oiga. Pero lo dicho, lo dejamos para otro día.
sábado, 10 de mayo de 2014
Cómo me da tiempo a hacer tantas cosas
Eso me pregunta @moncayo_sonia, que es una habitual seguidora de mis andanzas 1.0 y 2.0, además de una buena amiga.
Eso me decía el otro día, que cómo me da tiempo a hacer tantas cosas. Lo que me lleva a pensar si de verdad hago tantas cosas… y creo que sí, la verdad, que hago bastantes cosas aunque no soy la única.
¿Cómo lo hago? La verdad, me parece tontería contaros mi día a día, no me parece tan interesante. Pero sí me parece más importante compartir mis planteamientos, que al final son lo que me guía.
No por orden de importancia, pero lo primero que quiero destacar es la planificación. Soy una habitual planificadora. Me gusta el orden y la organización. Me ahorra mucho tiempo no tener que buscar cosas ni ideas perdidas. Tomo muchas notas, en papel o en el móvil: contraseñas largas, tareas pendientes, ideas para entradas a este blog que surgen en cualquier momento, listas de la compra. Hasta en las manos, y luego Paco y mi hija me dicen que soy una niña chica. Dentro de esa planificación entra la flexibilidad de manejar la improvisación, hay que prever tiempo para los incidentes. Porque a veces las cosas no son como una las había previsto. Eso es una realidad de la que hay que ser consciente.
Después, es importante manejar las herramientas adecuadas. Llegar a conocerlas es fundamental, para no perder tiempo y para aspirar a conseguir buenos resultados. A esto, pese a quien pese, se llega desde el estudio casi siempre, o desde la casualidad o el instinto en ocasiones.
Por ejemplo, sin ir más lejos, uso dispositivos electrónicos continuamente. Ordenador en la consulta, mi inseparable portátil, móvil, tablet, kindle, son parte de mi equipaje habitual. Aprender a manejarlos bien es fundamental. Reconozco que no soy capaz ni de encenderlos sin leer primero los manuales. Puedo tardar más que otros, más intuitivos, que no lo hacen, pero a la postre conoceré todas las funcionalidades de mis maquinitas. Si he de reescribir un texto una otra vez, me lo guardo en un documento y copio/pego. Tengo las hojas informativas en el ordenador, tardo menos en imprimirlas que en buscar una fotocopia, y es más ecológico. Además no necesito tantas carpetas a mi alrededor, y mi mesa está más ordenada.
Es cierto que otras veces averiguas que lo que haces es lo correcto. Por ejemplo para el estudio. Después de trabajar unas 240 horas al mes, llevar una casa con la ayuda de mi imprescindible Aurori, criar una hija adolescente y mantener unas aceptablemente sanas relaciones sociales, escribir dos entradas semanales para éste mi blog, no me da tiempo a estudiar ni leer sobre todo lo que se publica relacionado con mi profesión, y debo hacerlo para prestar la mejor asistencia posible a mis pacientes. Así que desde hace años me suscribí por correo electrónico a Medscape, una web que aglutina las publicaciones más actuales en los diferentes campos de la medicina. Luego llegó Twitter, y tras acudir a los talleres que cambiaron mi vida virtual, comprendí cómo usarlo profesionalmente. Comencé a seguir a profesionales médicos, enfermeros, farmacéuticos, gestores… que son mis referentes por calidad, por actitudes, por ideología, por diferentes motivos son un modelo para mí. Los leo a ellos, y procuro leer lo que ellos leen, aspirando a un día acercarme a su nivel.
A veces las circunstancias de la consulta diaria me hace estudiar sobre algo concreto, para profundizar según las necesidades que surjan. Como hace poco, que necesité una actualización en profundidad sobre el Reflujo Gastroesofágico en el lactante.
Y resulta que ha sido hace poco cuando me entero que todo eso, que he ido haciendo a lo largo de los años de forma más o menos intuitiva, se llama “crear mi PLE” (Personal Learning Environment, significa “entorno personal de aprendizaje”). Me parece que, si mi formación autodidacta tiene un nombre, y se ha sistematizado, no lo habré estado haciendo tan mal.
Pero todo esto parece muy frío. ¿O no? A mí me parece frío, falta que os cuente lo fundamental. La pasión. Poner el corazón en todo lo que hagas. Estudiando, trabajando en la consulta, pintando puertas o haciendo mermelada de calabaza, todo lo que hago lleva lo mejor de mí, y lo hago con ganas. Si doy un abrazo, lo doy con ganas. Si friego platos pongo todas mis energías. Como con apetito, y duermo profundamente.
Las cosas hechas con corazón no pesan tanto, no llevan al hastío. Se hacen antes y mejor. Sonreir usa más músculos que fruncir el ceño, y no salen patas de gallo. El entusiasmo es contagioso, y si no lo encuentro a mi alrededor, lo busco dentro de mí. Y lo saco para compartirlo con los que me rodean, si se dejan (eso ya es cuestión de cada uno, quien quiera seguir viviendo como una seta es muy libre de hacerlo, pero luego no quiero oir lloriqueos).
Al fin y al cabo, la vida no es un proyecto para el futuro. Es mi día a día, y los mejores son los que amanecen agradeciendo lo mucho que tengo y la oportunidad de crear un buen día con ello; y acaban con un suspiro de satisfacción mientras se me cierran los ojos.
Claro que me canso, por eso duermo profundamente. Y algunas veces salgo dañada, porque la vida no siempre va por la parte soleada del sendero. Si me toca llorar, también lloro hasta la deshidratación, pero luego me levanto, me sacudo la ropa, acepto la lección y sigo BUSCANDO LA MEJOR VIDA QUE SEA CAPAZ DE CONSEGUIR. La de la satisfacción por el trabajo bien hecho, y que no me falten retos de cosas por mejorar. La de tener personas significativas en mi vida que me “saben llevar”, y no sólo toleran sino que dan aliento a mis desbordes de energía tanto como al “zapateao” por mis frustraciones. La de los días de descanso para recargar las pilas y los días que me quedo sin pilas. La del amor de las pequeñas cosas, de lo cotidiano, sin despreciar los días excepcionales.
Me da tiempo a hacer de todo porque no renuncio a nada.
Eso me decía el otro día, que cómo me da tiempo a hacer tantas cosas. Lo que me lleva a pensar si de verdad hago tantas cosas… y creo que sí, la verdad, que hago bastantes cosas aunque no soy la única.
¿Cómo lo hago? La verdad, me parece tontería contaros mi día a día, no me parece tan interesante. Pero sí me parece más importante compartir mis planteamientos, que al final son lo que me guía.
No por orden de importancia, pero lo primero que quiero destacar es la planificación. Soy una habitual planificadora. Me gusta el orden y la organización. Me ahorra mucho tiempo no tener que buscar cosas ni ideas perdidas. Tomo muchas notas, en papel o en el móvil: contraseñas largas, tareas pendientes, ideas para entradas a este blog que surgen en cualquier momento, listas de la compra. Hasta en las manos, y luego Paco y mi hija me dicen que soy una niña chica. Dentro de esa planificación entra la flexibilidad de manejar la improvisación, hay que prever tiempo para los incidentes. Porque a veces las cosas no son como una las había previsto. Eso es una realidad de la que hay que ser consciente.
Después, es importante manejar las herramientas adecuadas. Llegar a conocerlas es fundamental, para no perder tiempo y para aspirar a conseguir buenos resultados. A esto, pese a quien pese, se llega desde el estudio casi siempre, o desde la casualidad o el instinto en ocasiones.
Por ejemplo, sin ir más lejos, uso dispositivos electrónicos continuamente. Ordenador en la consulta, mi inseparable portátil, móvil, tablet, kindle, son parte de mi equipaje habitual. Aprender a manejarlos bien es fundamental. Reconozco que no soy capaz ni de encenderlos sin leer primero los manuales. Puedo tardar más que otros, más intuitivos, que no lo hacen, pero a la postre conoceré todas las funcionalidades de mis maquinitas. Si he de reescribir un texto una otra vez, me lo guardo en un documento y copio/pego. Tengo las hojas informativas en el ordenador, tardo menos en imprimirlas que en buscar una fotocopia, y es más ecológico. Además no necesito tantas carpetas a mi alrededor, y mi mesa está más ordenada.
Es cierto que otras veces averiguas que lo que haces es lo correcto. Por ejemplo para el estudio. Después de trabajar unas 240 horas al mes, llevar una casa con la ayuda de mi imprescindible Aurori, criar una hija adolescente y mantener unas aceptablemente sanas relaciones sociales, escribir dos entradas semanales para éste mi blog, no me da tiempo a estudiar ni leer sobre todo lo que se publica relacionado con mi profesión, y debo hacerlo para prestar la mejor asistencia posible a mis pacientes. Así que desde hace años me suscribí por correo electrónico a Medscape, una web que aglutina las publicaciones más actuales en los diferentes campos de la medicina. Luego llegó Twitter, y tras acudir a los talleres que cambiaron mi vida virtual, comprendí cómo usarlo profesionalmente. Comencé a seguir a profesionales médicos, enfermeros, farmacéuticos, gestores… que son mis referentes por calidad, por actitudes, por ideología, por diferentes motivos son un modelo para mí. Los leo a ellos, y procuro leer lo que ellos leen, aspirando a un día acercarme a su nivel.
A veces las circunstancias de la consulta diaria me hace estudiar sobre algo concreto, para profundizar según las necesidades que surjan. Como hace poco, que necesité una actualización en profundidad sobre el Reflujo Gastroesofágico en el lactante.
Y resulta que ha sido hace poco cuando me entero que todo eso, que he ido haciendo a lo largo de los años de forma más o menos intuitiva, se llama “crear mi PLE” (Personal Learning Environment, significa “entorno personal de aprendizaje”). Me parece que, si mi formación autodidacta tiene un nombre, y se ha sistematizado, no lo habré estado haciendo tan mal.
Pero todo esto parece muy frío. ¿O no? A mí me parece frío, falta que os cuente lo fundamental. La pasión. Poner el corazón en todo lo que hagas. Estudiando, trabajando en la consulta, pintando puertas o haciendo mermelada de calabaza, todo lo que hago lleva lo mejor de mí, y lo hago con ganas. Si doy un abrazo, lo doy con ganas. Si friego platos pongo todas mis energías. Como con apetito, y duermo profundamente.
Las cosas hechas con corazón no pesan tanto, no llevan al hastío. Se hacen antes y mejor. Sonreir usa más músculos que fruncir el ceño, y no salen patas de gallo. El entusiasmo es contagioso, y si no lo encuentro a mi alrededor, lo busco dentro de mí. Y lo saco para compartirlo con los que me rodean, si se dejan (eso ya es cuestión de cada uno, quien quiera seguir viviendo como una seta es muy libre de hacerlo, pero luego no quiero oir lloriqueos).
Al fin y al cabo, la vida no es un proyecto para el futuro. Es mi día a día, y los mejores son los que amanecen agradeciendo lo mucho que tengo y la oportunidad de crear un buen día con ello; y acaban con un suspiro de satisfacción mientras se me cierran los ojos.
Claro que me canso, por eso duermo profundamente. Y algunas veces salgo dañada, porque la vida no siempre va por la parte soleada del sendero. Si me toca llorar, también lloro hasta la deshidratación, pero luego me levanto, me sacudo la ropa, acepto la lección y sigo BUSCANDO LA MEJOR VIDA QUE SEA CAPAZ DE CONSEGUIR. La de la satisfacción por el trabajo bien hecho, y que no me falten retos de cosas por mejorar. La de tener personas significativas en mi vida que me “saben llevar”, y no sólo toleran sino que dan aliento a mis desbordes de energía tanto como al “zapateao” por mis frustraciones. La de los días de descanso para recargar las pilas y los días que me quedo sin pilas. La del amor de las pequeñas cosas, de lo cotidiano, sin despreciar los días excepcionales.
Me da tiempo a hacer de todo porque no renuncio a nada.
miércoles, 7 de mayo de 2014
Sexualidad y anticonceptivos (III)
Existen otros métodos anticonceptivos de eficacia muy limitada, por lo que no son aconsejados.
El método de la abstinencia periódica consiste en abstenerse de relaciones sexuales en las fechas cercanas a la ovulación. Que se calculan por el método de Ogino, o por la temperatura basal.
No nos engañemos. Son más eficaces para buscar un embarazo deseado que para evitar un embarazo no deseado.
La “marcha atrás” no da protección anticonceptiva en absoluto. Ya hemos anotado antes que la secreción de las glándulas de Cowper contienen espermatozoides. “Antes de llover, chispea”. Tiene otros inconvenientes, como que no protege tampoco de enfermedades de transmisión sexual, y da problemas de congestión pélvica y dolor en las relaciones (insatisfactorias).
Hay otros métodos que no son métodos. Quiero decir, que se pretenden usar como método anticonceptivo pero no lo son.
La lactancia se mantiene gracias a una hormona que se llama prolactina, que dificulta pero no impide la ovulación. Así que sí, se puede una mujer quedar embarazada dando pecho. Hay píldoras anticonceptivas que se pueden usar durante la lactancia, si es el método que deseas, pregunta a tu médico.
Se llama coito vulvar a eyacular en la vulva, que es la entrada a la vagina. Los espermatozoides tienen gran movilidad, y son rápidos, pueden ascender por vagina hasta el útero y fecundar. Por eso durante el petting hay que cuidar de no eyacular en la vulva, porque así sí es posible el embarazo.
Por el mismo motivo, el lavado vaginal no es un método anticonceptivo aceptable. Además altera la flora vaginal natural, con lo que se favorecen las irritaciones e infecciones.
La píldora del día después no es un método anticonceptivo. Es un método de “emergencia”, para usarlo una o ninguna vez en la vida, ha de ser excepcional por las alteraciones que producen en el ciclo hormonal natural: se da una alta dosis de hormona, que al descender bruscamente da lugar a un sangrado equivalente a la regla. Antes de usarlo, es imprescindible consultar en un centro sanitario.
Emergencia va entre comillas porque no hay que salir corriendo. Es igual de eficaz usado en las primeras 72 horas tras el coito de riesgo.
Mención aparte a la esterilización por ser un método permanente. En hombres, la vasectomía consiste en la sección de los conductos deferentes, que son los que llevan los espermatozoides desde los testículos: sigue habiendo eyaculación, pero ésta no lleva espermatozoides. Es una breve intervención que se realiza bajo anestesia local.
En mujer es la ligadura de trompas. Se obstruyen o seccionan las Trompas de Falopio. El ciclo menstrual es igual. Es una cirugía mayor, con ingreso y anestesia, y todos los riesgos quirúrgicos correspondientes. Existen otros métodos definitivos femeninos de los que tu médico te puede informar, aunque su disponibilidad no es tan amplia.
En ningún caso afectan al comportamiento o desempeño sexual. Pero si no está bien asumido o no se está adecuadamente informado, puede dar lugar a alteraciones psicológicas.
Y por último: el aborto no es un método anticonceptivo. Es la interrupción de un embarazo, es realmente el fracaso de la Planificación Familiar. Por sus implicaciones psicológicas y morales, es una decisión difícil sobre la que hay que reflexionar profundamente antes de hacerla definitiva. Siempre es agresivo, es una intervención quirúrgica. La supervisión médica supone una garantía sanitaria.
El método de la abstinencia periódica consiste en abstenerse de relaciones sexuales en las fechas cercanas a la ovulación. Que se calculan por el método de Ogino, o por la temperatura basal.
No nos engañemos. Son más eficaces para buscar un embarazo deseado que para evitar un embarazo no deseado.
La “marcha atrás” no da protección anticonceptiva en absoluto. Ya hemos anotado antes que la secreción de las glándulas de Cowper contienen espermatozoides. “Antes de llover, chispea”. Tiene otros inconvenientes, como que no protege tampoco de enfermedades de transmisión sexual, y da problemas de congestión pélvica y dolor en las relaciones (insatisfactorias).
Hay otros métodos que no son métodos. Quiero decir, que se pretenden usar como método anticonceptivo pero no lo son.
La lactancia se mantiene gracias a una hormona que se llama prolactina, que dificulta pero no impide la ovulación. Así que sí, se puede una mujer quedar embarazada dando pecho. Hay píldoras anticonceptivas que se pueden usar durante la lactancia, si es el método que deseas, pregunta a tu médico.
Se llama coito vulvar a eyacular en la vulva, que es la entrada a la vagina. Los espermatozoides tienen gran movilidad, y son rápidos, pueden ascender por vagina hasta el útero y fecundar. Por eso durante el petting hay que cuidar de no eyacular en la vulva, porque así sí es posible el embarazo.
Por el mismo motivo, el lavado vaginal no es un método anticonceptivo aceptable. Además altera la flora vaginal natural, con lo que se favorecen las irritaciones e infecciones.
La píldora del día después no es un método anticonceptivo. Es un método de “emergencia”, para usarlo una o ninguna vez en la vida, ha de ser excepcional por las alteraciones que producen en el ciclo hormonal natural: se da una alta dosis de hormona, que al descender bruscamente da lugar a un sangrado equivalente a la regla. Antes de usarlo, es imprescindible consultar en un centro sanitario.
Emergencia va entre comillas porque no hay que salir corriendo. Es igual de eficaz usado en las primeras 72 horas tras el coito de riesgo.
Mención aparte a la esterilización por ser un método permanente. En hombres, la vasectomía consiste en la sección de los conductos deferentes, que son los que llevan los espermatozoides desde los testículos: sigue habiendo eyaculación, pero ésta no lleva espermatozoides. Es una breve intervención que se realiza bajo anestesia local.
En mujer es la ligadura de trompas. Se obstruyen o seccionan las Trompas de Falopio. El ciclo menstrual es igual. Es una cirugía mayor, con ingreso y anestesia, y todos los riesgos quirúrgicos correspondientes. Existen otros métodos definitivos femeninos de los que tu médico te puede informar, aunque su disponibilidad no es tan amplia.
En ningún caso afectan al comportamiento o desempeño sexual. Pero si no está bien asumido o no se está adecuadamente informado, puede dar lugar a alteraciones psicológicas.
Y por último: el aborto no es un método anticonceptivo. Es la interrupción de un embarazo, es realmente el fracaso de la Planificación Familiar. Por sus implicaciones psicológicas y morales, es una decisión difícil sobre la que hay que reflexionar profundamente antes de hacerla definitiva. Siempre es agresivo, es una intervención quirúrgica. La supervisión médica supone una garantía sanitaria.
sábado, 3 de mayo de 2014
Sexualidad y anticonceptivos (II)
Voy hoy a explicaros en más detalle los métodos anticonceptivos más eficaces y más utilizados. Con esto pretendo que vayáis mejor informados a la hora de solicitar consejo anticonceptivo a vuestro centro de salud.
La píldora anticonceptiva contiene hormonas sexuales, en una combinación fija, que al suprimir las oscilaciones propias de las mismas a lo largo del normal ciclo menstrual, impiden la ovulación y espesan el moco cervical (del cuello del útero o matriz, que también se llama): con ello se dificulta el acceso de espermatozoides al útero, y no hay óvulo con el que encontrarse.
Es el más seguro, bien tomado. Bien tomado significa tomar una píldora al día, aproximadamente a la misma hora, durante 21 días consecutivos, seguidos de otros 7 días de descanso durante el que aparece un sangrado equivalente a la regla.
Si olvidas una píldora y han pasado menos de 12 horas,tómala.
Si han pasado más de 12 horas, descártala, sigue con el resto del envase y añade otro método anticonceptivo hasta el final de ese ciclo.
Hay factores que influyen en su eficacia: como los vómitos, las diarreas, y la toma a la vez de otros tratamientos, entre los que destacan por frecuentes algunos antibióticos. No olvides decir al médico que te vaya a prescribir antibióticos que estás tomando anticonceptivos para que te informe sobre su influencia, y ante la duda, añade otro método anticonceptivo hasta el final del ciclo.
No debes tomar anticonceptivos hormonales por tu cuenta, ya que existen contraindicaciones a su uso, algunas de ellas serias. Y provocan efectos secundarios a veces. Es imprescindible que consultes a tu médico.
Existen otras presentaciones de anticonceptivos hormonales en forma de parches transdérmicos y anillos vaginales; se diferencian en la periodicidad de recambio, en el precio, y en que no se influyen por alteraciones gastrointestinales, pero sí igual por otros tratamientos y tienen la mismas contraindicaciones y efectos secundarios. ¡Consulta!
El DIU, es un dispositivo que se coloca dentro del útero. Impide la implantación del cigoto en el endometrio, que es la capa interna del útero. Se coloca en la consulta, del médico de familia entrenado en esta técnica, o del ginecólogo. Igualmente se extrae o se cambia (cosa que hay que hacer cada 5 años habitualmente) en las mismas consultas, durante la regla, de forma que el orificio cervical sea más accesible. No es recomendable si no has tenido hijos antes, si tienes reglas muy abundantes o si no hay garantías de adecuadas condiciones higiénicas.
El preservativo, o condón, es una funda de látex o silicona (para alérgicos) que cubre el pene durante la penetración. Impide que los espermatozoides accedan a la vagina.
Su eficacia aumenta con el uso de espermicidas (a la vez).
Se venden sin receta en farmacias, en supermercados, y en máquinas dispensadoras incluso.
No sólo son eficaces anticonceptivos, sino que protegen de enfermedades de transmisión sexual, lo que es de gran importancia en caso de parejas esporádicas, poco conocidas o en el caso de tener varias parejas.
Han de usarse desde el principio de la relación hasta el final, ya que antes de la eyaculación ocurre una secreción de las glándulas de Cowper que contienen espermatozoides, por lo que pueden dar lugar a embarazo.
Suelen tener una cámara al efecto, pero si no es así hay que dejar un espacio en la punta para contener el semen, y ha de retirarse el pene de la vagina antes de que la erección ceda para evitar que el semen se “escurra” hacia la vagina, y sujetando el preservativo por la base.
Pero las precauciones de uso comienzan desde el momento de abrir el envase, que no ha de estar caducado o deteriorado, ni expuesto al calor o al sol porque el material se deteriora, y abrirlo con las yemas de los dedos, no con las uñas, ni mucho menos con los dientes.
Y son de un solo uso.
El diafragma es como un caparazón de látex con un anillo elástico alrededor, que cubre el cuello del útero, impidiendo el acceso de los espermatozoides al mismo. Ha de usarse siempre con espermicida.
Hay diferentes medidas, y el aprendizaje de su uso correcto ha de ser tutelado. Tiene una vida útil de 2-3 años.
Ha de ponerse 10 minutos antes del coito, y retirarse 8 horas después. Si hay más coitos, se añade espermicida, pero sin quitar el diafragma.
La esponja espermicida se usa de forma similar, colocándola en el fondo de la vagina. Es algo menos eficaz que el diafragma; se vende en farmacias sin receta. Es de un solo uso.
Los espermicidas son sustancias que destruyen los espermatozoides. Vienen en forma de óvulos o cremas. Por sí solos tienen una efectividad limitada, pero potencian otros métodos (diafragma, preservativo). Han de colocarse 10 minutos antes de la relación, y colocar otro si se repite coito.
La píldora anticonceptiva contiene hormonas sexuales, en una combinación fija, que al suprimir las oscilaciones propias de las mismas a lo largo del normal ciclo menstrual, impiden la ovulación y espesan el moco cervical (del cuello del útero o matriz, que también se llama): con ello se dificulta el acceso de espermatozoides al útero, y no hay óvulo con el que encontrarse.
Es el más seguro, bien tomado. Bien tomado significa tomar una píldora al día, aproximadamente a la misma hora, durante 21 días consecutivos, seguidos de otros 7 días de descanso durante el que aparece un sangrado equivalente a la regla.
Si olvidas una píldora y han pasado menos de 12 horas,tómala.
Si han pasado más de 12 horas, descártala, sigue con el resto del envase y añade otro método anticonceptivo hasta el final de ese ciclo.
Hay factores que influyen en su eficacia: como los vómitos, las diarreas, y la toma a la vez de otros tratamientos, entre los que destacan por frecuentes algunos antibióticos. No olvides decir al médico que te vaya a prescribir antibióticos que estás tomando anticonceptivos para que te informe sobre su influencia, y ante la duda, añade otro método anticonceptivo hasta el final del ciclo.
No debes tomar anticonceptivos hormonales por tu cuenta, ya que existen contraindicaciones a su uso, algunas de ellas serias. Y provocan efectos secundarios a veces. Es imprescindible que consultes a tu médico.
Existen otras presentaciones de anticonceptivos hormonales en forma de parches transdérmicos y anillos vaginales; se diferencian en la periodicidad de recambio, en el precio, y en que no se influyen por alteraciones gastrointestinales, pero sí igual por otros tratamientos y tienen la mismas contraindicaciones y efectos secundarios. ¡Consulta!
El DIU, es un dispositivo que se coloca dentro del útero. Impide la implantación del cigoto en el endometrio, que es la capa interna del útero. Se coloca en la consulta, del médico de familia entrenado en esta técnica, o del ginecólogo. Igualmente se extrae o se cambia (cosa que hay que hacer cada 5 años habitualmente) en las mismas consultas, durante la regla, de forma que el orificio cervical sea más accesible. No es recomendable si no has tenido hijos antes, si tienes reglas muy abundantes o si no hay garantías de adecuadas condiciones higiénicas.
El preservativo, o condón, es una funda de látex o silicona (para alérgicos) que cubre el pene durante la penetración. Impide que los espermatozoides accedan a la vagina.
Su eficacia aumenta con el uso de espermicidas (a la vez).
Se venden sin receta en farmacias, en supermercados, y en máquinas dispensadoras incluso.
No sólo son eficaces anticonceptivos, sino que protegen de enfermedades de transmisión sexual, lo que es de gran importancia en caso de parejas esporádicas, poco conocidas o en el caso de tener varias parejas.
Han de usarse desde el principio de la relación hasta el final, ya que antes de la eyaculación ocurre una secreción de las glándulas de Cowper que contienen espermatozoides, por lo que pueden dar lugar a embarazo.
Suelen tener una cámara al efecto, pero si no es así hay que dejar un espacio en la punta para contener el semen, y ha de retirarse el pene de la vagina antes de que la erección ceda para evitar que el semen se “escurra” hacia la vagina, y sujetando el preservativo por la base.
Pero las precauciones de uso comienzan desde el momento de abrir el envase, que no ha de estar caducado o deteriorado, ni expuesto al calor o al sol porque el material se deteriora, y abrirlo con las yemas de los dedos, no con las uñas, ni mucho menos con los dientes.
Y son de un solo uso.
El diafragma es como un caparazón de látex con un anillo elástico alrededor, que cubre el cuello del útero, impidiendo el acceso de los espermatozoides al mismo. Ha de usarse siempre con espermicida.
Hay diferentes medidas, y el aprendizaje de su uso correcto ha de ser tutelado. Tiene una vida útil de 2-3 años.
Ha de ponerse 10 minutos antes del coito, y retirarse 8 horas después. Si hay más coitos, se añade espermicida, pero sin quitar el diafragma.
La esponja espermicida se usa de forma similar, colocándola en el fondo de la vagina. Es algo menos eficaz que el diafragma; se vende en farmacias sin receta. Es de un solo uso.
Los espermicidas son sustancias que destruyen los espermatozoides. Vienen en forma de óvulos o cremas. Por sí solos tienen una efectividad limitada, pero potencian otros métodos (diafragma, preservativo). Han de colocarse 10 minutos antes de la relación, y colocar otro si se repite coito.
miércoles, 30 de abril de 2014
Sexualidad y anticonceptivos (I)
Esta entrada y las relacionadas que le van a seguir van orientadas a responder preguntas frecuentes de los jóvenes sobre anticonceptivos. A ellos sobre todo va dedicada, aunque es más que probable que ayude a responder preguntas que también tienen los adultos.
Vaya el título de esta entrada para introducir el primer concepto importante al respecto de lo que vamos a tratar los próximos días: que sexualidad no es lo mismo que reproducción.
La sexualidad es una fuente de comunicación y placer (aunque hay otras también), y es una forma de expresar afectividad (aunque hay otras también). Y es una actividad reproductiva cuando se decide libre y responsablemente.
Planificar la natalidad es decidir cuántos, y cuándo se tienen los hijos. Este servicio se presta en los Centros de salud y Consultorios.
La anticoncepción, por tanto, impide que el coito dé lugar a un embarazo cuando no se desee. Recordemos que una mujer que practique sexo de forma regular sin protección anticonceptiva, tiene un 80% de probabilidades de quedar embarazada.
No hay una edad concreta para empezar a usar métodos anticonceptivos. Hay que comenzar desde la primera relación sexual; pero la edad ciertamente es un condicionante a la hora de elegir el método más adecuado.
En las menores edades, es bueno recordar que sexualidad tampoco es lo mismo que genitalidad, y que existe una cosa que se llama petting, que es el intercambio de caricias y de placer sin penetración. Con lo que, siendo cuidadoso con algunas cosillas que comentaremos, no hay posibilidad de embarazo.
No existe el método anticonceptivo perfecto, todos tienen ventajas e inconvenientes. Lo que se busca es que sea el más adecuado a las circunstancias de cada persona o pareja.
Los métodos anticonceptivos más habituales son la píldora anticonceptiva, el DIU, el preservativo y el diafragma con espermicida. En la siguiente entrada hablaremos de ellos más ampliamente; y el la siguiente comentaremos sobre otros métodos de eficacia más limitada y “métodos que no son métodos”.
Espero que os resulten útiles, para no perder las siguientes entradas, os sugiero seguirme en Facebook o Google+, o suscribiros por correo electrónico. ¡Hasta pronto!
Vaya el título de esta entrada para introducir el primer concepto importante al respecto de lo que vamos a tratar los próximos días: que sexualidad no es lo mismo que reproducción.
La sexualidad es una fuente de comunicación y placer (aunque hay otras también), y es una forma de expresar afectividad (aunque hay otras también). Y es una actividad reproductiva cuando se decide libre y responsablemente.
Planificar la natalidad es decidir cuántos, y cuándo se tienen los hijos. Este servicio se presta en los Centros de salud y Consultorios.
La anticoncepción, por tanto, impide que el coito dé lugar a un embarazo cuando no se desee. Recordemos que una mujer que practique sexo de forma regular sin protección anticonceptiva, tiene un 80% de probabilidades de quedar embarazada.
No hay una edad concreta para empezar a usar métodos anticonceptivos. Hay que comenzar desde la primera relación sexual; pero la edad ciertamente es un condicionante a la hora de elegir el método más adecuado.
En las menores edades, es bueno recordar que sexualidad tampoco es lo mismo que genitalidad, y que existe una cosa que se llama petting, que es el intercambio de caricias y de placer sin penetración. Con lo que, siendo cuidadoso con algunas cosillas que comentaremos, no hay posibilidad de embarazo.
No existe el método anticonceptivo perfecto, todos tienen ventajas e inconvenientes. Lo que se busca es que sea el más adecuado a las circunstancias de cada persona o pareja.
Los métodos anticonceptivos más habituales son la píldora anticonceptiva, el DIU, el preservativo y el diafragma con espermicida. En la siguiente entrada hablaremos de ellos más ampliamente; y el la siguiente comentaremos sobre otros métodos de eficacia más limitada y “métodos que no son métodos”.
Espero que os resulten útiles, para no perder las siguientes entradas, os sugiero seguirme en Facebook o Google+, o suscribiros por correo electrónico. ¡Hasta pronto!
sábado, 26 de abril de 2014
Los justificantes médicos para la escuela
Ya ha pasado Semana Santa, y lo que queda de curso escolar va a volar. Con lo que de nuevo, y a pesar de mi resistencia legendaria, me he vuelto a pasar otro curso haciendo justificantes de asistencia para colegios e institutos.
¿Por qué me resisto? Los padres de los estudiantes ya lo saben. Este mensaje es para maestros, jefes de estudios, directores de colegios y mandos de la Consejería de Educación. A los papás sólo les va a suponer un recordatorio.
Porque esos niños no son míos. Son responsabilidad de sus padres.
Me resisto porque la ausencia a clase no es un problema sanitario, ni médico. El control de la asistencia corresponde a profesores y padres. Si los padres o tutores legales saben que el estudiante no está en el centro, y así lo expresa por escrito en el centro, es todo lo que en centro tiene que saber, en mi opinión. Han decidido que el chico o chica no está en condiciones de ir a clase, o la ausencia es por otro motivo no médico, y responden por él. No está haciendo pellas. Están bajo la supervisión de sus padres o tutores. Y aun si no es así, sigue sin ser responsabilidad del médico.
La exigencia por parte del centro de un justificante de asistencia a consulta médica es, de nuevo en mi opinión, considerar que los padres o tutores no son lo bastante responsables de la escolarización de sus hijos, o mienten, y por eso su palabra no es suficiente: es preciso que un médico corrobore la enfermedad del escolar.
Lo que lleva a que los chicos tengan que ir al médico, habitualmente sin cita (porque no hay cita para el mismo día), por patología banal y desde luego no urgente, para poder presentar un justificante de asistencia a consulta médica por dismenorrea, por fiebre controlada, por vómitos durante la noche, dolor de muelas o lo que quiera que sea que le pasa. Por motivos que requieren estar en casa y un poco de paracetamol y dieta, simplemente.
Con lo que multiplican, de forma innecesaria, la presión asistencial que habitualmente sufrimos en las consultas. Y los padres, abochornados, porque comprenden que el motivo no justifica acudir sin cita, “pero es que necesito el justificante”.
El colmo del absurdo es cuando los padres son llamados desde el centro para que vayan a recoger al alumno porque está enfermo. Son recogidos, y de nuevo, exigen el justificante médico. Pero a ver, por lo que más queráis, sois vosotros los educadores los que decís que está enfermo y los sacáis de clase por tos, por fiebre baja, por dolor abdominal, por lo que sea que os parece que no está en condiciones de estar en clase, pero eso no significa que tenga que venir a la consulta de forma urgente. Vuestra decisión de sacarlo de clase en este caso justifica la ausencia mejor que ninguna otra cosa.
En ningún caso ha sido el médico el que ha decidido que el estudiante se ausente. Por favor, asuman cada cual sus responsabilidades. Y por último, que parece mentira tener que decirlo, recuerden que aunque sean menores, tienen derecho a la intimidad y yo obligación de secreto profesional. No pidan diagnósticos. Sólo falta que yo también tenga que justificarme de justificar.
¿Por qué me resisto? Los padres de los estudiantes ya lo saben. Este mensaje es para maestros, jefes de estudios, directores de colegios y mandos de la Consejería de Educación. A los papás sólo les va a suponer un recordatorio.
Porque esos niños no son míos. Son responsabilidad de sus padres.
Me resisto porque la ausencia a clase no es un problema sanitario, ni médico. El control de la asistencia corresponde a profesores y padres. Si los padres o tutores legales saben que el estudiante no está en el centro, y así lo expresa por escrito en el centro, es todo lo que en centro tiene que saber, en mi opinión. Han decidido que el chico o chica no está en condiciones de ir a clase, o la ausencia es por otro motivo no médico, y responden por él. No está haciendo pellas. Están bajo la supervisión de sus padres o tutores. Y aun si no es así, sigue sin ser responsabilidad del médico.
La exigencia por parte del centro de un justificante de asistencia a consulta médica es, de nuevo en mi opinión, considerar que los padres o tutores no son lo bastante responsables de la escolarización de sus hijos, o mienten, y por eso su palabra no es suficiente: es preciso que un médico corrobore la enfermedad del escolar.
Lo que lleva a que los chicos tengan que ir al médico, habitualmente sin cita (porque no hay cita para el mismo día), por patología banal y desde luego no urgente, para poder presentar un justificante de asistencia a consulta médica por dismenorrea, por fiebre controlada, por vómitos durante la noche, dolor de muelas o lo que quiera que sea que le pasa. Por motivos que requieren estar en casa y un poco de paracetamol y dieta, simplemente.
Con lo que multiplican, de forma innecesaria, la presión asistencial que habitualmente sufrimos en las consultas. Y los padres, abochornados, porque comprenden que el motivo no justifica acudir sin cita, “pero es que necesito el justificante”.
El colmo del absurdo es cuando los padres son llamados desde el centro para que vayan a recoger al alumno porque está enfermo. Son recogidos, y de nuevo, exigen el justificante médico. Pero a ver, por lo que más queráis, sois vosotros los educadores los que decís que está enfermo y los sacáis de clase por tos, por fiebre baja, por dolor abdominal, por lo que sea que os parece que no está en condiciones de estar en clase, pero eso no significa que tenga que venir a la consulta de forma urgente. Vuestra decisión de sacarlo de clase en este caso justifica la ausencia mejor que ninguna otra cosa.
En ningún caso ha sido el médico el que ha decidido que el estudiante se ausente. Por favor, asuman cada cual sus responsabilidades. Y por último, que parece mentira tener que decirlo, recuerden que aunque sean menores, tienen derecho a la intimidad y yo obligación de secreto profesional. No pidan diagnósticos. Sólo falta que yo también tenga que justificarme de justificar.
miércoles, 23 de abril de 2014
Me duele el cuello, ponme un collarín
Parece ser que eso es lo que esperan de mí muchos de los pacientes que acuden a la consulta con dolor de cuello.
Y eso que no me lo dicen. Supongo que, como hace ya algunos años que nos conocemos, saben que decirme lo que tengo que hacer no es una buena decisión.
Pero… a veces salgo a la calle. A hacer un aviso, por una urgencia, o simplemente entrando o saliendo del trabajo. Y los veo por la calle. Y los veo con un collarín blando cervical que no he prescrito yo.
Ay…
Vayamos por partes. El collarín blando no es la panacea. No siempre está indicado, cuando lo es, es como parte de un tratamiento, por eso unas veces lo aconsejamos y otras no. Y cuando lo aconsejamos, como si fuera un fármaco, ha de usarse en unas determinadas condiciones y durante un tiempo limitado.
El collarín blando no tiene otra utilidad que ayudar a reducir el dolor. No tiene capacidad de inmovilizar realmente: es blando, es gomaespuma. El collarín rígido es otra cosa, tiene otros usos, y como es más incómodo, no os veo haciendo abuso de él.
Pero tiene inconvenientes a largo plazo, y es que la musculatura del cuello se atrofia, pierde grosor, fuerza y resistencia cuando el collarín se tiene puesto durante demasiados días.
En el extremo contrario, cuando te pones el collarín se supone que tu cuello necesita reposo, así que si pretendes mantener tu actividad normal con el collarín puesto puedes caer en dos errores:
1.- ponértelo tan amplio, para que te permita hacer las cosas, que el collarín sólo te da calor. Ah, y también consigues que todos tus vecinos te pregunten qué te ha pasado mientras haces la compra.
2.- lo tienes bien puesto, por lo que para hacer tus cosas has de luchar continuamente contra el collarín, que no te permite flexionar el cuello o girar la cabeza como querrías. Con lo que es fácil que el dolor vaya a más.
Por no hablar de los peligros de andar por ahí con el collarín bien puesto: no ves donde pisas, con lo que fácilmente tropezarás o resbalarás, y entonces tendrás dolor de cuello y algún otro golpe, si es que tienes la suerte de no romperte la nariz o los dientes.
Seamos sensatos: si necesitas un collarín cervical, es para reposar la musculatura del área cervical. Haz el favor de cumplir el reposo si quieres ver algún beneficio. Si te encuentras en condiciones de hacer tus actividades normales, no necesitas el collarín. Quítatelo antes de que tengas un accidente.
Y confía en tu médico, si no te ha mandado poner un collarín es porque no lo necesitas. Agradece amablemente pero rechaza el collarín que tu madre, tu amigo o tu vecino te ofrece. Algo más que ellos sabrá tu médico de si tú, hoy, necesitas ponértelo.
Y eso que no me lo dicen. Supongo que, como hace ya algunos años que nos conocemos, saben que decirme lo que tengo que hacer no es una buena decisión.
Pero… a veces salgo a la calle. A hacer un aviso, por una urgencia, o simplemente entrando o saliendo del trabajo. Y los veo por la calle. Y los veo con un collarín blando cervical que no he prescrito yo.
Ay…
Vayamos por partes. El collarín blando no es la panacea. No siempre está indicado, cuando lo es, es como parte de un tratamiento, por eso unas veces lo aconsejamos y otras no. Y cuando lo aconsejamos, como si fuera un fármaco, ha de usarse en unas determinadas condiciones y durante un tiempo limitado.
El collarín blando no tiene otra utilidad que ayudar a reducir el dolor. No tiene capacidad de inmovilizar realmente: es blando, es gomaespuma. El collarín rígido es otra cosa, tiene otros usos, y como es más incómodo, no os veo haciendo abuso de él.
Pero tiene inconvenientes a largo plazo, y es que la musculatura del cuello se atrofia, pierde grosor, fuerza y resistencia cuando el collarín se tiene puesto durante demasiados días.
En el extremo contrario, cuando te pones el collarín se supone que tu cuello necesita reposo, así que si pretendes mantener tu actividad normal con el collarín puesto puedes caer en dos errores:
1.- ponértelo tan amplio, para que te permita hacer las cosas, que el collarín sólo te da calor. Ah, y también consigues que todos tus vecinos te pregunten qué te ha pasado mientras haces la compra.
2.- lo tienes bien puesto, por lo que para hacer tus cosas has de luchar continuamente contra el collarín, que no te permite flexionar el cuello o girar la cabeza como querrías. Con lo que es fácil que el dolor vaya a más.
Por no hablar de los peligros de andar por ahí con el collarín bien puesto: no ves donde pisas, con lo que fácilmente tropezarás o resbalarás, y entonces tendrás dolor de cuello y algún otro golpe, si es que tienes la suerte de no romperte la nariz o los dientes.
Seamos sensatos: si necesitas un collarín cervical, es para reposar la musculatura del área cervical. Haz el favor de cumplir el reposo si quieres ver algún beneficio. Si te encuentras en condiciones de hacer tus actividades normales, no necesitas el collarín. Quítatelo antes de que tengas un accidente.
Y confía en tu médico, si no te ha mandado poner un collarín es porque no lo necesitas. Agradece amablemente pero rechaza el collarín que tu madre, tu amigo o tu vecino te ofrece. Algo más que ellos sabrá tu médico de si tú, hoy, necesitas ponértelo.
miércoles, 16 de abril de 2014
Evitar las caídas a las personas mayores
Cierto es que todos debemos evitar caernos, mayores, medianos y chicos. Si nos caemos, nos podemos hacer daño.
Pero al hilo de lo que recientemente hablábamos sobre la osteoporosis, las consecuencias de una caída en una persona mayor tienen probabilidad de ser más graves. Porque sus huesitos, más frágiles, tienen más facilidad para romperse.
No podemos evitar la edad de la persona, ni la fragilidad que ya tiene. Ni dónde vive. Pero sí hay algunas cosas que se pueden hacer para reducir al mínimo el riesgo de caerse.
Una fundamental, de la que algunas personas parecen no acordarse, es VER BIEN. Porque si ves mal, es más fácil tropezar, o resbalar. Como el resto del cuerpo, el cristalino, que es la lente natural del ojo, también envejece: se pone opaca, eso es la CATARATA. Y como está opaca en vez de transparente, no nos deja ver bien. Si no ves bien, acude a tu médico, para que si tienes cataratas, ponga en marcha todo el mecanismo que lleve a que te operen y recuperes una visión nítida.
Yendo al otro extremo del cuerpo, los pies, hemos de fijarnos en los zapatos. Los zapatos han de quedar bien, ni grandes ni chicos; y acompañar al pie en su movimiento, nada de ir chancleteando. Amarrado con hebillas, cordones o velcros, queda al gusto de la persona, y, ATENTOS, a la capacidad de inclinarse para amarrarlos. Si no puedes inclinarte hacia los pies, o levantar los pies, o por artrosis u otros motivos no tienes habilidad o fuerza en las manos y los dedos, mejor es usar un zapato sin amarres y ponérselo con un CALZADOR. Hay en en mercado calzadores con el mango muy largo para que no tengas que agacharte mucho.
Fundamental es que los zapatos tengan la suela de goma, para que no resbalen, y en el caso de las señoras, que no tengan demasiado tacón para que sea más fácil conservar el equilibrio.
Hablando de equilibrio, hay pocas cosas mejores que el ejercicio físico para mantener un buen equilibrio y coordinación de movimientos, para estar ágiles.
Pero no se queda atrás una alimentación adecuada, y evitar el consumo de alcohol y fármacos que nos reduzcan los reflejos o nos hagan estar somnolientos, como los sedantes nocturnos, los relajantes musculares…
Con todo y con eso, podemos hacer adaptaciones del domicilio para hacerlo más seguro:
El baño y la cocina se conocen como las habitaciones más peligrosas de la casa. No deben faltan alfombrillas o antideslizantes en el plato de ducha, que siempre será mejor que una bañera porque de ellos es más fácil entrar y salir.
Una alfombra resbaladiza no se queda atrás. Han de estar sujetas con las patas de los muebles, o con adherentes que se fijan al suelo y evita que se deslicen al pisarlas.
El suelo ha de estar bien seco todo el tiempo posible. Claro que hay que limpiar, pero no hay que inundar la casa para pasar la fregona. Hay dispositivos para escurrirla mejor con poco esfuerzo, y si friegas con agua caliente, se seca antes.
También hay en el mercado antideslizantes para los escalones. Es inevitable si vives en una casa de dos o más plantas, pero hay que buscarse truquillos para la vida diaria, de forma que se suban y bajen las escaleras el menor número de veces posible. Quien evita la ocasión, evita el peligro.
Aunque suponga meterse en obras, si se puede, siempre aconsejaré cambiar la bañera por un plato de ducha, con mampara mejor que con cortina, y aprovechar para fijar asideros en la pared. Y cuidar que el suelo esté bien nivelado, sin losetas rotas, sueltas, salientes, ni irregularidades en la unión entre diferentes tipos de suelo. Siempre que fuera posible, eliminar los escalones en el paso de una habitación a otra, y cuidar de que toda la casa tenga una iluminación suficiente.
Y si las necesitamos…dejémonos de coqueterías temerarias, y no renunciemos a apoyarnos en un bastón, en una muleta o en un andador. Siempre es mejor andar con ellos que no andar.
Y por supuesto, aunque parezca que no hay que decirlo, ser prudentes. Aceptar que hay algunas cosas que uno no puede hacer con seguridad, como montarse en columpios, ir en bicicleta, cargar pesos, bajar las escaleras corriendo, ponerse tacones… según las posibilidades reales de cada uno.
Y, para más prudente, estar acompañado el máximo tiempo posible, de forma que, si finalmente ocurre la caída a pesar de todas las precauciones, porque es que los accidentes ocurren, al menos tengamos ayuda cercana.
Y como hoy es Miércoles Santo, a estas alturas algunas de las calles de cuidades y pueblos están cubiertas de cera de los cirios de los penitentes. LA CERA RESBALA. Todos, mayores, jóvenes, niños, estamos en riesgo de caída. Doble precaución por tanto en la calle estos días.
Y con esto me despido hasta la semana que viene, el sábado no hay entrada: minivacaciones blogueras de Semana Santa.
Pero al hilo de lo que recientemente hablábamos sobre la osteoporosis, las consecuencias de una caída en una persona mayor tienen probabilidad de ser más graves. Porque sus huesitos, más frágiles, tienen más facilidad para romperse.
No podemos evitar la edad de la persona, ni la fragilidad que ya tiene. Ni dónde vive. Pero sí hay algunas cosas que se pueden hacer para reducir al mínimo el riesgo de caerse.
Una fundamental, de la que algunas personas parecen no acordarse, es VER BIEN. Porque si ves mal, es más fácil tropezar, o resbalar. Como el resto del cuerpo, el cristalino, que es la lente natural del ojo, también envejece: se pone opaca, eso es la CATARATA. Y como está opaca en vez de transparente, no nos deja ver bien. Si no ves bien, acude a tu médico, para que si tienes cataratas, ponga en marcha todo el mecanismo que lleve a que te operen y recuperes una visión nítida.
Yendo al otro extremo del cuerpo, los pies, hemos de fijarnos en los zapatos. Los zapatos han de quedar bien, ni grandes ni chicos; y acompañar al pie en su movimiento, nada de ir chancleteando. Amarrado con hebillas, cordones o velcros, queda al gusto de la persona, y, ATENTOS, a la capacidad de inclinarse para amarrarlos. Si no puedes inclinarte hacia los pies, o levantar los pies, o por artrosis u otros motivos no tienes habilidad o fuerza en las manos y los dedos, mejor es usar un zapato sin amarres y ponérselo con un CALZADOR. Hay en en mercado calzadores con el mango muy largo para que no tengas que agacharte mucho.
Fundamental es que los zapatos tengan la suela de goma, para que no resbalen, y en el caso de las señoras, que no tengan demasiado tacón para que sea más fácil conservar el equilibrio.
Hablando de equilibrio, hay pocas cosas mejores que el ejercicio físico para mantener un buen equilibrio y coordinación de movimientos, para estar ágiles.
Pero no se queda atrás una alimentación adecuada, y evitar el consumo de alcohol y fármacos que nos reduzcan los reflejos o nos hagan estar somnolientos, como los sedantes nocturnos, los relajantes musculares…
Con todo y con eso, podemos hacer adaptaciones del domicilio para hacerlo más seguro:
El baño y la cocina se conocen como las habitaciones más peligrosas de la casa. No deben faltan alfombrillas o antideslizantes en el plato de ducha, que siempre será mejor que una bañera porque de ellos es más fácil entrar y salir.
Una alfombra resbaladiza no se queda atrás. Han de estar sujetas con las patas de los muebles, o con adherentes que se fijan al suelo y evita que se deslicen al pisarlas.
El suelo ha de estar bien seco todo el tiempo posible. Claro que hay que limpiar, pero no hay que inundar la casa para pasar la fregona. Hay dispositivos para escurrirla mejor con poco esfuerzo, y si friegas con agua caliente, se seca antes.
También hay en el mercado antideslizantes para los escalones. Es inevitable si vives en una casa de dos o más plantas, pero hay que buscarse truquillos para la vida diaria, de forma que se suban y bajen las escaleras el menor número de veces posible. Quien evita la ocasión, evita el peligro.
Aunque suponga meterse en obras, si se puede, siempre aconsejaré cambiar la bañera por un plato de ducha, con mampara mejor que con cortina, y aprovechar para fijar asideros en la pared. Y cuidar que el suelo esté bien nivelado, sin losetas rotas, sueltas, salientes, ni irregularidades en la unión entre diferentes tipos de suelo. Siempre que fuera posible, eliminar los escalones en el paso de una habitación a otra, y cuidar de que toda la casa tenga una iluminación suficiente.
Y si las necesitamos…dejémonos de coqueterías temerarias, y no renunciemos a apoyarnos en un bastón, en una muleta o en un andador. Siempre es mejor andar con ellos que no andar.
Y por supuesto, aunque parezca que no hay que decirlo, ser prudentes. Aceptar que hay algunas cosas que uno no puede hacer con seguridad, como montarse en columpios, ir en bicicleta, cargar pesos, bajar las escaleras corriendo, ponerse tacones… según las posibilidades reales de cada uno.
Y, para más prudente, estar acompañado el máximo tiempo posible, de forma que, si finalmente ocurre la caída a pesar de todas las precauciones, porque es que los accidentes ocurren, al menos tengamos ayuda cercana.
Y como hoy es Miércoles Santo, a estas alturas algunas de las calles de cuidades y pueblos están cubiertas de cera de los cirios de los penitentes. LA CERA RESBALA. Todos, mayores, jóvenes, niños, estamos en riesgo de caída. Doble precaución por tanto en la calle estos días.
Y con esto me despido hasta la semana que viene, el sábado no hay entrada: minivacaciones blogueras de Semana Santa.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)